Lambis, L. Obando, S. 

La adolescencia la define Amparo Moreno (2015) como un momento de la vida donde se pasa por varios cambios, los cuales afectan en todos los ámbitos a las personas; en algunas ocasiones también llamado “segundo nacimiento”; en esta etapa se modifica la estructura corporal, los pensamientos, la identidad y las relaciones con la familia y la sociedad, además, se habla de cierta maduración en las capacidades cognitivas y emocionales; esto de alguna forma preparándolos para su inserción en la sociedad adulta, donde se busca que el adolescente disponga de las habilidades necesarias para ser independiente en la edad adulta. ampliando un poco acerca del desarrollo cognitivo, encontramos que este ocurre de manera progresiva, es decir, de las más básicas a las más complejas, por ende a lo largo de los años el sistema cognitivo se vuelve más eficiente y complejo, pero no se debe dejar de lado el contexto, ya que este influye en el buen desarrollo del cerebro; otro aspecto a tener en cuenta es que en esta etapa se busca madurar el sistema de control del adolescente, y así prepararlo para la adultez, sin embargo el adolescente es dominado principalmente por las emociones. A continuación, encontrarán como este desarrollo cognitivo del adolescente llega a afectar su comportamiento en el ambiente familiar, sea de forma positiva o negativa (Moreno, 2015).

Como anteriormente se mencionaba, la inserción en el mundo de los adultos tiene ciertas implicaciones, en las cuales se busca: 1). que los adolescentes se consideren igual a los adultos y juzgarlos de forma igualitaria, 2). tener visión futura y 3). aportar algo a la sociedad; los cuales, para llegar a ser cumplidos, requieren ciertas características intelectuales y afectivas diferente a la de los niños (Moreno, 2015); sin embargo se debe tener en cuenta que existen ciertas dimensiones que ayudan a la integración de los jóvenes: la individual, la familiar y la comunitaria, se sabe que con la familia se adquieren ciertas normas, valores, obligaciones, derechos y roles que contribuyen a la preparación del mismo sobre su rol en la sociedad (Leñero, 1992). por otro lado, una de las herramientas que va desarrollando el adolescente es el pensamiento formal, el cual se caracteriza por ser la última fase del desarrollo intelectual del adolescente, atribuyéndole así cierta importancia en los procesos cognitivos, ya que, aunque los niños trabajen directamente con objetos reales (pensamiento concreto) los adolescentes actúan sobre ciertas operaciones formales, es decir, de forma simbólica (Londoño, 2011).

Una de las herramientas que ayuda al adolescente en su relación familiar es el pensamiento intuitivo, pues en dinámicas donde las familias son disfuncionales este tipo de pensamiento es primordial para sobrellevar las situaciones estresantes, ya que en muchas ocasiones se pueden reconocer distintos tipos de comportamientos tales como el tono de voz, los gestos etc. estos basados en experiencias anteriores los cuales pueden llevar a que el adolescente se cohíba y en muchas ocasiones omitir información o mentir a sus padres, tutores etc. para evitar conflictos, siguiendo con ello la toma de decisiones el fundamental en el adolescente pues como Keating menciona los adolescentes crean diferentes posibilidades, anticipan las consecuencia y examinan toda la información para facilitar el proceso de adaptación al medio en que se encuentra. De manera positiva podemos evidenciar como la guía de los tutores, padres, cuidadores etc., permiten una obtención de la información más certera concreta que permite a adolescente buscar imaginativamente las distintas posibilidades que se presentan y elija de forma estratégica la mejor opción (Moreno, 2015).

Con respecto a las normas o límites tanto de la sociedad como de los padres, Robles (2011) la menciona como uno de los principales causantes de la rebeldía adolescente, ya que los adultos tienden a considerar a los adolescentes como problemáticos y conflictivos por no seguir estas normas, como González y Fernández (2000) afirman, esta es una etapa contestataria y de libertinaje, donde los jóvenes se ven influenciados por los modelos sociales y del entorno (Máiquez et al 2004); exigiendo a su vez cierta autonomía, separándose primeramente de sus padres que son su principal soporte, para así crear nuevas ideas y formas de identificarse para definir su participación en la sociedad (Gómez, 2008), pero todo ello conlleva a que sean catalogados como rebeldes; ya que al buscar esta autonomía con respecto a la familia, terminan desobedeciendo las normas impuestas por sus padres o tutores en el hogar. a esto también se le añade la visión negativa que tienen sobre la etapa (la adolescencia) trayendo consigo aún más fricción entre padres e hijos por la busca del conocimiento o nuevas experiencias por fuera de los límites y reglas de los padres, siendo esta una etapa crucial en la vida de un ser humano en donde existe una separación de la infancia, el adolescente está sujeto a un reajuste en el control de sus impulsos y autorregulación de sus emociones puesto que la separación de la infancia puede ser desgarradora.

Por ello, aunque la adolescencia sea una etapa difícil de comprender y muchas veces difícil de sobrellevar, se puede decir que los factores que influyen en este, como la familia, llegan a causar que el pase por esta etapa resulte más llevadero y positivo, ya que al tener buen acompañamiento de todos los factores, además de lograr que información del mismo ayude a los jóvenes, logra que ellos gracias a lo que conocen o han aprendido, puedan resolver ciertas situaciones, tomar sus propias decisiones y prepararse de una manera más óptima para su ingreso a la sociedad.

Referencias

Gómez, E. (2008). Adolescencia y familia: revisión de la relación y la comunicación como factores de riesgo o protección. Revista intercontinental de psicología y educación. Vol. 10, No 2. México.

González G., E. y Fernández M., M.P. (2000). Los jóvenes en la sociedad actual. Desarrollo desde un enfoque psicosocial. En E. González (Coord.): Psicología del ciclo vital (pp. 401-447). Madrid: CCS.

Leñero, O. (1992). Sociedad civil, Familia y Juventud. Ensayos de diagnóstico y de intervención social. México: cejuv-imes.

Londoño, M. (2011). Maestría en desarrollo de la inteligencia y educación. Centro Regional Asociado Tena.

Máiquez, M.L., et al (2004). Relaciones padres-hijos y estilos de vida en la adolescencia. Psicothema, 16, (2), 203-210.

Moreno, A. (2015). Capítulo I: qué es la adolescencia. La adolescencia. Barcelona: editorial UOC. ISBN: 978-84-9064-985-5

Moreno, A. (2015). Capítulo III: otra manera de pensar. La adolescencia. Barcelona: editorial UOC. ISBN: 978-84-9064-985-5

Robles, E. (2011). Jóvenes y límites sociales: el mito de la rebeldía. Enseñanza e investigación en psicología. vol. 16, No 1. Pp. 143-154. México.

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