Trascendencia: El Desarrollo humano “La adultez desde distintos contextos y sus factores influyentes”

Por: Nashua Abello, María Diaz Granados y Sebastián Rodríguez.

El desarrollo en la adultez está caracterizado por ser un proceso de cambio adaptativo en el comportamiento. Es claro que dichos cambios experimentados por las personas son diferentes, numerosos y muchas veces inciertos, lo que significa que puede tomar diferentes direcciones, las cuales, con el paso del tiempo tienden a hacer del desarrollo un proceso más complejo de lo que eran en el inicio. A su vez, permite que la persona que está atravesando por esta etapa del desarrollo aprenda a lidiar con sus condiciones de existencia, tanto internas como externas, las cuales siempre están bajo constante cambio.

Es importante tener en cuenta el papel del aprendizaje en el proceso de desarrollo adulto. Este influye en aquellos cambios comportamentales, los cuales pueden ser causados por el proceso de maduración cerebral y de otros sistemas, como también resultado de la experiencia particular que tiene cada ser; la interacción entre la maduración y el aprendizaje hacen parte del desarrollo. En el caso del desarrollo adulto, la experiencia se vuelve fundamental a medida que las personas van envejeciendo. Los adultos mayores pueden desarrollar nuevas y diferentes habilidades, puede que no tan rápido como un niño, pero gracias a los patrones de comportamiento que han ido adquiriendo y que están biológicamente determinados, les permite la adquisición de diferentes destrezas (Papalia ét al.,2009).

Encontramos que el ambiente es un factor que incide directamente en los óptimos resultados a nivel físico y psicológico del sujeto, entendido como el entorno en el cual el sujeto se desenvuelve. Cabe resaltar que no permanecemos a lo largo de nuestra vida en un solo ambiente, sino que cambiamos constantemente, por ejemplo, el ambiente escolar es diferente al ambiente familiar. Esto último lo encontramos en el enfoque bio-ecológico que dio Bronfenbrenner sobre el desarrollo, situando multitud de ambientes en lo que denominó un sistema comprendido por distintos micro, macro y exosistemas. El aprendizaje es entonces el proceso que nos permite adaptarnos en estos ambientes: esto, a nivel cognitivo, determina la eficacia del desarrollo y a su vez abre puertas a un estado psicológico pleno, donde las interacciones positivas con el medio cooperaran en el mantenimiento de una buena salud mental y física (Papalia ét al., 2009). También observamos que, dentro del ámbito psicológico se encuentra la personalidad, un constructo ampliamente estudiado, ya que permite entender la relación de los trastornos con la historia del paciente, la personalidad, según los teóricos ,se construye a lo largo de la vida, en sí podría decirse que adquiere piezas del proceso de desarrollo ya que para ella es primordial la influencia de agentes externos al sujeto; estas características que marcan la personalidad del adulto pueden permanecer hasta la vejez, pero también se debe tener en cuenta que por el envejecimiento cronológico algunos rasgos pueden variar.

Por consiguiente, cabe resaltar la importancia de cada uno de estos factores como lo son el ambiente, el contexto y la maduración, a nivel psicológico y cognitivo, que a lo largo del desarrollo han permitido los cambios y adaptaciones que el ser humano ha generado; en las primeras etapas de su desarrollo, le propician habilidades y conocimientos que trascenderán hasta la vejez, aún en esta última fase del ciclo vital el individuo continuará aprendiendo, adaptándose y cambiando, por lo anterior podemos decir que el desarrollo humano es un proceso constante y dinámico que comienza desde el momento en que adquirimos experiencias vitales y termina solo con la muerte, por lo tanto aún a los ancianos no debe menospreciárseles a la hora de aprender, pues la edad no es impedimento para aprender y desarrollarse.

Referencias

Papalia, D.E., Sterns, H.L., Feldman, R.D. y Camp, C.J. (2009). Desarrollo del adulto y vejez. Mc Graw Hill.