En los últimos años, el concepto de narrativas transmedia ha transformado radicalmente la forma en que pensamos estrategias, diseñamos y producimos contenidos audiovisuales. Ya no hablamos únicamente de una pieza terminada que se consume de manera lineal como una película, un cortometraje o un documental, sino de universos narrativos que se expanden a través de múltiples plataformas, cada una con un rol específico en toda la experiencia del espectador.
Con este antecedente, podemos decir que el rol del productor audiovisual deja de ser exclusivamente el de coordinador de recursos y demás el productor pasa a convertirse en arquitecto de experiencias, estratega narrativo y gestor de comunidades en todos los entornos digitales.
Estamos de acuerdo en que, en la producción audiovisual tradicional el objetivo era dar vida a una obra cerrada, un producto terminado con inicio, nudo y desenlace. El productor organizaba presupuestos, cronogramas, equipos técnicos y creativos para garantizar que la pieza saliera al aire o llegara a la pantalla.
En cambio, en un proyecto transmedia, el producto no se limita a un solo formato, una historia puede iniciar en un cortometraje, expandirse en un cómic digital, continuar en un pódcast y reforzarse con la interacción del público en redes sociales es una suma de contenido que van dando forma a una historia por diferentes canales. Cada medio aporta algo distinto, no es redundancia de contenido, es expansión y aprovechamiento del panorama actual.
El productor entonces hoy en día tiene un trabajo aún más retador, debe asegurar coherencia y cohesión en esta multiplicidad de relatos, pensando no en un único cierre narrativo, sino en experiencias continuas que dialogan entre sí y que se inmiscuyen en la vida cotidiana de la audiencia.
El productor como estratega narrativo:
El productor audiovisual transmedia debe garantizar que cada plataforma elegida aporte significativamente al universo narrativo. Esto implica:
- Diseño de experiencias: Entender qué partes de la historia funcionan mejor en video, cuáles en cómic, cuáles en realidad aumentada, identificar estas elementos será primoldiar.
- Selección de medios adecuados: No se trata de estar en todas las plataformas, sino en las que realmente potencien el mensaje y la conexión con la audiencia.
- Mapa narrativo: Elaborar un “cuadrante transmedia” o un esquema de cómo las distintas piezas se conectan entre sí para guiar al espectador en su recorrido.
En este sentido, el productor no es solo administrador de recursos, sino curador de experiencias narrativas.
La audiencia y los cambios del sigo XXI:
Uno de los grandes cambios del entorno transmedia es que la audiencia ya no es pasiva. Los espectadores participan, opinan, expanden la historia e incluso crean sus propios contenidos derivados. Actualmente la audiencia es parte de la narrativa de una historia son capaces de crear sus propios finales y guiar al productor en las decisiones a tomar.
El productor audiovisual, por lo tanto, debe asumir un rol de gestor de comunidades, incentivando la participación yal mismo tiempo manteniendo un delicado equilibrio entre el control editorial y la libertad creativa del público. Productor es productor y la audiencia siempre será audiencia.
Este cambio exige al productor tener nuevas habilidades, como el manejo de redes sociales, moderación de comunidades, escucha activa y sobre todo la capacidad de integrar el feedback en el desarrollo narrativo sin perder coherencia con el universo creado.
Nuevas competencias del productor transmedia:
En este contexto, el perfil profesional del productor se expande:
- Gestión multidisciplinaria: Coordinar equipos que van más allá de cineastas, incluyendo diseñadores de videojuegos, expertos en marketing digital, programadores o community managers.
- Conocimiento de herramientas digitales: Google Analytics, SEO, gestión de plataformas y campañas multiplataforma.
- Visión a largo plazo: Un proyecto transmedia puede evolucionar durante años, no se trata solo del estreno, sino del mantenimiento de una narrativa viva.
- Capacidad de negociación: Articular colaboraciones con marcas, instituciones o comunidades que puedan enriquecer la historia.
Puedo concluir, en que la labor del productor ya no termina con la entrega de un producto audiovisual, sino que se prolonga en el tiempo a través de la gestión de un ecosistema narrativo dinámico donde cada medio suma, donde la audiencia participa y la historia se transforma en una experiencia compartida.
En definitiva, el productor transmedia no solo produce contenidos, produce universos y experiencias que viven más allá de la pantalla.
Comentarios