Las familias, como organismos vivos en constante evolución, atraviesan un proceso de transformación a lo largo de su existencia. Este proceso, conocido como ciclo vital familiar, está marcado por una serie de etapas y transiciones que determinan en gran medida la dinámica y el desarrollo de sus miembros.
El ciclo vital familiar es un concepto intrínseco para comprender el desarrollo y la evolución de las familias a lo largo del tiempo. Se ha analizado desde diversas perspectivas, siendo algunos de los enfoques más prominentes los propuestos por Geyman (1948)* , Duvall (1977)**, Carter y McGoldrick (1980)***, así como la visión sistémica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2018)***. Estos modelos proporcionan un marco teórico valioso para los profesionales de la salud, permitiéndoles entender las dinámicas familiares y ofrecer un mejor apoyo tanto a nivel individual como familiar.
Sin embargo, estos modelos a menudo pasan por alto la diversidad de experiencias familiares en la sociedad contemporánea. Por ejemplo, la dinámica de las familias homosexuales, que pueden no seguir el patrón tradicional de matrimonio y procreación, no siempre se refleja completamente en estos modelos. Familias que optan por no tener hijos, que enfrentan dificultades para concebir o que se enfrentan a restricciones legales o sociales para adoptar o recurrir a la subrogación también quedan fuera del alcance de estos enfoques convencionales y que representan realidades cada vez más comunes que no se ajustan a estos esquemas.
Por lo anterior es necesario llegar a dos puntos fundamentales: 1. reconocer que el concepto de familia ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Más allá del modelo heteronormativo de la familia nuclear y que emergen nuevas estructuras familiares y 2. la necesidad de desarrollar modelos explicativos adaptados que consideren la diversidad de las familias contemporáneas, familias monoparentales, familias adoptivas, familias reconstituidas y otras configuraciones no tradicionales también experimentan etapas de desarrollo y enfrentan desafíos y crisis que merecen se ofrezcan herramientas de atención, acompañamiento y apoyo.
Es fundamental para los profesionales de la salud y para la sociedad en su conjunto considerar las implicaciones de esta diversidad familiar. ¿Cómo afectan estas diferentes dinámicas familiares a la salud y al bienestar de sus miembros? ¿Cómo pueden los sistemas de apoyo y los servicios de salud adaptarse para satisfacer las necesidades específicas de estas familias?
Los invito a reflexionar sobre las crisis normativas y no normativas que pueden experimentar las familias que no se ajustan a los modelos tradicionales del ciclo vital familiar. ¿Cuáles creen que son los principales desafíos que enfrentan estas familias? ¿Qué tipo de apoyo necesitan? ¿Cómo podemos desarrollar modelos más inclusivos y comprensivos que aborden la complejidad de las familias contemporáneas?
*Modelo de Geyman: Este modelo se centra en la formación y expansión de la familia, pasando por etapas como la formación de la pareja, el nacimiento de los hijos y su independencia.
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El blog destaca la falta de inclusión en los modelos tradicionales del ciclo vital familiar con respecto a familias no heteronormativas, más que nada porque se suelen enfocar en los hijos, sin tener en cuenta que hoy en día múltiples familias no desean o no pueden tenerlos. A continuación, abordaremos las crisis a las que se puede enfrentar una familia heterosexual que no puede tener hijos, así como también las distintas etapas de su evolución.
Crisis normativas: Hechos o eventos que son esperados dentro del ciclo vital familiar.
– Establecimiento de la pareja: Este se puede dar desde el noviazgo, por medio del matrimonio y hasta unión libre.
– Adopción: Al no poder procrear la pareja puede optar por el proceso de adopción, se enfrentan a diversos requisitos legales, al igual que luchan con los diversos estigmas sociales que van de la mano de tener hijos no biológicos.
– Jubilación: Marca el fin del desarrollo profesional de la pareja, puede llevar a desequilibrios económicos y replanteamiento de objetivos.
– Fallecimiento: Ambos miembros de la pareja fallecen, generando un sentimiento de perdida en familiares y amigos.
Crisis no normativas: Eventos no esperados que generan un desequilibrio en el ciclo vital.
– Muerte o enfermedad prematura de un miembro de la pareja: Puede ocasionar estragos en la salud mental de la otra persona, al igual que generar un sentimiento de soledad.
– Problemas de infertilidad: Inicialmente podría ser considerada una catástrofe para la pareja al desear tener hijos, esto los puede llevar a necesitar asistir a terapias, buscar otras maneras de concebir o en su defecto adoptar.
– Conflictos matrimoniales: La frustración causada por la situación puede llevar a que el matrimonio se desmorone al intentar buscar un culpable dentro del problema y no sentir que haya algo más que los una. Por otro lado, se puede presentar una falta de interés en la pareja y de deseo sexual.
– Abortos espontáneos: Puede causar un alto sufrimiento al tener la ilusión de un hijo, al igual que generar sentimientos de culpa y perdida de la esperanza.
– Problemas emocionales: La imposibilidad de concebir puede llevar a un gran deterioro de la salud mental de la pareja, a presentar altos niveles de estrés, miedo e incertidumbre.
Evolución de la familia:
1. Unión marital: La pareja se forma, se van a vivir juntos y se establecen económicamente.
2. Intento de concepción: La pareja toma la decisión de tener hijos y comienzan a tratar de concebir sin éxito.
3. Descubrimiento: En vista de lo anterior se percatan de incapacidad fisiológica que alguno de los dos posee y son informados al respecto.
4. Alternativas: Se informan sobre las distintas opciones que tienen e intentan optar por alguna de ellas, como la adopción, fecundación in vitro y la posibilidad de un vientre de alquiler, dependiendo de quien presente la condición en la pareja.
