
Vivimos rodeados de opiniones, expectativas y modas. A veces, sin darnos cuenta, comenzamos a tomar decisiones no por lo que realmente queremos, sino por lo que los demás esperan. La presión social es una fuerza silenciosa que puede influir en nuestra forma de vestir, de hablar, actuar… incluso en nuestros sueños.
Imagina que eliges una carrera solo porque es “bien vista”, o que sales con un grupo solo para “encajar”, aunque en realidad no te sientes cómodo. Esto es más común de lo que parece, y reconocerlo es el primer paso para recuperar tu voz, tu autenticidad.
Atrévete a preguntarte con honestidad: ¿esto lo estoy haciendo por mí… o por los demás? Ser tú mismo puede dar miedo al principio, pero es la forma más poderosa de vivir con libertad.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Desarrollo personal
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