En
mi práctica docente, especialmente en el área de TIC y orientado al aprendizaje
basado en proyectos, procuro que los resultados abstractos y las evidencias concretas
estén claramente alineados desde el inicio del diseño de la unidad o clase.
Resultados
abstractos: Son las habilidades y conocimientos clave que quiero que mis estudiantes desarrollen. Por ejemplo:
- “El estudiante es capaz de diseñar una solución digital para un problema comunitario usando herramientas TIC.”
- “El estudiante demuestra pensamiento crítico al organizar y analizar información en una hoja de cálculo.”
Evidencias concretas
Diseño productos finales o tareas prácticas que me permitan ver si esos aprendizajes realmente ocurrieron:
- Un formulario digital funcional.
- Una hoja de cálculo con fórmulas, filtros y gráficos.
- Una infografía, una presentación, o un video explicativo del proyecto desarrollado.
- Una bitácora de reflexión del proceso.
¿Cómo los alineo?
Inicio con el resultado abstracto, pensando qué quiero que logren.
Diseño las evidencias desde el principio, que respondan directamente a ese resultado.
Planeo las actividades que ayudarán a construir ese producto paso a paso (por ejemplo: prácticas en Excel, lluvia de ideas, simulaciones, trabajo en grupo).
Criterios de evaluación claros y relacionados con el resultado: creatividad, uso correcto de herramientas, claridad en la presentación, capacidad de resolución de problemas.
Esta alineación me permite que:
- El aprendizaje sea visible y evaluable.
- Los estudiantes comprendan el propósito de cada actividad.
- La enseñanza tenga coherencia desde el inicio hasta la evaluación.
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Esta respuesta fue modificada hace 1 mes, 3 semanas por
Onidis Mesino.