En Colombia, las Pruebas Saber 11 han sido durante décadas un referente para medir el rendimiento académico y un requisito fundamental en el acceso a la educación superior. Sin embargo, también han sido objeto de críticas por su carácter estandarizado y su incapacidad para reflejar la pluralidad de saberes, realidades y talentos de los estudiantes del país. Frente a esta necesidad de transformación, surge la propuesta de un modelo inclusivo que conciba la evaluación como una oportunidad formativa y equitativa, más que como un mecanismo de exclusión o clasificación rígida.
Este modelo busca transformar las pruebas Saber 11 en una herramienta que no clasifique ni excluya, sino que reconozca las múltiples formas de aprender y las condiciones particulares de cada contexto. Parte de la crítica histórica a la medición de la inteligencia como parámetro único de clasificación, planteando en su lugar una evaluación integral, equitativa y situada.
Las pruebas tendrían una estructura común para todos los estudiantes, pero adaptada a la diversidad nacional mediante tres estrategias:
Contextualización de enunciados: las preguntas mantendrían los mismos estándares de competencias, pero con ejemplos variados que reflejen tanto la vida urbana como la rural, reconociendo realidades campesinas, indígenas y afrocolombianas.
Múltiples dimensiones de la inteligencia: además de lo académico (matemáticas, lectura crítica, ciencias, inglés), se incluirían componentes de resolución de problemas comunitarios, habilidades socioemocionales y conocimientos culturales y ambientales, que permitan valorar inteligencias prácticas y sociales.
Resultados formativos y no solo clasificatorios: los puntajes se presentarían en formato de perfiles de competencias, mostrando fortalezas y aspectos a reforzar en cada estudiante, en vez de ser únicamente un número que etiqueta y define acceso a oportunidades.
De este modo, las Pruebas Saber Inclusivas serían una misma evaluación nacional para todos, pero diseñada con un enfoque de equidad que evita la homogenización y reconoce la riqueza de la diversidad colombiana.
La implementación de estas Pruebas Saber Inclusivas implicaría un cambio profundo en la manera en que concebimos la evaluación en Colombia: no como una barrera, sino como una herramienta de reconocimiento y fortalecimiento de la diversidad estudiantil. Este enfoque permitiría que cada estudiante se vea reflejado en la prueba y pueda comprender su propio potencial más allá de un puntaje, avanzando hacia un sistema educativo que valore la pluralidad de inteligencias y que abra oportunidades reales de desarrollo en igualdad de condiciones.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Educación
Comentarios