5. Decisión: Después de los debidos procedimientos existe la posibilidad de que la pareja termine teniendo hijos o no, de esta decisión depende el resto de la evolución.
En caso de que la familia logre tener un hijo, el resto de su evolución seguiría el curso típico de una familia heteronormativa, pero experimentando algunas crisis distintas. El ciclo vital finalizaría con la muerte de los padres y previamente se habrían dado la salida de los hijos del sistema y la independencia de los padres.
Por otro lado, si la pareja no consigue tener un hijo consideramos que se evidenciaría un salto a la etapa de independencia, puesto que la pareja conviviría por su cuenta, al nunca tener hijos. En caso de que no resistan la situación debido a la frustración, existe la posibilidad de que pasen directamente a la separación.
Integrantes: Valeria Crespo, Aslan García y Daniel Herazo.
El blog nos pareció muy interesante porque aborda la necesidad de cuestionar las teorías tradicionales del ciclo vital familiar que no consideran a las familias no heteronormativas. Ya que, es crucial reconocer la evolución del concepto de familia y desarrollar modelos que reflejen esta diversidad. Esto permitirá ofrecer mejor apoyo a todas las configuraciones familiares, beneficiando tanto a los profesionales de la salud como a la sociedad en general.
Ahora Respondiendo a los interrogantes planteados decidimos centrarnos en la familia heteronormativa que no desea tener hijos, con un enfoque hacía la sociedad latinoamericana para plantear las crisis normativas y no normativas que estos puedan experimentar. Ya que, en las teorías del ciclo vital podemos evidenciar que estas solo se centran en la expansión y el desarrollo de familias con hijos, pero no muestra que crisis puede vivir una familia que no desea hijos, Además agregando el factor de estar en Latinoamérica que por la cultura de estos lugares puede llevar a otras experiencias menos llevaderas.
Las crisis normativas de parejas heterosexuales que no desean tener hijos van desde la presión social y cultural que está ejerce en ellos.
CRISIS NORMATIVAS:
PRIMEROS AÑOS DE PAREJA
Presión social y familiar: Debido a la presión que ejercen en la pareja al no entender su decisión, puesto que, se va de lo culturalmente tradicional los pone en una situación de estrés, al tener que estar defendido su idea de él ¿por que no desean tener hijo? Y lidiar con personas que esto no se le sea válido por sus tradiciones familiares.
Así mismo estás familias serán criticadas y estigmatizadas por no querer tomar el camino que para las otras personas es normal, ya que, serán considerados egoístas o que no son una verdadera familia si no hay un niño presente.
Expectativas de amigos:
Comparaciones: Al ver a amigos y contemporáneos tener hijos, la pareja puede sentir que no está siguiendo el “camino normal”, lo que puede generar dudas internas o sentimientos de aislamiento.
Actividades Sociales: El cambio de actividades y reuniones pueden verse cambiadas al ver a tus amigos con hijos, ya que, esto puede causar un sentimiento de duda y aislamiento al no ver como el estilo de vida de la gente rodeada cambia y no tienen los mismos intereses.
EDAD MEDIA
Planificar a largo plazo: La pareja puede enfrentar desafíos en la planificación de su futuro, ya que muchas estructuras sociales y económicas están orientadas hacia la vida familiar con hijos.
Autoevaluación: La pareja puede enfrentarse a preguntas internas sobre su decisión, cuestionando su esta fue correcta a largo plazo
Relizacion personas: estas personas pueden tener conflicto al cuestionarse el sentido de propósito, y como este está ligado según la sociedad a la crianza de un hijo como parte esencial de una vida completa
EDAD AVANZADA
Preocupaciones por el envejecimiento: En culturas Latinoamérica donde abundan cometarios como “Y si no tienes hijos ¿quién te va a cuidar cuando estés viejo y no puedas contigo mismo?” ya que, los hijos son vistos como el principal apoyo en la vejez, las parejas sin estos pueden enfrentar preocupaciones adicionales sobre quién cuidará de ellos en su vejez y cómo se manejarán sin ese apoyo familiar directo.
Crisis no normativas:
Presión Social y Estigmatización: Muy relacionado con lo anterior vemos que hay una fuerte expectativa social y cultural de formar una familia con hijos. Una pareja que decide no tener hijos puede enfrentar juicios, críticas y presiones de familiares, amigos y la comunidad. Por lo que esta presión puede generar estrés emocional, conflictos internos en la pareja, y tensiones con familiares y amigos cercanos. Además, la necesidad constante de justificar su decisión puede llevar a sentimientos de aislamiento y ansiedad.
Enfermedad Grave o Muerte de un Miembro de la Pareja: La aparición de una enfermedad grave o la muerte de un miembro de la pareja son eventos inesperados y profundamente impactantes. La pareja puede enfrentar dificultades emocionales y financieras significativas. La ausencia de hijos puede aumentar la sensación de vulnerabilidad y soledad, ya que tradicionalmente los hijos adultos son vistos como una fuente de apoyo en tiempos de crisis.
Crisis Paternal/Maternal: Una pareja que había decidido no tener hijos y otro cambia de opinión más adelante, los llevara a enfrentar un conflicto profundo sobre sus valores y objetivos de vida. La discrepancia entre desear hijos y no desearlos puede parecer irreconciliable. Por lo que este conflicto dañar la base de la relación, creando resentimiento, frustración y sentimientos de traición, llevando finalmente a la traición.
