Autores: Andrea Achurys, Cristian Escorcia, Angelina Gutierrez, Luisa Mantilla y Alexander Silva.
«La familia, dice Morgan, es el elemento activo; nunca permanece estacionada, sino que pasa de una forma inferior a una forma superior a medida que la sociedad evoluciona de un grado más bajo a otro más alto…”. (como se citó en Engels, 1884)
Teniendo en cuenta esta frase, la familia es la base y principio de la sociedad; su contribución a esta se puede corroborar porque a medida que ha evolucionado, se han creado diferentes formas de organización social, que consigo han evidenciado diferentes costumbres, pensamientos, tradiciones, leyes, estilos de vida, cultura, etc. y de no haber ocurrido esto, es probable que no existiese lo que Bronfenbrenner denominó en su teoría ecológica como “El macrosistema”.
En esta línea, Engels (1884) en su libro “Origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado” describe la existencia de 4 tipos de familia: La consanguínea, punalúa, sindiásmica y monogámica, cada una con una esencia distinta. De todas, la punalúa perteneciente a la etapa del salvajismo nos ha parecido muy peculiar.
Empezando por el nombre “Punalúa”, significa “compañero íntimo”, pero… ¿Por qué?
Pues, ¡sencillo! Es una familia en la cual se da el matrimonio grupal, tres hermanos biológicos pueden estar casados, tener parejas, vivir juntos y compartir parejas en una relación poliamorosa. Lo curioso es que esta práctica estaba arraigada a la creencia de que la unión fraternal fortalecía los lazos familiares, la supervivencia del grupo y la solidaridad dentro de este. Además, al prohibirse el incesto entre hermanos de la misma madre, tema que aún existe en muchas culturas, esta organización permite que puedas casarte con alguien que podría ser tu primo-hermano.
Considerando sus características, la poligamia está presente y actualmente en muchos lugares se observa, mayormente en los países musulmanes y africanos; Burkina Faso, Afganistán, Camerún, Emiratos Árabes Unidos, Níger, Guinea, Egipto, Catar, Congo, entre otros. Eso sí, a nivel de oriente medio solo es permitido si es de un hombre con varias mujeres. Por su parte, en el lado occidental, cuando nos hablan de poligamia hacemos múltiples combinaciones de hombres y mujeres, a modo de amor libre y aunque son permitidos por la sociedad, a nivel legal la situación cambia. Desde Naciones Unidas, por ejemplo, la Comisión de Derechos Humanos y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer consideran que los matrimonios polígamos constituyen una discriminación contra la mujer y han recomendado su prohibición.
Entonces, si la misma poligamia no está del todo aceptada a nivel legal en el mundo, ¿cómo sería posible que la familia punalúa lo estuviese en términos tanto legales como sociales?
La realidad es que si nos devolvemos al pasado, personajes como Charles Darwin, Edgar Allan Poe y Albert Einstein se casaron con sus primas hermanas. Hoy en día, es común ver este tipo de unión matrimonial en países de Medio Oriente, el sur de Asia y el norte de África; también, está permitido en partes de Europa, América y Australia. Si bien, puede tener beneficios en cuanto al apoyo económico y emocional con los hijos y el hogar, presenta desafíos que no la hacen vigente en la actualidad.
Desafíos de la familia punalúa en la contemporaneidad
1. Ámbito psicológico
En primer lugar, la dinámica de compartir parejas puede generar celos, inseguridades, complejos o incluso impactos graves en la autoestima de cualquiera de los miembros del grupo. Esto si tenemos en cuenta que, por naturaleza, nuestro sistema límbico tiende a primar sobre la corteza prefrontal, encargada del pensamiento y la razón. Entonces, por más que se establezcan acuerdos dentro del grupo, es altamente probable que en algún momento existan conflictos emocionales que alterarán el ambiente familiar. Y si el ambiente familiar se altera, se produce un desbalance en el área psicológica, física y social de cada integrante, especialmente, si hablamos de la descendencia. En este sentido, el tema de la comunicación juega un rol importante, que se cuestiona porque, si no es lo suficientemente clara y efectiva entre todos los miembros, habrá muchos más malentendidos o desacuerdos que los que ya se dan, en cualquier otra familia.
