La mejor manera de mantener a los jóvenes en casa es construir una atmósfera agradable en el hogar.
<Dorothy Parker>
Tomando como punto de partida que la adolescencia es un periodo de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad, se vuelve ineludible abordar subtemas como el desarrollo social y emocional de los mismos. Este pasadizo que lleva de la infancia a la edad adulta está plagado de comportamientos con frecuencia variables, dificultad para establecer una relación proporcional entre sus emociones y sus reacciones, e inclusive encontrar su lugar en el mundo que los rodea. Pese a que las características de esta etapa pueden superar en ocasiones la razón y buena voluntad de los cuidadores, es importante tener presente que suelen ser crisis normativas propias del desarrollo adolescente (Falke & Pellegrino, 2020).
Teniendo en cuenta lo establecido en la literatura y los medios de socialización más utilizados por los jóvenes en la actualidad, se menciona una serie de características del desarrollo social y emocional de los adolescentes.
En esta etapa inicia un proceso de búsqueda de los adolescentes de dónde engranan mejor con sus pares y su entorno social. comienzan a explorar, desechar o reafirmar diferentes características en busca de formar su identidad personal. En este instante de absorber y desechar, los jóvenes suelen pasar por varios grupos de iguales que cuenten con aspectos afines o deseables. Cuando el adolescente cuenta con un sistema de apoyo estable, al superar esta fase logra convertirse en una persona autocrítica, capaz de tomar decisiones, resolver conflictos y desenvolverse correctamente con sus habilidades en otros ambientes sociales. (Chala, 2013).
Al ser una etapa cargada de cambios físicos, aumento de las hormonas y los cambios en la estructura del cerebro propios del crecimiento, los jóvenes pueden evidenciar labilidad emocional, pasar de la alegría a la tristeza o de la inseguridad al mito de invencibilidad. Por otro lado, interacciones sociales complejas como los conflictos con amistades, la carga académica y los intentos de relacionarse sentimentalmente, pueden poner fuera de sí el estado emocional de los adolescentes (Garaigordobil, 2006).
Los jóvenes frecuentemente presentan dificultad para apreciar las situaciones desde el punto de vista de los demás, en gran medida esto está relacionado con sus estructuras cerebrales, las cuales se encuentran aún en desarrollo; es por esto que su opinión puede ser interpretada como egocéntrica y enfocada en sus propias necesidades, sin evaluar cómo esas necesidades afectan a los demás. Este modo de pensar que ante los demás se interpreta como falta de empatía y generalmente los acompaña hasta el final de la adolescencia. No obstante, la ausencia total de empatía podría significar que existe un problema profundo de salud mental más significativo, por lo tanto se requerirá acudir a un terapeuta con experiencia en adolescentes para recibir acompañamiento profesional.
En el transcurso de la adolescencia, para los jóvenes tienen prelación los lazos con sus pares sobre los lazos familiares. Pese a que los vínculos familiares continúan teniendo importancia en la formación y desarrollo de los adolescentes, los jóvenes con frecuencia le dan prioridad a la percepción de sus amistades. Asimismo, los adolescentes pueden verse fuertemente influenciados por las creencias y comportamientos tendencia de sus amigos o los comúnmente llamados “influencers” y a menudo son sensibles a la presión negativa de sus contemporáneos.
Muchos jóvenes utilizan las redes sociales como su principal fuente de diversión, para ponerse en contacto con sus amigos, conocer a otras personas, intercambiar mensajes e imágenes y seguir tendencias efímeras. Para los adolescentes, las redes sociales y el Internet ofrecen alternativas de interacción y socialización carentes de control parental, se pueden sentir como otras personas e incluso construirse una personalidad a gusto, mostrándose no como son sino como desearían ser (Ruiz-Corbella, 2013).
Los jóvenes con frecuencia se encuentran atraídos a deambular en los límites de las reglas enseñadas por los cuidadores y maestros. Aunque este comportamiento puede ser identificado como rebeldía, en la mayoría de los casos se encuentra motivado por un fuerte interés de formar su autonomía, conocer la verdad de las cosas, probar nuevos horizontes y reafirmar su independencia.
Referencias:
- Falke, G. O., & Pellegrino, J. A. (2020). Salud integral del joven y del adolescente. Medicina preventiva y social. Rev Asoc Méd Argent, 133(4), 24-9.
- Chala Bernal, L. D., & Matoma Fetiva, L. V. (2013). La construcción de la identidad en la adolescencia.
- Garaigordobil, M., & Durá, A. (2006). Relaciones de autoconcepto y la autoestima con sociabilidad, estabilidad emocional y responsabilidad en adolescentes de 14 a 17 años. Análisis y modificación de conducta, 32(141).
- Ruiz-Corbella, M., & Juanas-Oliva, Á. D. (2013). Redes sociales, identidad y adolescencia: nuevos retos educativos para la familia.
Imagen tomada de Katie Silve, Health reporter, BBC News- 19 enero 2018.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Educación, Psicología
Comentarios