Una calle inundada en el barrio Pescaíto tras las intensas lluvias en Santa Marta. En la noche del 3 de agosto de 2025, Santa Marta sufrió un aguacero torrencial de aproximadamente 155 mm en pocas horas (swissinfo.ch.) Este evento inundó más de 60 barrios –desde el Centro Histórico hasta las zonas de ladera– dejando miles de personas damnificadas y niveles de agua de hasta 2 metros en sectores vulnerables como Pescaíto (swissinfo.ch.) Si bien lluvias tan intensas no son frecuentes en la ciudad, cada vez que ocurren desencadenan emergencias similares, evidenciando que la infraestructura urbana no es suficiente para manejar estos volúmenes de agua (infobae.com)
Santa Marta ha sido históricamente vulnerable a las lluvias torrenciales tanto por factores geográficos como por deficiencias en su infraestructura. La ciudad se ubica al pie de la Sierra Nevada, por lo que recibe escorrentías súbitas de agua de las montañas; sin embargo, el problema principal es su precario sistema de alcantarillado urbano. Actualmente no existe una red de drenaje pluvial independiente: el agua de lluvia escurre por calles o ingresa al alcantarillado sanitario, que rápidamente colapsa al no estar diseñado para ello, de hecho, la empresa de servicios públicos (Essmar) confirmó que la tormenta sobrecargó las tuberías de aguas residuales, provocando reboses y fallas en estaciones de bombeo. Este rezago en obras básicas –la ausencia de alcantarillado pluvial y la insuficiente capacidad de canales y colectores existentes– deja a la ciudad expuesta frente a aguaceros intensos . En resumen, infraestructura inadecuada (alcantarillado insuficiente o inexistente) y gestión deficiente (poca planificación y mantenimiento) se combinan para convertir las lluvias fuertes en desastres urbanos.
Toda la ciudadania debemos reflexionar especialmente en esta fecha de conmemoracion de los 500 años de la fundacion de la ciudad, sobre la cituacion urbana y de infraestructuras en que se encuentra nuestra city, aunque en estos momentos la ciudadania esta actuando a travez de diferentes campañas de apoyo y solidaridad, para prevenir nuestro apoyo tambien es importante, debemos participar de manera positiva y propositiva en la gestion de los residuos solidos, en la calle en nuestra casa, en nuestros parques, para evitar taponamientos y colapso del sistema, la temporada de lluvia apenas comienza, incluso debemos estar pendientes de nuestros tejados, limpiarlos, hacerles mantenimiento, la ciudad se compone de miles de viviendas la gestion individual de cada una tambien cuenta, los caños, los rios y los afluentes naturales y artificiales tambien deben ser de atencion de las juntas vecinales y locales, el calentamiento global hara que estas fuertes lluvias sean cada vez mas frecuentes.
Dado el pésimo alcantarillado pluvial de Santa Marta, es fundamental pensar más allá de los esquemas tradicionales de tuberías y canales. Un enfoque moderno es adoptar infraestructura verde y conceptos de “ciudad esponja”, que buscan imitar a la naturaleza en la gestión del agua lluvia, Estas soluciones basadas en la naturaleza permiten absorber, retardar y evacuar el agua de forma sostenible, aliviando el sistema de drenaje existente y reduciendo inundaciones. A continuación, proponemos varias medidas de infraestructura verde aplicables a Santa Marta:
Parques Inundables: Destinar espacios públicos (parques, plazas, canchas) diseñados para retener temporalmente el agua durante aguaceros fuertes. Los parques inundables cuentan con zonas más bajas que actúan como cuencas de retención: durante tormentas se anegan intencionalmente, capturando el agua para que no inunde las calles circundantes.
Humedales y Lagunas Urbanas: Aprovechar zonas bajas o depresiones naturales para crear humedales artificiales o lagunas de tormenta. Estos cuerpos de agua urbanos funcionarían como receptores de las escorrentías: durante picos de lluvia almacenan grandes volúmenes y luego los liberan lentamente. Por ejemplo, se podrían rehabilitar o ampliar humedales cercanos a la desembocadura del río Manzanares o en la Ciénaga del sector sur, para que actúen como esponjas que absorben el exceso hídrico antes de que llegue a los barrios, como la de la Universidad del Magdalena y del Parque del Agua pero que permitan que el agua siga su curso y esten conectadas al sistema de drenaje natural,
Los Jardines de Lluvia y Bioretenedores: En el diseño de calles y espacios públicos, incorporar jardines de lluvia (depresiones ajardinadas con plantas) y bioswales (zanjas verdes) al borde de vías y en separadores. Estas instalaciones captan el agua que corre por las superficies impermeables (calles, aceras) y la infiltran localmente, reduciendo la escorrentía superficial
Techos Verdes: Adaptar la infraestructura gris existente para que contribuya a manejar el agua. Esto incluye pavimentos permeables en andenes, estacionamientos y calzadas poco transitadas, que permitan que la lluvia se filtre donde cae en lugar de correr hacia las alcantarillas. También se pueden implementar techos verdes o cubiertas ajardinadas en edificios públicos y privados –por ejemplo, en centros comerciales, hoteles o incluso viviendas– para retener parte de la lluvia en la vegetación y sustrato, liberándola lentamente,
Reforestación y Manejo de Cuencas: En las laderas de la Sierra Nevada y cuencas de los ríos que atraviesan Santa Marta, es clave restaurar la cobertura vegetal. La siembra de árboles y conservación de bosques de ribera incrementa la infiltración de agua en la tierra y reduce la velocidad de las escorrentías que bajan hacia la ciudad. Programas de reforestación en zonas críticas de donde nacen arroyos (como la parte alta de los ríos Manzanares, Piedras, Gaira, etc.) ayudarán a laminar las crecientes súbitas,
Una ciudad que puede servir como ejemplo a lo que esta sucediendo hoy dia en Santa Marta es Valencia (España) Aunque la ciudad en el pasado quiso remplazar los afluentes naturales de sus rios por parques lineales verdes y urbanizacion, en donde hoy se ubica la zona de las artes y las ciencias, esta ssoluciones urbanas propias de mitad y del siglo xx estan pasando facturas, por lo que la ciudad ahora planea un parque metropolitano inundable de 35 km integrando humedales y corredores verdes precisamente para absorber excesos hídricos y proteger múltiples municipios del área metropolitana (retema.es). Ese proyecto valenciano renaturalizará 1.500 hectáreas históricamente inundables, conectando parques y huertos con zonas que se anegan temporalmente en lluvias intensas.
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