2. Ámbito socio-cultural
Por otro lado, por el mismo hecho de vivir fuera de las normas tradicionales de relaciones monógamas, pueden enfrentarse a un estigma social; presión externa de amigos, familiares y la comunidad en general por no seguir lo que se ha considerado como “normal”. Pero ¿Por qué representa un estigma social casarse con un primo-hermano?
Volviendo un poco la historia, recordemos que casarse dentro de un mismo grupo era útil para subsistir, pero el buscar aliarse con otros podía servir mucho más para entablar vínculos seguros, firmes y duraderos. En este ámbito, Levi Strauus llegaba a decir que ese hecho determinaba la aparición de la cultura y, por tanto, de la propia realidad del ser humano. A partir de ahí, las distintas culturas han «santificado», la prohibición del incesto y lo han adecuado a sus propias condiciones.
Paradójicamente, con la aparición del Estado Moderno (XVII-XVIII) los Reyes Europeos para mantener las alianzas entre reinos, los casamientos entre los miembros de una misma familia eran normales y el poder Papal actuaba de notario en este tipo de eventos. Entonces, técnicamente no era una práctica “anormal”, solo que en el contexto en el que vivimos generalmente quienes tienen el poder, son quienes más promulgan qué es lo aceptable y qué es lo imperdonable. Por su parte, desde el Código de Derecho Canónico, la Iglesia no permite el matrimonio en línea recta de consanguinidad, el compromiso entre padres e hijos, abuelos y nietos, etc. tampoco se acepta en el tercer grado (tíos, sobrinos) ni en el cuarto grado colateral, donde están los primos hermanos.
3. Ámbito biológico
Por lo biológico, la ciencia señala que solo por decidir tener descendencia corres entre un 3% y un 4% de riesgo de tener un hijo con uno de los principales problemas (genéticos), por lo que, en una pareja de primos hermanos, se duplica ese riesgo (Chung, 2022). Ocurre que cuando se comparte el 12,5% de información genética con la pareja, existe mayor riesgo de que ambos lleven una mutación dentro del mismo gen. Un ejemplo, fue una familia endogámica de judíos ultra ortodoxos que la académica Wendy Chung, estuvo estudiando. En este, uno de los miembros tuvo varios hijos con la enfermedad de Tay-Sachs y estos fallecieron antes de los 5 años. Cabe aclarar que, la familia punalúa no es considerada en sí misma como endogámica, porque no está restringida a un solo grupo o linaje, pero como involucra a primos hermanos, de alguna forma hay una conexión biológica, (que no es maternal) entonces por eso, resaltamos este caso.
4. Ámbito legal
Ahora bien, en muchos lugares, las leyes y estructuras sociales están diseñadas para apoyar las relaciones monógamas, lo que puede dificultar la creación de arreglos legales y sociales adecuados para las familias punalúa. Esto puede afectar aspectos como la crianza de los hijos, la propiedad compartida y el acceso a beneficios legales y sociales. Pero ¿por qué?
Si nos remontamos a la época en la que Engels basa su magnífica investigación antropológica, podemos abordar la situación desde una perspectiva bastante divergente con respecto a la nueva contemporaneidad. En aquel entonces el foco de la sociedad fue constituir distintos prototipos de familia con la finalidad de suplir las necesidades comunitarias y encontrar una mejor armonía social sin tener en cuenta aquellas consecuencias jurídicas pertenecientes a nuestra coexistencia. De esta manera, no se preocuparon por todos esos cambios culturales, jurídicos y económicos que se presentan hoy con el surgimiento de estados gobernantes y nuevas ideologías políticas, donde nacieron leyes que excluyen de manera objetiva a la familia Punalúa como un matrimonio lícito.
