Redactado por: María Castro Arza, Marineth Méndez Ruiz.
Realmente, ¿en la adultez hay un desarrollo? regularmente se piensa, de forma equívoca, que el desarrollo culmina al final de la etapa adolescente, sin embargo, este es un proceso continuo y constante, presente a lo largo de toda la vida, el cual equivale a un conjunto de transformaciones globales: a nivel psicológico, cognitivo, social, biológico; que permiten y facilitan la función adaptativa del ser humano en relación con el ambiente, tomando en cuenta que este se desarrolla en un contexto. Este proceso a su vez puede significar evolución o declive, debido al carácter flexible que posee, es decir, incluye esa capacidad de modificación conductual que da cuenta de los nuevos aprendizajes producto de las experiencias.
El adulto es un ser dinámico que se desarrolla a lo largo de tres etapas, cada una con características y sentido propio, en donde se ha logrado un nivel de maduración cerebral que posibilita el consolidar el pensamiento crítico-reflexivo y la toma de decisiones; un momento de vida en el que se realizan acciones consecuentes para cumplir el proyecto vida, en donde se adquiere un papel formal en la sociedad, una independencia y búsqueda y establecimiento de relaciones duraderas, de estabilidad multidimensional, en donde se recapitula todo lo vivido, no obstante, el paso del tiempo por sí solo no causa un desarrollo en el individuo, y por ende los roles sociales de los adultos no están exclusivamente determinados por la edad, siendo es un concepto variante a nivel cultural. Por lo anterior, algo a tomar en cuenta es que cada ciclo vital que precede, antecede a otro, lo que implica que para poder estudiar al adulto que se es en el presente, es necesario recurrir al niño y al adolescente que se fue en el pasado, viendo a ese adulto como un compilado de eventos anteriores en función de las circunstancias presentes o, como lo expresaría Martínez (2007), como un ente multidireccional cuyas competencias son sensibles a cambios en el tiempo.
Como se ha referido, el desarrollo en la adultez transcurre a lo largo de tres subetapas, las cuales abarcan periodos temporales específicos y, que a su vez indican posibles características que se están experimentando (Papalia et al., 2009). Partiendo de los cambios normativos, en primer lugar, nos encontramos con la salida de la adolescencia e inmediata entrada en la adultez temprana, estadío en el que en el que se logra un potencial a nivel físico e intelectual, se toman decisiones y elecciones importantes y se establecen relaciones íntimas duraderas, en donde los hábitos que se tengan marcarán un estilo en la vida del individuo que influirán en su salud; posteriormente se pasa a la adultez media, en donde las capacidades intelectuales se encuentran en la cima y le permiten a la persona saber responder a situaciones o problemáticas de una manera satisfactoria puesto que ya cuentan con cierta experiencia, por otro lado, el estado físico y la salud pueden verse deteriorados, lo que al hacerse conscientes de ello pueden desencadenar cambios de personalidad, de igual manera que presentan una mayor carga emocional al tener mayores responsabilidades, como lo puede ser cuidar de su familia, enfrentarse al nido vacío o estar en un punto de quiebre; finalmente, se llega a la última fase, la adultez tardía, en la cual a pesar de que se pueden presentar condiciones crónicas, declives en el aspecto físico y cognitivo y se tiene que lidiar con diversas pérdidas, la mayoría de los que abarcan esta población suelen ser seres activos y relativamente saludables.
Pero.. ¿por qué si una persona tiene determinada edad en ocasiones no se comporta de acuerdo a ella?. Lo que sucede es que la edad no está ligada exclusivamente al ámbito cronológico, sino que existen otras relacionadas con una serie de dimensiones, encontrándose según Papalia et al., (2011), la edad biológica, psicológica, social y funcional. La biológica se refiere a esa condición física y maduración fisiológica del individuo; la psicológica depende del modo en que un individuo enfrenta los retos del ambiente, mientras que la social se consolida en relación a las respuestas del sujeto en función de componentes sociales; por su parte, la edad funcional es una unión de la edades anteriores, que refleja ese grado de funcionalidad del individuo en cuanto a su interacción y desenvolvimiento con el entorno. Dando cuenta lo anterior de que la persona adulta puede envejecer de distintas formas y que sus edades pueden no estar en sincronía.
Para finalizar, se resalta la importancia de ser conocedor de que el proceso de desarrollo por el que pasa el adulto es complejo e involucra aspectos internos y contextuales (Cantero et al., 2011), transformaciones que son el resultado de experiencias pasadas de cada etapa del ciclo vital y que implican la reacomodación en el medio para lograr la adaptación. Por lo que se hace relevante establecer y llevar desde etapas tempranas estilos de vida saludable, conocer y poner en práctica estrategias de afrontamiento y sobre todo aceptar que el ser humano adulto no está exento de cambios y que estos no constituyen precisamente un problema, sino que son inherentes al desarrollo de todo individuo independientemente de la forma en que se conciba este periodo en las distintas sociedades, siendo necesario además para definir la identidad y con ello conformar un sistema propio de creencias y valores.
Este blog es producto de la asignatura de Desarrollo Humano: Adultez del Programa de Psicología de la Universidad del Magdalena. Docente: Johanna Bocanegra Sandoval.
Referencias
Cantero, M., Delgado, B., Gion, S., Gonzales, C., Martínez, A., Navarro, I., Pérez, N., & Valero, J. (2011). Psicología del desarrollo humano: Del nacimiento a la vejez [Libro electrónico]. Alianza Editorial. http://biblioteca.univalle.edu.ni/files/original/428d26dbe6b7e6835eaa900697b62144c78282da.pdf
Martínez, A. (2007). Psicología del desarrollo de la edad adulta: teorías y contextos. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 1(2),67-86. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832315005
Papalia, D., Olguín, V., Camp, C., Sterns, H., & Feldman, R. (2009). Desarrollo del adulto y vejez (3.a ed.). McGraw-Hill Education. http://www.untumbes.edu.pe/vcs/biblioteca/document/varioslibros/0764.%20Desarrollo%20del%20adulto%20y%20vejez.pdf
Recommended2 dieron "Me gusta"Publicado en Psicología, Salud
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