Considero que el universo transmedia depara grandes retos para el productor, se dice que un productor debe saber de todo y si no lo sabe, por los menos debe saber a quién buscar para resolver sus dudas; en muchas ocasiones lo comparan con un director de orquesta y aunque en ocasiones, sí que lo somos, creo que la principal virtud que debe tener un productor, es tener un buen olfato para las historias y contar con una gran intuición para avanzar sobre el mundo… lo demás, se va aprendiendo y/o desarrollando sobre la marcha.

Es indiscutible que cada área tiene su especificidad y aunque hay muchas cosas similares entre el cine y la TV, no es lo mismo producir contenidos para tele que producir un corto o largometraje imagen real o animación para salas de cine; generalmente sus diferencias radican en el contenido, el lenguaje y las características técnicas de cada obra, lo cual, no es un tema menor, en ese sentido, creo que al productor que emprende un proyecto transmedia, debe agudizar sus sentidos y conocimientos sobre lo que ya maneja (suponiendo que el transmedia incluya un componente audiovisual) logrando generar convergencias y/o conversaciones con otros formatos, narrativas y lenguajes.

Aquello que suena tan sencillo, pero que para nada lo es: La creación del universo, es un campo super creativo en donde muchas veces los productores tenemos una gran incidencia, en esta etapa es muy importante nuestra mirada, porque somos los encargados de ser el polo a tierra y pensar cómo lo vamos a volver realidad, en ese momento, la creatividad se vuelven números en la cabeza que debemos hacer viables… tremendo reto… y el segundo racionamiento, inmediatamente posterior a semejante descarga es: ¿Cómo lo comercializamos? o ¿A qué lógica de consumo corresponde?

Concept art ¨El susurro del mar¨

En ocasiones también me gusta pensar que el productor es como aquel ser misterioso que tiene adelante una bola de cristal con la que logra ver el futuro, es una tarea exigente, pensar hoy lo que el espectador y/o usuario podrá ver o disfrutar dentro de 2, 4 o 6 años (dependiendo del tipo de proyecto), es un tremendísimo reto.

En el caso particular de mi proyecto ¨El susurro del mar¨, que nació siendo un largometraje infantil animado para salas de cine, nos hemos concentrado en hacer ese único proyecto, que ya de por sí es una misión titánica en nuestro país… sin embargo y justamente, teniendo en cuenta las pocas fuentes de financiación con las que contamos, el carácter no comercial (masivo) de la historia y el look artístico que queremos darle… hemos pensado que en caso de no poder conseguirlo, un posible giro es convertirlo en un proyecto transmedia y no porque sea más económico o fácil hacerlo, para nada, sino porque su gran ventaja, es que se puede ir realizando de una manera modular que permite avanzar por fases, así existan dependencias o conexiones con otros formatos o narrativas, al menos, de alguna manera se puede ir avanzando.

Exploración artística de escenarios ¨El susurro del mar¨

Considero que la producción de una proyecto transmedia es más exigente que el de una producción audiovisual, porque hacer dialogar distintos formatos o narrativas no es fácil, aunque al mismo tiempo, me parece super apasionante porque nos abre una abanico de posibilidades que no existen en el audiovisual convencional y donde hay un enorme campo abierto por innovar y explorar; es así como nos obliga a adentrarnos en otros universos, a conocer otras especialidades, a crear otras metodologías de trabajo y lógicas de producción, y muy especialmente nos obliga a ser más creativos en nuestra forma de pensar, de conformar nuestros equipos de trabajo, de generar modelos de financiación y de crear algo único, ojalá potente y cautivador que la saque del estadio.

T0 Me gustaPublicado en Arte y Producción, Comunicación

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