La evolución familiar de parejas que no quieren tener hijos
La evolución familiar de parejas que deciden no tener hijos puede tomar diversas formas, dependiendo de factores como la comunicación, los valores compartidos y las expectativas sociales y familiares. Aquí hay algunas posibles etapas y características de su evolución:
1. Establecimiento de la Relación
– Comunicación Abierta: Desde el principio, es crucial que la pareja discuta sus deseos y expectativas sobre no tener hijos. Esto ayuda a evitar malentendidos y conflictos futuros.
– Afirmación de Decisión: La pareja establece su compromiso mutuo y toma decisiones sobre cómo manejar las presiones externas.
2. Primeros años
– Adaptación a las Expectativas Sociales: La pareja enfrenta las primeras oleadas de presión social y familiar. Aprenden a manejar comentarios y a reafirmar su decisión tanto entre ellos como frente a otros.
– Desarrollo de Rutinas y Planes: Sin hijos, la pareja puede enfocarse más en sus carreras, hobbies y actividades que disfrutan juntos.
3. Mediana Edad
– Consolidación de su Estilo de Vida:
La pareja ha encontrado un equilibrio en su vida cotidiana, creando una estructura que les proporciona satisfacción y realización.
– Construcción de Redes de Apoyo: Al no tener hijos, las parejas a menudo invierten en amistades profundas y redes de apoyo comunitario. Pueden formar relaciones cercanas con amigos, familiares lejanos, y otros que compartan sus intereses.
– Inversiones Financieras y Personales: La pareja puede tener más recursos financieros para invertir en su bienestar, viajes, educación continua, y proyectos personales.
4. Edad Avanzada
– Enfrentamiento de Cambios: Sin hijos, la pareja puede necesitar planificar cuidadosamente su futuro, especialmente en cuanto a atención médica y apoyo en la vejez.
– Legado y Contribución Social: Pueden enfocarse en dejar un legado a través de contribuciones caritativas, mentoría, y actividades comunitarias. Las decisiones sobre herencia y planificación de la sucesión también son importantes.
5. Consideraciones Especiales
– Apoyo Mutuo y Autonomía: La pareja desarrolla una fuerte dependencia mutua y una dinámica de apoyo que les permite enfrentar los desafíos juntos.
-Flexibilidad y Adaptación: Al no tener hijos, las parejas pueden mantener una mayor flexibilidad y adaptabilidad en sus vidas, lo que puede resultar en un estilo de vida más dinámico y menos restringido.
– Cuidados Alternativos: En la vejez, pueden necesitar buscar alternativas como comunidades de retiro, servicios de atención domiciliaria, y otros arreglos que aseguren su bienestar sin el apoyo de hijos.
6. Perspectiva Social y Emocional
– Redefinición de Familia: La pareja puede redefinir lo que significa ser una familia, enfocándose en la calidad de sus relaciones y su contribución a la comunidad.
– Manejo de Soledad y Aislamiento: Sin hijos, puede ser necesario desarrollar estrategias para manejar la soledad y el aislamiento, especialmente en la vejez.
INTEGRANTES:
– Danila Blanco
– Juliana Alzate
En este blog, hemos explorado las percepciones sobre diferentes tipos de familias en la sociedad. En este caso, nos centramos en la familia heterosexual que decide no tener hijos y las diversas crisis que pueden experimentar a lo largo de su desarrollo.
Crisis normativas:
Presión social: La pareja puede enfrentar una considerable presión social y familiar para tener hijos, ya que muchas culturas y sociedades valoran la procreación. Los familiares y amigos pueden cuestionar su decisión, lo cual puede generar tensiones y conflictos.
Expectativas y roles tradicionales: Enfrentar y desafiar las expectativas tradicionales sobre la familia puede ser un proceso difícil. La pareja puede sentir la necesidad de justificar su decisión constantemente, lo cual puede ser emocionalmente agotador.
Planeación financiera y de vida: Sin la expectativa de criar hijos, la pareja puede enfocarse más en su crecimiento profesional y personal, así como en la planeación financiera para su futuro. Sin embargo, también deben considerar cómo se manejarán en la vejez sin el apoyo de hijos.
Dinámicas de pareja: La relación de pareja puede centrarse más en su desarrollo mutuo, hobbies, viajes y otros intereses. Esta cercanía puede fortalecer la relación, pero también puede requerir ajustes en la dinámica cotidiana y en las expectativas individuales.
Crisis no normativas:
Problemas de salud graves: Un diagnóstico de una enfermedad grave o un accidente que resulte en una discapacidad significativa puede cambiar drásticamente la vida de la pareja. Estas situaciones pueden afectar la calidad de vida, generar altos gastos médicos y requerir ajustes en el estilo de vida y la dinámica familiar.
Problemas relacionales graves: Situaciones como infidelidad, abuso o separación inesperada pueden deteriorar la confianza, causar una posible ruptura de la relación y tener efectos negativos en la salud mental de ambos miembros de la pareja.
Discriminación y estigma: La pareja puede enfrentar discriminación o estigma por su decisión de no tener hijos, tanto en su entorno social como en el laboral. Esto puede afectar su bienestar emocional y psicológico.
Cambios en la situación económica: La pérdida repentina del empleo de uno o ambos miembros de la pareja, inversiones fallidas o cambios drásticos en la situación financiera pueden generar una crisis significativa. Esta situación puede requerir ajustes importantes en el estilo de vida y la planificación a largo plazo.
Evolución de este tipo de familias:
La evolución de una familia heterosexual que decide no tener hijos puede seguir diferentes caminos, dependiendo de cómo manejen las crisis normativas y no normativas:
Aceptación y reestructuración: La pareja puede llegar a aceptar su situación y buscar otras formas de satisfacción y propósito, como enfocarse en sus carreras, hobbies, viajes o involucrarse en actividades de voluntariado. Este proceso puede fortalecer su relación al apoyarse mutuamente y redefinir su visión de la vida familiar.
