¿Por qué tus acciones no deberían regirse para satisfacer a los demás?

Para resolver esta incógnita, es necesario hablar sobre la motivación, ya que este término según el Diccionario de psicología de Consuegra (2010), hace referencia a “estados y procesos interiores que impulsan, dirigen o sostienen la actividad de un individuo” (p . 189) . Teniendo esto en cuenta, queda claro que, la motivación está relacionada con ese aspecto que da dirección y movimiento a una conducta, lo que nos demuestra que muchas de nuestras acciones están regidas por la motivación.

Pero… ¿y si la motivación que tengo es solo para complacer a los demás?

Dentro de los tipos de motivación se encuentran la motivación intrínseca y la motivación extrínseca. La primera sucede desde el interés propio del individuo, como sus necesidades, emociones y cogniciones. (Raave, 2010)

La motivación extrínseca se relaciona con el interés que despiertan los incentivos, recompensas o con secuencias que ocurren en el ambiente, los cuales tienen diversas naturalezas (premios, beneficios, afecto, privilegios, reconocimiento, entre otros). (Raave, 2010) Y es así como, el tener la motivación de satisfacer a los demás con el objetivo de tener reconocimiento, y todo lo mencionado anteriormente, es probable que no estén acompañados de una sensación de satisfacción o de bienestar psicológico, ya que, si bien se experimenta alegría al cumplir los objetivos propuestos por dicha motivación, esta es temporal.

Ejemplo: Si un estudiante decide estudiar medicina solo porque sus padres se lo piden y cree que es lo mejor para este, su motivación extrínseca se estaría viendo regida desde el reconocimiento y enorgullecimiento que sus padres le otorguen al estudiar la carrera

Por lo tanto, para tener sensaciones de satisfacción, libertad, autonomía, eficiencia, capacidad, afinidad y/o agrado, es necesario tener motivos internos que nos ayuden a lograrlos. (Raave, 2010)

Ahora te pregunto, ¿tienes motivos internos?