Un campus virtual universitario ofrece múltiples beneficios que transforman la forma de aprender y enseñar. En primer lugar, brinda flexibilidad horaria, permitiendo que los estudiantes accedan al contenido y realicen actividades desde cualquier lugar y en el momento que mejor se ajuste a sus necesidades, lo que facilita la conciliación con el trabajo o la vida personal. Además, fomenta la autonomía y el desarrollo de habilidades digitales esenciales en el mundo actual. También amplía el acceso a recursos educativos, como bibliotecas virtuales, foros y material multimedia, enriqueciendo el proceso formativo. Finalmente, promueve la interacción entre estudiantes y docentes a través de herramientas en línea, creando una comunidad académica activa y colaborativa.