Enriquecimiento personal y profesional: Sin la responsabilidad de criar hijos, la pareja puede dedicarse más a su desarrollo profesional y personal, lo cual puede llevar a logros significativos en estas áreas y a una vida llena de actividades enriquecedoras.
Apoyo psicológico: Buscar apoyo psicológico es crucial. La terapia individual o de pareja puede ayudar a manejar el estrés y las presiones externas, facilitando la adaptación a una vida sin hijos.
Red de apoyo social: La pareja puede desarrollar una red de apoyo sólida, construyendo relaciones significativas con amigos y otros familiares, y participando en grupos de personas que también han optado por no tener hijos.
Planificación del futuro: La planificación financiera para la jubilación y posibles arreglos para el cuidado en la vejez se vuelven esenciales. La pareja debe considerar estos aspectos para asegurar una calidad de vida adecuada en su futuro sin depender de hijos para su cuidado.
Aunque las familias heterosexuales que deciden no tener hijos enfrentan desafíos únicos, también tienen la oportunidad de redefinir su vida familiar y encontrar nuevas formas de satisfacción y apoyo.
Integrantes: Melanie Cuello (2023262063), Yulibelle Silva (2023262037)
Nos ha parecido interesante el tema que aborda el blog. Con respecto a este, queremos responder sus preguntas enfocándonos en la familia heterosexual que no puede tener hijos. En primer lugar tendremos en cuenta las crisis normativas. Las crisis normativas consisten en situaciones universales, esperadas, que se producen dentro de la familia (intrasistémicas). Fueron descritas por primera vez por Erick Erickson como parte de las etapas del ciclo vital familiar y su resolución determina el paso de una fase a la siguiente.
En la familia escogida podemos observar las siguientes crisis:
Crisis de la pareja sin hijos: Esta crisis es de esperarse ya que la pareja se enfrenta a la realidad de la infertilidad e imposibilidad de tener hijos biológicos. Pueden experimentar sensaciones de frustración, duelo, pérdida, estrés y falta de control debido a que desean tener sus propios hijos.
Crisis de la edad media: Se presenta cuando ambos miembros de la pareja llegan a la edad media, esta ronda entre los 40 y 50 años, aquí se dan cuenta de que el tiempo para tener hijos se está acabando. Por lo tanto sienten una presión adicional y empiezan a cuestionarse si deben buscar otras alternativas como el uso de técnicas de reproducción asistida o adopción.
Crisis del nido vacío: Pese a que no tienen hijos biológicos, esta crisis se presenta cuando los cónyuges están en una edad más avanzada, alrededor de los 60 o 70 años, y se enfrentan a la perspectiva de no tener descendencia ni una familia extendida. Con el tiempo reciben sentimientos de vacío y falta de propósito.
También debemos tener en cuenta las crisis familiares no normativas, que son aquellas que se presentan por un evento catastrófico e inesperado, las cuales ponen en amenaza la supervivencia familiar y dejan a quienes las experimentan una sensación de desvanecimiento. En ese sentido, algunas crisis no normativas que puede pasar una pareja heterosexual que no puede tener hijos son las siguientes:
Crisis de expectativas no cumplidas: Las parejas pueden enfrentarse a expectativas diferentes sobre el estilo de vida, las metas profesionales o la cantidad de tiempo que pasan juntos. Además, puede surgir resentimiento si uno de los dos culpa al otro por no poder tener hijos. Si estas expectativas no se comunican y gestionan adecuadamente, pueden surgir tensiones y conflictos.
Infidelidad emocional o física: Durante la vida conyugal, puede surgir un momento en el que una de las partes sea infiel a su pareja. En este caso, alguna de las dos partes busque satisfacer su deseo de paternidad o maternidad fuera del núcleo familiar. Lo cual puede llevar a conflictos internos significativos y, en muchos casos, a la separación o el divorcio.
Esterilidad o infertilidad: La esterilidad e infertilidad pueden representar una crisis significativa para una pareja debido a varios factores emocionales, psicológicos, sociales y relacionales. Donde pueden llegar a tener sentimientos de culpa o vergüenza, frustración, ansiedad o depresión, problemas en la comunicación, entre otras cosas. Más teniendo en cuenta su deseo de tener hijos.
Crisis de identidad o desarrollo personal: A medida que las personas crecen y cambian, pueden experimentar crisis personales que afectan la relación. Esto puede incluir cambios en la carrera, la búsqueda de nuevos intereses o pasatiempos, o una crisis de la mediana edad.
Adopción: Al no poder tener hijos, está la posibilidad que se vayan por la alternativa de adoptar, lo traerá cambios a la dinámica y organización del hogar. Además, les puede ser difícil todo el proceso de adopción; incluso, está la posibilidad de que no puedan llegar a adoptar, lo cual traerá problemas emocionales a la pareja.
Evolución:
La evolución de las familias heterosexuales que no pueden tener hijos, se puede mirar desde diversos paradigmas: Primero, están las parejas que pueden optar por tratamientos para combatir la infertilidad, ya sea por parte del hombre o de la mujer. Esta alternativa es altamente costosa, y la variabilidad de esto va a depender del tipo de necesidad, el país o la clínica en la cual se plantee el tratamiento; aun así, hay quienes cuentan con los recursos económicos para solventar esto.
