Por: Milagro Ponce Montes
Ocuparse por el fortalecimiento de la democracia, es un trabajo de todos desde nuestros diferentes roles, la casa, la escuela, la universidad y cualquier sitio donde socialicemos y convivamos.
Para hacerlo bien, debemos entender que la educación consiste en acompañar a nuestros hijos y alumnos en su proceso de convertirse en personas autónomas que necesitan desarrollar competencias en valores. Para vivir en democracia es necesario formar en ciudadanos comprometidos, respetuosos de la diferencia y defensores del bien común. Que sean capaces de extender lazos de solidaridad, de abrir espacios de participación y que generen normas de sana convivencia.
Todo esto como reflexión del próximo proceso electoral que se avecina, el cual hoy más que nunca es fundamental para los cambios que necesita el Estado colombiano. Al cual invito a participar de manera crítica e independiente.
Les puedo decir que ser un buen ciudadano es algo que se aprende, se conquista y se perfecciona con el ejercicio, la reflexión y el análisis permanente de los derechos y deberes. No se nace siendo ciudadano se llega a hacerlo en un proceso de formación que se inicia en el espacio público educativo, del encuentro con los otros, los debates, los consensos, los acuerdos y desacuerdos y desencuentros, eso sí, siempre dentro de la tolerancia, el respeto y la consideración por los demás.
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