En defensa de la tristeza

Las emociones son respuestas inmediatas e involuntarias ante estímulos externos o internos, que se caracteriza por cambios fisiológicos que predisponen la conducta, entre estos cambios, unos de los que más resaltan son las expresiones faciales que surgen a partir de la emoción, son específicos y diferentes para cada una de ellas.

Un Dato curioso es que está demostrado que estas expresiones faciales son universales y transculturales.

Observe las siguientes fotografías y distinga la emoción que se presenta:

Ahora bien, piense en su persona más querida y cercana, imagine que dicha persona fallece, usted se encuentra en su funeral, todos lloran y a usted lo embarga la sensación de pérdida irreparable.

Si lo pensó con suficiente intensidad seguramente se reflejó en su expresión facial algo similar a lo expuesto en las imágenes anteriores, además es posible que haya experimentado cambios fisiológicos como presión en el pecho, vacío en el estómago, llanto, hormigueo en las manos y pies, entre otros. Estas respuestas son propias de la tristeza, tema que ampliaremos a continuación:

Se dice que la persona está triste cuando, a nivel cognitivo, se produce una falta de interés y de motivación por actividades que antes eran satisfactorias y se vislumbra la realidad desde un ángulo negativo; sólo se ve lo malo de las situaciones o, cuando a nivel conductual, la persona suele restringir las actividades físicas haciendo muy poco o nada, presenta modificaciones en las facciones faciales y en la postura (Vallés y Vallés, 2000).

La tristeza, se considera como una de las emociones principales al igual que la sorpresa, el disgusto, ira, miedo y alegría. Las emociones tanto como negativas o positivas son necesarias para la interacción con el ambiente, teniendo influencia en el comportamiento de las personas.

A pesar de que se podría pensar, y muchos autores la consideran una emoción negativa, esta nos permite asimilar una pérdida, daño recibido, fracaso o una situación aversiva, es cierto que reduce la capacidad de atención en estímulos exteriores, pero se fomenta el autoexamen constructivo, con lo que se focaliza la atención en las consecuencias a nivel interno de la situación. Este encierro introspectivo nos brinda así la oportunidad de llorar la pérdida o la esperanza frustrada, planificar y cuando la energía retorna, brinda la oportunidad de un nuevo comienzo.

Es fundamental para la adaptación con el ambiente y cumple un papel importante en la esfera social, pues permite comunicar nuestro estado emocional, reconocer el estado emocional del otro para entender que va a necesitar de nuestro apoyo y compañía, facilitando la cohesión social.

A diferencia de la alegría, la ira o el miedo que son emociones de poca duración, la tristeza puede prolongarse en el tiempo, generando la posibilidad de transformarse en un sentimiento como el de soledad, apatía, autocompasión, desconsuelo, melancolía, pesimismo y desánimo entre otros, al no ser tramitado correctamente puede traer serias consecuencias como se mencionará a continuación.

Si la tristeza no es bien tramitada por la persona, y perdura por mucho tiempo, se puede desarrollar un trastorno como lo es la depresión, que se caracteriza porque la persona expresa tener sentimientos de melancolía, que se siente infeliz, triste, se puede percibir derrumbado o que la vida no tienen mucho sentido vivirla, cabe resaltar que todos podemos experimentar esta emoción por razones varias, como la pérdida de un ser querido, un rompimiento, la separación de la familia, entre otros, pero, cuando perdura en el tiempo sin tramitarse correctamente, es una alerta que puede significar el desarrollo de dicho trastorno.

Este blog se escribe por estudiantes de Psicología de la Universidad del Magdalena, como resultado de aprendizaje en la asignatura Motivación y emoción, impartida por la docente Wendy Tatiana Cervantes Perea. @wcervantes

Autores:

• Francy Cabrera C.
• María E. García.
• Rolando G. Sarmiento.
• Cristian Ovalle.

Bibliografía

• Cuervo Marinez, A. & Izzedin Bouquet, R. (2007). Tristeza, Depresión y Estrategias de Autorregulación en Niños. Tesis Psicológica, 2, 35-47. https://www.redalyc.org/pdf/1390/139012670004.pdf
• Depresión. (s. f.). https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003213.htm
• Estrada, L. (2018). Motivación y Emoción. AREANDINA, 43-48.

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