Cuando te enfrentas a un proyecto Transmedia, la producción audiovisual cambia radicalmente, ya que no se limita a la creación de una sola pieza, sino a la construcción de un universo narrativo expansivo. Esto, a su vez, transforma el rol del productor, que pasa de ser un organizador a un estratega narrativo.
En mi caso el cambio está ligado en el cómo pensamos en nuestro público, que cada vez está más diversificado y que busca experiencias sensoriales más envolventes y dinámicas, el resultado de un cambio global que abrió nuevos caminos para contar historias, donde el público también participa y robustece el relato, los fans pueden crear contenido, expandir el universo y ser parte activa de la narrativa, lo que la hace más dinámica, como un sistema vivo en constante movimiento a diferencia de las narrativas clásicas. No se trata de adaptar una película a un videojuego o un libro a una serie, sino de pensar en una historia que nace y se expande de manera coherente en múltiples plataformas, donde cada una aporta una parte única e indispensable a la narrativa total, la historia se fragmenta y se distribuye en diferentes medios (cine, series, podcasts, redes sociales, videojuegos, etc.), y cada uno ofrece una experiencia distinta y complementaria, en ese sentido la función del productor en los proyectos Transmedia evoluciona y se transforma significativamente ya no solo para gestionar recurso si no para ser arquitecto de experiencias.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Arte y Producción
Comentarios