Ignorando un poco la diversidad cultural adyacente en el mundo, pero con fines de objetividad, podemos reducir el matrimonio como la Unión consensuada entre dos personas, todo esto con el propósito legal de facilitar procesos como la división equitativa de responsabilidades, una genuina repartición de herencias y también la custodia de los hijos. Es aquí cuando tiene lugar los problemas legales que abarca contraer ese tipo de matrimonio en el presente. ¿Cómo sería la repartición de los bienes entre tantos individuos? ¿Quién se queda con los hijos en caso de separación?, o mejor, ¿Cómo sabríamos cuál es el padre de cada uno de los hijos? Son estas algunas de las consecuencias normativas que tendría un estado conformado por microsistemas Punalúa en pleno siglo XXI.
¿Nuevos Horizontes?
Pues bien, se podría considerar que en una futura evolución esa característica poligámica de la familia punalúa se pueda ver reflejada en la sociedad y veamos hogares conformados en esta base, los cuales además mantendrían como principal aspecto el no tener algún tipo de relación amorosa con personas de parentesco en común; ya no solo sería un grupo de hombres compartiendo a una mujer, sino que se transformarían en relaciones más diversas en cuanto a la conformación de los grupos, toda esta estructura conservando esa idea de apoyo mutuo y solidaridad que sobresale de las familias punalúa. En este sentido, consideramos que actualmente esto no está lejos de nuestra realidad, porque se han presentado algunos casos de familias poligámicas o familias en grupo que, aunque han sido controversiales, están promoviendo una tendencia fuera de lo “común” que nos invita a desarrollar un pensamiento crítico sobre si estas serían o no rentables en tiempos próximos, teniendo en cuenta aspectos morales, éticos, sociales, culturales y religiosos.
En resumen…
Si bien la familia punalúa puede ofrecer beneficios como apoyo mutuo y solidaridad, también presenta desafíos en términos de complejidad emocional, comunicación, estigma social, aspectos legales y presión externa. Como en cualquier tipo de relación, es importante que los miembros de una familia punalúa aborden estos desafíos con cuidado, respeto y comunicación abierta, pues a la final, familia es familia; un microsistema que funciona como el engranaje de la sociedad, y sin la cual, esta no funcionaría.
Y cuéntanos… ¿Qué opinas? ¿Es vigente o no la familia punalúa?
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Referencias.
Chloe. (2017, 21 junio). En estos países el matrimonio no es solo cosa de dos (y no, no es por la suegra sino por la poligamia). Trendencias. https://www.trendencias.com/sexo-y-relaciones/matrimonios-ampliados-en-estos-paises-la-poligamia-es-legal
Engels, F. (1884). El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. Marxists Internet Archive. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/el_origen_de_la_familia.pdf
Fajardo, C. P. S. (2023, 6 julio). Poligamia: estos son los países donde es permitido y es legal. El Tiempo. https://www.eltiempo.com/cultura/gente/poligamia-estos-son-los-paises-donde-es-legal-783947
Perplejo, E. A. (2016, 31 octubre). ¿Por qué supone un estigma social casarse con un primo? Cuestionario Buena Vida. El Antropólogo Perplejo. https://antroperplejo.wordpress.com/2016/10/31/por-que-supone-un-estigma-social-casarse-con-un-primo-cuestionario-buena-vida/
Redacción, D. (2022, 27 abril). Matrimonio entre primos, ¿Qué dice la Iglesia? Desde la Fe. https://desdelafe.mx/noticias/sabias-que/matrimonio-entre-primos-que-dice-la-iglesia/
Recommended2 dieron "Me gusta"Publicado en Psicología, Salud
Comentarios
La familia Punalúa no podría ser vigente en el mismo sistema en que vivimos, al menos no en occidente donde los valores judío-cristianos están demasiado presentes en las familias y considero que al estado no permitiría mucho este tipo de familias.