La inteligencia artificial ofrece ventajas significativas, ya que brinda acompañamiento personalizado, disponibilidad permanente y acceso rápido a gran cantidad de información, lo cual favorece el aprendizaje autónomo y flexible. Sin embargo, también presenta desventajas, pues carece de la empatía y comprensión emocional que un docente humano puede ofrecer, además de que su efectividad depende del acceso a la tecnología y de la capacidad crítica del estudiante para no depender exclusivamente de ella.