He venido viviendo situaciones estas semanas que me han hecho sentir un nudo en la garganta, picor en los ojos y una pequeña dificultad para respirar, yo le llamo ansiedad, hace mucho tiempo ella hace parte de mí y he aprendido a identificarla. Soy una estudiante PAC (Permanencia Académica Condicional) y parece que llevo una marca visible que ha determinado la clase de persona que soy, las oportunidades a las que debo o no tener acceso y hasta la clase de mamá que se supone que soy. Sin que nadie se detenga a averiguar el porqué de la situación, porque hemos asumido como sociedad que el que es “mal estudiante” es porque es flojo, porque no se esfuerza lo suficiente, no valora las oportunidades etc.
Y se habla de salud mental, se hacen campañas, se hacen abrazatones, escuchatones, bazares, encuentros y todo lo que se les ocurra, pero no vamos a las raíces, no vamos a las situaciones particulares (tal vez porque implica más trabajo, recursos). Y en mi caso particular, ahí esta la respuesta, en la manera en que abordadé mi salud mental por mucho tiempo, influyó en que me convirtiera en una “mala estudiante”. Cuando me convertí en mamá mis prioridades cambiaron, pero no las supe organizar, no supe gestionar todas las emociones que llegaron en ese momento y me dediqué a mantener a mi hija viva, llevar comida a la mesa, dedicarle uno que otro momento de calidad, pero lo importante era trabajar, recibir un sueldo que supliera las necesidades básicas y yo quedé atrás, me perdí y ha sido difícil volverme a encontrar. Y en medio de esas prioridades desfasadas, me convertí en una estudiante PAC, que se siente atemorizada, que ha recibido comentarios pasivos agresivos que me han lastimado y hasta han colocado a mi hija de 9 años “de vigilante” porque ella “si es buena estudiante y no se parece en nada a su mamá”.
Y no, por una materia con la que no conecto, no soy mala estudiante, por una materia donde me encontré con docentes sin pedagogía, no soy mala estudiante; por haberle dado prioridad a mi hija no soy mala estudiante, y es algo que me ha costado entender e interiorizar. Y aunque estoy dando todo de mí, tanto que en este momento trabajar dejó de ser una prioridad vital, si tengo temor de no llegar a cumplir las expectativas que se requieren para quitar esa marca.
Recommended10 Me gustaPublicado en Psicología, Salud
Comentarios
Es un gran reto Kelly y solo quien lo vive puede dimensionar lo que representa. Totalmente de acuerdo contigo, no es el ir bien o mal en una materia lo que habla por ti y lo que eres. Adelante, continúa, hazle el quite a todos esos parásitos que solo quieren minar todo ese potencial que tienes y la esencia de tu ser. Que nada te detenga. Eres un ser especial, único e irrepetible y si, Dios te ha bendecido con tu princesa y es muy importante la dimensión que desde tu óptica le des a cada aspecto de tu vida. Obvio, no nos identificamos con todos, eso es muy natural, pero eso no nos hace menos capaces o diligentes. Tienes mucho para dar, quien se va o no lo aprecia es quien realmente está perdiendo. Un abrazo fraternal y los mejores deseos porque cada día papá Dios fortalezca tu personalidad y puedas tomar las mejores decisiones. No desmayes.
Es difícil priorizar cuando apenas estás aprendiendo a comprender que ha llegado a tu vida un ser que depende al 100% de ti, no considero que existan malos estudiantes por voluntad propia, simplemente son personas las cuales tienen que suplir necesidades básicas no solo de ellos, sino también de otros que dependen de ellos. Muchas veces somos muy críticos y duros con nosotros mismos, lo cual hace que creamos lo que muchas veces nos dicen aquellas personas que nos rodean( si ya usted es mamá dedique se a cuidar a su hijo, está carrera no es para usted, sino tiene tiempo no se meta a estudiar, entre otras palabras de desaliento que desmotivan).
Pero es la perseverancia lo que nos ayuda a cambiar la forma en que nos vemos y nos ven las demás personas, ya que a pesar de tantos altos y bajos durante nuestra vida universitaria, seguimos día a día entregando todo de nosotros para lograr cumplir nuestros objetivos, aunque nos tome más tiempo que a otros estudiantes.