Los patios productivos: escenarios posibles para la transición socio ecológica justa. Una mirada desde la soberanía alimentaria y la medicina tradicional   

En el presente artículo dialogamos sobre la importancia de los patios como espacios productivos, de memoria y rescate de saberes de la medicina tradicional. Estos espacios son apuestas comunitarias de comunidades rurales, en este caso, nos referimos a la comunidad de la Sierra, corregimiento del municipio de Chiriguana, César. Es importante destacar que el proceso corresponde al colectivo de Mujeres Guerreras de la Sierra Néstor Iván Martínez, organización de mujeres negras que llevan 10 años trabajando en pro de su bienestar, el mejoramiento de su calidad de vida y salvaguardar las tradiciones negras de su pueblo. Son estos escenarios posibles que representan la vitalidad histórica de la resistencia como “alternativa” al modelo de desarrollo, siendo apuestas para la transición del modelo capitalista, racista y patriarcal, que históricamente han generado daños en los tejidos sociales y ambientales de nuestras comunidades.

Los patios son espacios físicos que componen las extensiones de una vivienda. En las zonas rurales los patios suelen ser amplios espacios recubiertos de árboles, vegetación nativa o floral. En el Caribe colombiano los patios tienen sus formas propias de ser con árboles frutales como el mango, mamoncillo, ciruela o cualquier árbol frondoso que provea de sombra, que permita colgar el chinchorro y preparar café en un fogón de leña.

La soberanía alimentaria es un concepto que refiere al DERECHO de los pueblos para definir sus políticas y estrategias para la producción, distribución y consumo de alimentos. Este concepto se instala por primera vez en el año de 1996 durante la cumbre mundial de alimentación de la Organización para la alimentación y la agricultura (FAO) a través de La Vía Campesina movimiento internacional que agrupa campesinos, productores, mujeres rurales, colectivos y campesinos sin tierra.

Desde entonces la soberanía alimentaria se ha convertido en un derecho fundamental de los pueblos de diferentes territorios del Norte y Sur global.

Maracuyá producto de una enradama tradicional en La Guajira (2022)

La medicina tradicional que según la Organización Mundial de Salud (OMS) refiere a las prácticas, saberes y conocimientos tradicionales que incorporan el uso de medicinas basadas en plantas, animales y/o minerales. Durante décadas la medicina moderna aisló estas prácticas por considerarlas del saber popular, pero en la actualidad muchos sistemas modernos de medicina prestan con mayor atención la importancia de la medicina tradicional para el tratamiento de enfermedades. Muchas comunidades del Caribe colombiano durante la emergencia sanitaria del Covid-19 fueron las que menor impactos tuvieron, porque sus prácticas tradicionales de medicina les permitió afrontar la emergencia.

Plantas medicinales del patio de la casa de la lideresa Narlis Guzmán (2020)

Los patios productivos son estrategias que comunidades de diferentes zonas del país han venido trabajando como parte de sus procesos comunitarios con la finalidad de fortalecer sus procesos organizativos a partir del rescate y uso de los saberes populares para el desarrollo productivo que solvente la crisis alimentaria y de salud. Como nos propone Rátiva-Gaona (2022) es necesario pensarnos unas transformaciones del modo de producir, distribuir y consumir los alimentos, lo que enfatiza como una transición socio ecológica.

Pondremos a dialogar estos conceptos que nos permiten comprender que las problemáticas generadas por el sistema capitalista, racista y patriarcal tienen unos escenarios posibles de transformación que están basados en los saberes y conocimientos populares de las comunidades que en su lucha de existir y coexistir en esa única idea de mundo han constituido unas “alternativas” al modelo. Son estos otros mundos posibles que siempre han estado “allí” los que empiezan a generar las nuevas rutas hacia una transición socio ecológica justa en los territorios.

Los patios como espacios de soberanía alimentaria y rescate de la medicina tradicional

Pensarnos constantemente las alternativas al camaleónico discurso del desarrollo que se ha enraizado hasta en las formas de ser y existir, al punto que visionarnos fuera de estos apartados es cada vez más complejo. Algunos se atreven a mencionar que salirnos del fracasado modelo de desarrollo para el sur global sería retroceder a las épocas primitivas. Aunque nos planteamos seriamente que volver a la ley de origen es un paso hacia adelante (en la lógica lineal) es un proceso histórico de resistencia de los pueblos que han existido, coexistido y resistido al modelo capitalista, racista y patriarcal.

Porque nos toca pensarnos como “alternativas” unos saberes y conocimientos que siempre han estado vigentes y que el modelo capitalista aisló, estigmatizado y hasta persiguió para su total eliminación. Lo que planteamos es que las “alternativas” son ese segundo plato en la mesa que ahora si tiene importancia global. Pero digamos que ese es el escenario de posibilidades para que nuestros pueblos aporten desde su existencia misma la posibilidad de un modelo sostenible, refiriendo por sostenible el ampliar la existencia de la humanidad en la casa común.