Siguiendo esta idea, en el caso de los hombres, el tratamiento por problemas sexuales o falta de esperma pueden incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos, cirugías o procedimientos de recuperación del esperma. Por otro lado, en el caso de las mujeres, existen medicamentos para la fertilidad, inseminación intrauterina, cirugía y la famosa fertilización in vitro; el método más común en materia de tecnología para la reproducción asistida. Eso sí, no todo es color de rosas, dado que, pueden surgir complicaciones durante el proceso (embarazo múltiple, el riesgo de padecer de un síndrome de hiperestimulación ovárica, sangrado o infección) que van a implicar un desafío emocional y físico para la pareja, y muchos lo continuarán o se inclinarán por otra opción.
Por su parte, también están las parejas que pueden inclinarse por el sistema de adopción, ya sea porque la causa de la infertilidad no puede corregirse o no desean asumir los costos de un tratamiento. Nuevamente, es un proceso que va a variar según el país y las leyes específicas, también va a requerir un compromiso por parte de cada miembro que conforma la pareja, de su disposición, deseo de ser padres y la aceptación de no poder tener un hijo biológico. Asimismo, es probable que en estos casos, dependiendo de los recursos con los que cuenta la familia, busquen ayuda en personas que hayan pasado por los mismos procesos, asistan a terapia y busquen asesoría legal para que todo salga bien ya que el desarrollo de esto es complejo.
Por último, podríamos decir que estarán las familias que no pueden contemplar ninguna de las dos opciones anteriores porque no cuentan con los recursos económicos o simplemente uno de los dos miembros de la pareja no se siente cómodo asumiendo el tratamiento de infertilidad o listo para concebir como hijo a alguien que no es de su misma sangre. En este caso, es probable que la pareja se disuelva porque uno de los dos miembros no se siente satisfecho o se frustra. Generalmente, se suele ver más por parte de los hombres que de las mujeres, ya que son estas últimas las que no pueden concebir. Entonces, puede crearse un ambiente de dispersión y pérdida del sentido de vida dentro de la relación, sobre todo en los casos donde no se busca apoyo psicológico. Igualmente, existirán las familias que vivan el duelo a su tiempo, y deseen continuar su vida aceptando la realidad, y encontrando su vocación en algo más.
En síntesis, para las familias heterosexuales que no pueden tener hijos la vida puede tornárseles difícil, van a enfrentar muchas crisis normativas y no normativas propias del ciclo vital, y sobre todo asumirán grandes compromisos económicos, físicos, emocionales por el tiempo que se invierte intentando cumplir el sueño o deseo de ser padres.
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/infertility/diagnosis-treatment/drc-20354322#:~:text=%C3%93vulos%20o%20esperma%20de%20donante,se%20usa%20por%20motivos%20m%C3%A9dicos.
Universidad de Guanajuato. (2022, marzo 28). Clase digital 8. Crisis normativas y no normativas. Recursos Educativos Abiertos; Sistema Universitario de Multimodalidad Educativo (SUME) – Universidad de Guanajuato. https://blogs.ugto.mx/rea/clase-digital-8-crisis-normativas-y-no-normativas/
Integrantes:
Luisa Fernanda Mantilla Guerrero.
Valentina García Paredes.
Angelina Mileth Gutierrez Castro.
En este blog hemos podido conocer las percepciones sobre familias que hay en la sociedad, en este caso la familia heterosexual que no puede tener hijos. Donde se puede manifestar las diferentes crisis que pueden pasar este tipo de familias
Crisis Normativas:
Para esta pareja va a ser un proceso muy difícil aceptar la incapacidad de tener hijos, además, doloroso ya que requiere de la unión muy fuerte de ambos emocionalmente para así sanar dicho obstáculo y seguir adelante.
Presión social de parte de familiares del hombre o de la mujer en caso de que alguno de los dos presente infertilidad pues siempre se va a notar de que los familiares ejercen presión para que tengan hijos así sea que no puedan.
Además, está presión social puede ejercer sobre ellos el cuestionarse de que quieren tener hijos y piensan en formas como lo pueden conseguir, entonces ellos comienzan a buscar alternativas como por ejemplo, adoptar un hijo u otras alternativas.
La falta de no tener hijos como pareja puede ejercer en ellos el cuestionamiento sobre el cuidado y el acompañamiento hacia ellos en la vejez, incluso puede afectar en ellos emocionalmente.
Crisis no normativas:
Diagnóstico de infertilidad en la relación: Descubrir de forma inesperada la infertilidad de alguna de las dos partes puede desencadenar grandes problemas emocionales en la relación debido a que la noticia repentina puede genera pensamiento de tristeza y derrota en los dos individuos.
Enfermedades graves o algún accidente: Un diagnóstico de una enfermedad grave como el cáncer o sufrir un accidente grave que resulte en una discapacidad significativa puede cambiar drásticamente la vida de la pareja. Estas situaciones pueden afectar la calidad de vida, generar altos gastos médicos y requerir ajustes en el estilo de vida y la dinámica familiar.
Problemas Relacionales Graves: Situaciones como infidelidad, abuso o separación inesperada. deterioro de la confianza, posible ruptura de la relación y efectos negativos en la salud mental.
