En los últimos años Colombia ha dado pasos en la transición hacia fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER). Éstas son las energías eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, la energía de biomasa, y la producida por pequeñas centrales hidroeléctricas, que han demostrado tener impactos ambientales mucho más reducidos que las energías fósiles. Apreciando el potencial natural de generación en el territorio nacional -particularmente eólico, solar e hidroeléctrico-, se han logrado avances en materia de legislación y política pública, con el objetivo de incentivas y apoyar el desarrollo de proyectos de generación a partir de FNCER. En su mayoría, estas medidas se han limitado a grandes proyectos de generación eléctrica, ignorando emprendimientos más pequeños como los proyectos comunitarios de autogeneración -comprendidos aquí como la instalación y operación de activos de generación que producen energía eléctrica para el consumo de una comunidad concreta y que son administrados principalmente por esta. No obstante, estas inciativas desde abajo tienen el potencial de ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, elemento crucial para el cumplimiento de los acuerdos internacionales suscritos por el país, contribuir en la diversificación de la matriz eléctrica, y de fortalecer procesos de soberanía comunitaria y de reconstrucción del tejido social. En este análisis, se aborda la coyuntura de la autogeneración a partir de FNCER en materia de legislación y política pública, y se ofrece un panorama sobre las fuentes de apoyo más importantes para comunidades interesadas en la autogeneración en el ámbito local, nacional e internacional.
Fragmento tomado del libro. Autor: Oscar Santiago Vargas Guevara.
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