La sentencia T-522 de 2024 de la Corte Constitucional desnuda una verdad urgente: la perspectiva de género no es un concepto académico, sino un martillo para demoler estructuras de discriminación. El caso de María Beatriz Niño Pacheco revela la cruda realidad de la “sanción por maternidad”: las mujeres experimentan una caída del 35% en su participación laboral tras la maternidad, mientras los hombres registran un aumento del 1%.
La perspectiva de género emerge como un grito contra estos sistemas que convierten el embarazo en una sentencia laboral. Su importancia radica en desmantelar estereotipos que catalogan a las mujeres como “improductivas” cuando son madres, exigiendo una redistribución de responsabilidades donde la maternidad no sea un obstáculo, sino una realidad social que merece protección.
La Corte es clara: el sistema judicial debe ser sensible a las desigualdades estructurales, garantizando que ninguna mujer pierda su trabajo por el simple hecho de gestar vida.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Antropología y Género, Derecho, Humanidades
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