Muerte de un ser querido: La muerte inesperada de un miembro cercano de la familia o un amigo íntimo puede causar un profundo dolor emocional, afectar el bienestar mental y alterar la estructura de apoyo familiar
Evolución:
La evolución de una familia heterosexual que no puede tener hijos puede seguir diferentes caminos, dependiendo de cómo manejen las crisis normativas y no normativas. La aceptación y reestructuración son fundamentales; la pareja puede llegar a aceptar su situación y buscar otras formas de satisfacción y propósito, como enfocarse en sus carreras, hobbies, viajes o involucrarse en actividades de voluntariado. Este proceso puede fortalecer su relación al apoyarse mutuamente y redefinir su visión de la vida familiar. Además, pueden explorar alternativas como la adopción o la subrogación, y aunque estos métodos no siempre sean viables, pueden encontrar consuelo y significado en otros aspectos de su vida. Buscar apoyo psicológico es crucial, ya que la terapia individual o de pareja puede ayudar a manejar el duelo y el estrés, facilitando la adaptación a una vida sin hijos. En términos de relaciones sociales, la pareja puede desarrollar una red de apoyo sólida, construyendo relaciones significativas con amigos y otros familiares, y participando en grupos de apoyo para personas sin hijos por elección o circunstancia. La planificación del futuro también se vuelve esencial, considerando aspectos como la planificación financiera para la jubilación y posibles arreglos para el cuidado en la vejez.
Autores: Alberto Elias Torres Bolaño, Samir Ignacio Machado Torrejano y Julio Javier Apreza Arroyo.
Con respecto a lo anterior, consideramos plenamente que este blog tiene un punto muy llamativo, ya que, aborda un tema de suma importancia como lo es la evolución de los diferentes tipos de familias que hay en la actualidad en nuestra sociedad. Quisieramos añadir el caso de una familia homosexual que no puede tener hijos. Además, centrándonos en una sociedad como la colombiana para poder analizar las crisis normativas y no normativas que se pueden llegar a presentar en este caso.
Crisis normativas:
Aceptación y visibilidad social:
En Colombia, donde los valores tradicionales y la influencia de la Iglesia Católica son fuertes, una pareja homosexual enfrenta el desafío normativo de ser aceptada y visible en la sociedad. Este proceso implica salir del clóset y afrontar posibles discriminaciones o prejuicios.
Unión o matrimonio:
Aunque el matrimonio igualitario es legal en Colombia, las parejas homosexuales pueden enfrentar barreras adicionales durante el proceso de formalización de su relación, como burocracia, falta de apoyo familiar, o prejuicios de parte de funcionarios públicos.
Roles dentro de la relación:
Como cualquier pareja, una pareja homosexual debe negociar y ajustar sus roles dentro de la relación, lo cual es un proceso normativo en cualquier relación de pareja. Esto incluye aspectos como la distribución de tareas domésticas, manejo de finanzas, y la dinámica emocional.
Envejecimiento y cuidados a largo plazo:
Las parejas sin hijos homosexuales, enfrentan el desafío normativo de planificar su envejecimiento y cuidados a largo plazo. Esto implica decisiones sobre jubilación, ahorros, y quién se encargará de su cuidado en la vejez.
Crisis no normativas:
Discriminación y violencia:
Aunque es una realidad para muchas parejas homosexuales en Colombia, la discriminación y la violencia basadas en la orientación sexual son eventos no normativos que pueden impactar gravemente la vida y la estabilidad emocional de la pareja.
Rechazo familiar:
El rechazo por parte de la familia de origen, aunque no es infrecuente, sigue siendo una crisis no normativa. Este rechazo puede afectar severamente la salud mental y emocional de los individuos y la estabilidad de la pareja.
Problemas legales y de salud:
A pesar de los avances legales, pueden surgir problemas no normativos relacionados con derechos legales en situaciones críticas, como emergencias médicas donde las decisiones deben ser tomadas por el cónyuge. Pueden encontrarse con personal de salud que no respete su relación debido a prejuicios.
Migración forzada por discriminación:
Algunas parejas pueden decidir emigrar debido a altos niveles de discriminación o violencia en ciertas regiones. Este proceso de migración, aunque no es común, constituye una crisis no normativa debido a su imprevisibilidad y al gran impacto que tiene en la vida de la pareja.
Con esto podemos comprender que, para una pareja homosexual que no puede tener hijos en Colombia, tanto las crisis normativas como las no normativas presentan desafíos únicos que deben ser manejados con resiliencia y apoyo. La aceptación social, la formalización de la relación, y la planificación a largo plazo son procesos esperados, mientras que la discriminación, el rechazo familiar y posibles problemas legales constituyen crisis inesperadas que requieren un enfoque adaptativo para ser superadas.
Por otro lado, La evolución de una familia homosexual sin hijos en un contexto como el colombiano empieza con la formación y consolidación de su relación, definiendo roles y dinámicas de interacción y enfrentando desafíos de aceptación social y discriminación. La pareja también se enfoca en legalizar su unión y establecer redes de apoyo. Posteriormente, se concentran en su crecimiento personal y profesional, explorando intereses individuales y compartidos, además de considerar alternativas como la adopción de mascotas o actividades de voluntariado. La creación y fortalecimiento de vínculos familiares y amistosos es esencial, buscando apoyo en redes y organizaciones que promuevan la diversidad familiar. Disfrutan de su relación compartiendo experiencias como viajes y pasatiempos, lo que refuerza su vínculo afectivo. Con el tiempo, al envejecer, enfrentan adaptaciones y transiciones como la jubilación y la pérdida de seres queridos, donde la comunicación abierta y el apoyo mutuo son fundamentales para mantener una vida plena y reflexionar sobre su legado como pareja. Este modelo de ciclo vital familiar reconoce las particularidades y desafíos únicos de las familias homosexuales sin hijos, promoviendo una visión inclusiva y respetuosa de las diferentes formas de familia, y destacando la importancia del bienestar individual, el fortalecimiento de la pareja y la celebración de la diversidad.