Entonces la discusión de lo “alternativo” como un paralelismo del modelo capitalista, nos ubica en una posición de mundo posible, lo cual defenderemos como el escenario para transitar desde abajo. Aquí es donde cabemos todos, como los patios de las casas de nuestros pueblos del sur global. Patios que están llenos de historias, memorias, comida y plantas tradicionales, espacios sociales que han estado presentes en la historia de cada individuo, que tendrá por lo menos un recuerdo de un patio fresco, lleno de árboles, con un fogón de leña y una charla amena con la mayor de las tranquilidades.

Nuestros patios son espacios que históricamente han pasado por diversas transformaciones, por ejemplo, en las épocas más crudas de la violencia “hasta el patio” era un lugar inseguro para estar. Pero pese a todas estas situaciones, las transformaciones también han estado guiadas por reestructurar estos lugares de “estar” en fuentes productivas para el sostenimiento de los hogares. Existen muchas experiencias a destacar en diferentes regiones del país donde los patios se han convertido en huertas comunitarias, en patios productivos y espacios de formación académica.

Estos espacios sociales y productivos que evocan una tradicionalidad en la vida rural y hasta en la vida urbana, se convierten en escenarios posibles para el rescate de la ancestralidad de saberes como la medicina tradicional o solvento diario de la comida que comúnmente se conocen como alimentos de pan coger. En el caso de la vida rural, los patios son espacios socialmente fuertes para construcción de diálogos y tejidos comunitarios, mencionando que en muchos procesos comunitarios los patios son los espacios de encuentro para el desarrollo de las actividades (charlas, tallares, practicas, etc.)

Estos procesos comunitarios de los patios se han convertido en el escenario posible para empoderar el papel de la mujer dentro de la sociedad, principalmente, en la sociedad rural. Es necesario recalcar que los espacios de mujeres en lo “alternativo” es también un espacio de constante lucha, lo cual apertura una discusión sobre el espacio de “mujeres” y el espacio de “hombres”. Vamos a encontrar que los patios son espacios que las mujeres han venido ganando para desarrollar sus proyectos o actividades como colectivo, organización y/o proceso de base (Catorceno, 2019). Por consiguiente, entenderemos que los patios productivos son escenarios para replantearse el papel de la mujer en los procesos “alternativos”.

La experiencia del colectivo de mujeres guerreras de la Sierra “Néstor Iván Martínez”

El colectivo de mujeres guerreras de la Sierra “Néstor Iván Martínez” surge de las dificultades que tienen como mujer, sobre todo como mujer negra. A partir de afrontar esas dificultades en el 2013 se organizan como proceso colectivo de mujeres negras que se autodenomino guerreras como símil a las luchas que han liderado históricamente sus abuelas y sabedoras. Narlis Guzmán, lideresa orgánica de este colectivo, nos invita al siguiente dialogo sobre el papel de las mujeres negras en la soberanía alimentaria y el rescate de la medicina tradicional a través de la estrategia comunitaria de los patios productivos.

Una de las problemáticas que es importante destacar de esta lucha social y ambiental del colectivo de la no tenencia de tierras para la actividad productiva, que se debe a las siguientes razones; la violencia paramilitar que despojo a pobladores y los obligo a muchos a irse de estos territorios, la expansión de actividades extractivas como el carbón, la ganadería y los monocultivos que compraron extensiones de tierras productivas que en muchos casos siguen sin ser utilizadas y las dificultades institucionales para el acceso de tierras a través de la titulación colectiva.

La no tenencia de la tierra, la discriminación racial, la violencia sistemática a líderes sociales y ambientales, la pobreza, la falta de oportunidades laborales, el no acceso a educación y salud de calidad, son problemáticas generales que como comunidad han vivido durante décadas en el corregimiento de la Sierra. Para Narlis, estas dificultades se deben porque el modelo capitalista imperante es racista y patriarcal, que aun cuestiona la existencia misma de estos pueblos y condena a una discriminación tan fuerte que la generación de jóvenes culmina en la delincuencia, la prostitución, el consumo y venta de estupefacientes como una única “alternativa” de progresar.

Quedarse de brazos cruzados no fue la opción que las mujeres de la sierra vieron viable, ante la constante presión de un sistema capitalista, racista y patriarcal. De allí pare la posibilidad de trabajar en pro de su comunidad a partir de una serie de iniciativas que en ciertos momentos se sembraron en un suelo de alta incertidumbre pero que años después los resultados de esa siembra empezaron a emerger. Volcando su mirada a la soberanía alimentaria y el rescate de la medicina tradicional, las mujeres guerreras centraron su atención y esfuerzos en resistir desde sus saberes, dignificando su ancestralidad como pueblo negro para tejer con propios y externos unas apuestas propias: los patios productivos.