Hecho por:
Estudiantes Salud Familiar I G4
Luis E. Garcia Diaz
Joseph A. Jimenez
Jose A. Carillo
Excelente blog 👏
Mimy Betancur, Brigithe Noel, Ana María Rodríguez
Luego de leer este enriquecedor blog quisimos explorar las complejidades y desafíos que enfrentan las parejas homosexuales que, debido a diversas circunstancias, no pueden tener hijos biológicos. Buscamos analizar en profundidad las “crisis normativas” y “crisis no normativas” que surgen en este contexto, abarcando desde las expectativas sociales y culturales hasta las dificultades legales y económicas.
CRISIS NORMATIVAS:
1. Expectativas Sociales y Culturales:
Las expectativas sociales y culturales de formar una familia con hijos pueden generar presión y estrés. Las parejas homosexuales pueden sentir que no cumplen con las normas tradicionales de la sociedad, afectando su autoestima y bienestar emocional.
2. Relaciones de Pareja:
La incapacidad de tener hijos biológicos puede causar tensiones en la relación. Las parejas necesitan renegociar y redefinir sus roles y objetivos comunes. Este proceso puede ser difícil pero también una oportunidad para fortalecer la relación.
3. Legislación y Derechos:
Las leyes sobre adopción y subrogación varían según la jurisdicción y, en muchos casos, pueden excluir o limitar las opciones disponibles para las parejas homosexuales. La falta de acceso legal puede generar frustración y una sensación de injusticia.
CRISIS NO NORMATIVAS:
1. Discriminación y Prejuicio:
Las parejas homosexuales pueden enfrentar discriminación tanto a nivel institucional como social. La discriminación puede impactar negativamente su salud mental y bienestar general. Puede provenir de familiares, amigos, o de la comunidad en general.
2. Salud Mental:
La incapacidad de tener hijos puede provocar sentimientos de pérdida, depresión y ansiedad. Estos sentimientos pueden intensificarse debido a las barreras adicionales que enfrentan para adoptar o recurrir a la subrogación.
3. Problemas Económicos:
Los altos costos asociados con tratamientos de fertilidad, adopción o subrogación pueden generar estrés financiero. Las parejas pueden tener que tomar decisiones difíciles sobre cómo financiar estos procedimientos, añadiendo una capa adicional de tensión a su relación.
El proceso de evolución familiar de una pareja homosexual que no puede tener hijos comienza con la formación y consolidación de su relación, estableciendo roles, dinámicas de interacción y enfrentando desafíos de aceptación social. Posteriormente, se centran en su crecimiento personal y profesional, explorando intereses individuales y considerando opciones como la adopción de mascotas o actividades de voluntariado. Luego, consolidan vínculos familiares y de amistad, buscando apoyo en redes sociales y organizaciones que promuevan la diversidad familiar. Dedican tiempo a disfrutar de su relación, compartiendo experiencias y fortaleciendo su vínculo afectivo a través de viajes y hobbies compartidos. A medida que envejecen, enfrentan adaptaciones y transiciones, como la jubilación y la pérdida de seres queridos, donde la comunicación abierta y el apoyo mutuo son cruciales para seguir disfrutando de la vida juntos y reflexionar sobre su legado como pareja. En conclusión, este modelo de ciclo vital familiar planteado para familias homosexuales que no pueden tener hijos ofrece una perspectiva alternativa que reconoce sus particularidades, experiencias y desafíos únicos. Al enfocarse en el bienestar individual, el fortalecimiento de la pareja y la celebración de la diversidad, este modelo promueve una visión más inclusiva y respetuosa de las diferentes formas de familia.
Como grupo de estudiantes de medicina cursando la materia de salud familiar, este blog nos ha resultado muy interesante y útil para comprender mejor los diferentes tipos de familias y las crisis que pueden enfrentar. En particular, hemos reflexionado sobre las crisis normativas y no normativas que atraviesa una familia heterosexual que no puede tener hijos, así como su evolución a lo largo del ciclo vital familiar.
Crisis Normativas:
Vida de Pareja o Matrimonio: En esta etapa, la pareja se enfrenta al desafío de adaptarse a vivir juntos, compartiendo responsabilidades y creando una vida en común. Es crucial encontrar un equilibrio en sus roles y expectativas, estableciendo una base sólida para su relación.
Crianza de los Hijos (o su Ausencia): Sin la experiencia de la paternidad, la pareja debe redefinir su identidad y propósito. Esto incluye encontrar maneras de fortalecer su vínculo y desarrollar intereses y actividades que les proporcionen satisfacción conjunta.
Jubilación o Tercera Edad: Adaptarse a la jubilación implica buscar nuevas actividades que les brinden satisfacción y sentido de vida. Sin hijos, deben asegurarse de mantener una vida social activa y encontrar nuevos intereses que les mantengan comprometidos.
Crisis No Normativas:
Descubrimiento de la Infertilidad: Al intentar concebir, descubrir que no pueden tener hijos es un golpe emocional significativo. Esta situación puede generar una crisis profunda, afectando su autoestima y relación, y a menudo requiere apoyo psicológico y médico.
Fracasos en Tratamientos de Fertilidad o Adopción: Los procesos de fertilidad o adopción pueden ser largos y emocionalmente agotadores. Los fracasos repetidos pueden provocar sentimientos de desesperanza y frustración, poniendo a prueba la resiliencia de la pareja.
Presión Social y Familiar: Las expectativas sociales y familiares sobre tener hijos pueden ser una fuente constante de estrés. La pareja puede enfrentar cuestionamientos y juicios que afectan su dinámica y bienestar emocional.