Los patios productivos son un proceso comunitario que lideran las mujeres de este colectivo como estrategia para el sostenimiento de los hogares con cultivos de pan coger. Esta estrategia que se va fortalecimiento a partir de la inversión de otros proyectos productivos, como la tenencia de gallinas ponedoras, plantación de diferentes plantas frutales o vegetales que se diversifican en los patios para que cada familia tenga un producto diferente que después puede intercambiar con otros, claramente el trueque se convierte en un sistema ideal para obtener otros productos. A destacar la gestión del colectivo para traer semillas, proyectos de diferentes fondos o ayudas de externos para ir ampliando la gama de productos que se pueden producir en sus patios.

Para las mujeres guerreras es importante el rescate de la medicina tradicional como práctica del cuidado de la vida, resaltando las propiedades, la espiritualidad, la fuerza sanadora de limpieza y sanación de las plantas medicinales, que se fortalece como estrategia de generación de alternativa productiva con la fabricación y distribución de productos como pomadas, jabones y/o aceites. Este proceso de tecnificación para el aprovechamiento de las plantas medicinales, implica un reto en términos de formación, pero el colectivo se ha ido planteando conseguir las capacitaciones a través de diferentes convocatorias de instituciones de educación técnica como el SENA.

Tomarse un café endulzado con una planta aromática debajo del inmenso árbol de mango manzano mientras se dialoga cálidamente sobre la importancia que cumple cada persona que llega o se va del proceso, es para las mujeres guerreras, el espacio posible para avanzar. Esta experiencia emancipadora nos revela como las posturas de mundos posibles existen y resisten en los territorios, son evidencia del fracaso del modelo capitalista, racista y patriarcal.

Reunión de la Caja de ahorros del colectivo (2023)

Hacia una transición socio ecológica justa desde nuestros patios

La transición socio ecológica en los territorios de nuestro país implica una serie de complejidades que se agudizan por los cambios abruptos en el clima, aunque vivimos en un país diverso en sus pisos térmicos, las épocas de lluvias y sequias en diferentes zonas del país son cada menos predecibles y sus afectaciones son cada vez mayores. Estos cambios en los ciclos de lluvias y sequias ha generado una serie de problemáticas en los procesos de cultivo, afectando principalmente a los medianos y pequeños campesinos, quienes económicamente no pueden solventar las pérdidas de sus cultivos.

Este panorama ambiental de los cambios drásticos del clima, evoca a repensarse en las formas en las cuales hemos venido trabajando las actividades productivas agrícolas, aquí es importante acuñar que los grandes terratenientes e industriales del sector extractivo han degradado a los pequeños y medianos productores, a quienes se les dificulta ser competitivos. Serán nuestras comunidades las principales afectadas en la crisis alimentaria, en el acceso a recursos vitales como el agua y la energía, principalmente porque los precios de estos productos y recursos son mayormente altos.

Retomamos la discusión inicialmente planteada, de porque si ellos son los responsables de depredar nuestros ecosistemas, somos nosotros los que debamos pensarnos las “alternativas” o nuestras formas propias de supervivencia dentro de esos sistemas nos convierten en las posibles “alternativas”. De allí pongamos sobre la mesa de discusión a nivel local y regional que los procesos comunitarios de patios productivos como estrategia que emerge del rescate y uso de los saberes tradicionales para salvaguardar la existencia misma de nuestros pueblos son un resultado histórico de resistencias y luchas.

La ausencia del estado y la falta de políticas públicas que se centren en el desarrollo productivo justo a nivel comunitario, a nivel local y a nivel regional son los principales retos a enfrentar ante una transición socio ecológica dentro de los territorios. Los patios productivos son vitales para entender que la capacidad comunitaria de una población puede generar sosteniblemente la producción de alimentos y medicinas tradicionales a partir de la conexión entre los saberes, conocimientos populares y la auto organización, convirtiéndose en zonas libres (De Sousa Santos, 2019). Serán estas posibilidades las que dialoguen constantemente en las apuestas hacia una transición justa.

Logo del colectivo de las mujeres guerreras de la Sierra

Finalmente, concluir este articulo resaltando la labor del colectivo mujeres guerreras de la Sierra, principalmente, por sus 10 años como organización de base que sigue luchando por el bienestar de su territorio a partir del rescate de sus saberes ancestrales y sus apuestas hacia las alternativas productivas.

Autores:

Carlos Pardo Velásquez;

Investigador social sobre transición justa y crisis climática

Narlis Guzmán;

Investigadora local y lideresa del colectivo Mujeres Guerreras de la Sierra.

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