Evolución de la familia:
La evolución de una familia heterosexual que no puede tener hijos requiere una gran adaptabilidad y resiliencia. Fortalecer la relación de pareja es fundamental, manteniendo una conexión emocional sólida y apoyándose mutuamente en los desafíos. Diversificar objetivos y actividades es clave; sin hijos, pueden enfocarse más en sus carreras, pasatiempos, voluntariados y viajes, buscando plenitud en otras áreas de la vida. Es vital construir una red sólida de amigos y familiares para compartir tiempo y experiencias, contrarrestando posibles sentimientos de soledad. Además, deben planificar cuidadosamente su futuro financiero y considerar opciones como seguros de cuidado a largo plazo o servicios de apoyo comunitario para asegurarse una vejez digna y acompañada.
Este análisis nos ha ayudado a comprender que, a pesar de los desafíos específicos, una familia puede encontrar maneras de crecer y prosperar. Enfrentar tanto las crisis esperadas como las inesperadas con resiliencia y adaptabilidad es crucial para su desarrollo y bienestar a largo plazo.
Escrito por: Daniel Pereira, Camila Gutiérrez, Andrea Camacho y Joseph Rodriguez
Grupo: 4
Este blog nos ha permitido mirar las diferentes perspectivas sobre las familias que hay en la sociedad y de como estas han evolucionado a lo largo del ciclo vital, una de ellas es la familia heterosexual que no puede tener hijos.
Crisis normativas.
– Presión social que ejerce la sociedad hacia una pareja que no puede tener hijos por parte de la mujer infértil o el hombre ser estéril, que en algunos casos la sociedad los cataloga como inservibles.
– Puede ser también el estrés financiero ya que esas vainas de tratamiento de fertilidad cuestan, dificultad en las relaciones familiares o sea en algunas partes se les obliga a las parejas a tener hijos para seguir con la dinastía y sangre familia.
– No cumplir con las mismas bases que se inculcan a las parejas desde pequeños por parte de la sociedad de tener una familia con varios hijos ya que así según la sociedad se logra cumplir uno de los principales objetivos para generar desarrollo en el mundo.
Crisis no normativas
– La incapacidad de concebir puede desencadenar un sentimiento de tristeza, pérdida o duelo de la pareja.
– La pareja tendría que elegir entre adoptar o realizar una fecundación in vitro y en la mayoría de los casos estos procedimientos de fertilidad pueden ser un tanto costosos, lo que podría generar tensiones financieras adicionales en la pareja por la fecundación artificial.
– La aparición de una enfermedad crónica que impida que alguna de las dos partes de la relación le impida poder tener hijos y estos son eventos inesperados que representan una amenaza a la supervivencia familiar y que deja a quienes las experimentan con una sensación de intenso desvalimiento.
Evolución.
Inicialmente, la noticia de no poder tener hijos desencadenaría un importante estado de shock la cual en esta tipo de familia generaría un sentimiento de negación o repudio por este simple hecho por lo cual la pareja experimentará emociones como pérdida o duelo hacia la expectativa de poder tener hijos biológicos o poder crear una familia tradicional. Es crucial que este tipo de familias se apoyen mutuamente y se comuniquen abiertamente, independientemente cual sea la causa. Otra forma de evolución de este tipo de familia sería la crianza de familiares o niños conocidos que le permitan a la familia poder llenar ese vacío de no poder procrear un hijo propio pero este tipo de formas le permite cumplir la misma función de una familia en la sociedad.
Por: Angel David Lara Machado y Daniela Deemi De la Cruz De la Hoz.
Luciano Saldarriaga, Sebastian Arevalo
Después de leer el blog, nos pareció interesante y acertado cómo aborda la importancia de reconocer los modelos y dinámicas de familia actuales más allá de lo heteronormativamente establecido, resaltando que cada familia crece y se desarrolla de manera distinta. Por lo tanto, no pueden ser definidas por un solo tipo de modelo y es necesario abordar las crisis y evolución de estas para contribuir a un acercamiento y auxilio óptimo teniendo en cuenta las características únicas e individuales que cada familia pueda presentar. Ahora, en el aspecto de las familias heterosexuales que no pueden tener hijos, pudimos identificar las crisis normativas y no normativas que se pueden presentar.
Las crisis normativas son aquellas que se esperan como parte del ciclo de vida de una familia. En el caso de una familia heterosexual que no puede tener hijos, algunas crisis normativas podrían incluir:
Aceptación de la infertilidad: La pareja puede pasar por un período de duelo al aceptar que no pueden concebir biológicamente. Esto puede llevar a una reevaluación de lo que significa ser una familia y cómo pueden cumplir sus deseos de paternidad.
Decisión sobre alternativas: La pareja puede considerar opciones como la adopción, la subrogación o el cuidado de crianza. Cada opción viene con su propio conjunto de desafíos y puede requerir un ajuste emocional y logístico.
Las crisis no normativas son eventos inesperados que pueden alterar el curso de la vida familiar. Algunas posibles crisis no normativas para esta familia podrían ser:
Problemas de salud relacionados con la infertilidad: Si la infertilidad es el resultado de una condición médica, esto podría llevar a crisis de salud y decisiones médicas difíciles.
Presión social y estigma: La pareja puede enfrentar presión social o estigma asociado con la infertilidad o la decisión de no tener hijos biológicos.
En cuanto a la evolución de este tipo de familias, cada familia es única y su camino dependerá de una variedad de factores, incluyendo su resiliencia, apoyo social, recursos y la forma en que manejan las crisis. Sin embargo, muchas familias en esta situación encuentran maneras significativas y satisfactorias de ser padres, ya sea a través de la adopción, el cuidado de crianza, la subrogación, o encontrando satisfacción en una vida sin hijos. A lo largo del tiempo, estas familias pueden enfrentar desafíos, pero también pueden experimentar un crecimiento significativo y encontrar alegría y propósito en su estructura familiar única.