Al hablar de adolescencia no tenemos que remontarnos muy lejos en el tiempo, debido a que antes esta no existía y la pubertad marcaba el final de la infancia y el inicio de la vida adulta. En algunas culturas el cambio se marcaba por medio de rituales de iniciación como en las sociedades primitivas. En otras, el cambio se daba con adquirir nuevos estilos y hábitos sin ninguna transición entre la niñez y la adultez. El surgimiento de esta se remonta a la transformación cultural surgida a partir de los cambios socio-económicos que introduce la revolución industrial.

Citando a Moujan y Vázquez (2016), La adolescencia es ese proceso del desarrollo humano que ocurre al finalizar la infancia y la entrada a la adultez y abarca cambios físicos, trae consigo la construcción de una nueva identidad dejando atrás la identidad infantil.

Con lo planteado anteriormente, se puede inferir que la adolescencia es una construcción social, a diferencia de la pubertad que es un proceso universal, esta se encuentra determinada por el contexto en el que se desarrolla el adolescente, por su cultura y por sus favores individuales.

Tipos de adolescencia.

Siendo la adolescencia una construcción social mediada por el contexto y que abarca también los cambios físicos de la pubertad, podemos hablar de los tipos de adolescencia. Encontramos la adolescencia temprana que comprende los 11 y 14 años y se caracteriza por la pubertad y los cambios corporales que trae consigo, el egocentrismo que irá disminuyendo a medida que el adolescente madure, llegue a la adultez y desarrolle un punto de vista sociocéntrico, existe labilidad emocional, comienza a surgir el pensamiento formal, aumenta el deseo de independencia del joven y se produce una acentuada preocupación por el cuerpo y los cambios puberales, la adolescencia media que se da en una edad entre 15 y 18 años, se caracteriza por el distanciamiento afectivo de la familia y el acercamiento al grupo de pares, la autoimagen es muy dependiente de la opinión de terceros, tendencia a la impulsividad, se desarrollan habilidades de pensamiento abstracto y razonamiento, el joven adopta la vestimenta, la conducta y valores de su grupo de pares, aumenta la aceptación del propio cuerpo y la comodidad con él y la adolescencia tardía que sería a partir de los 18 años y se caracteriza por la integración de la personalidad, existe conciencia de los límites y las limitaciones personales, se alcanza el pensamiento hipotético-deductivo propio del adulto, la relación padres-hijo alcanza nuevas dimensiones, que acrecientan el desarrollo personal y familiar, aumenta su inclinación hacia relaciones de pareja más íntimas y estables. (Moreno, 2007).

A modo de cierre y recapitulando todo lo mencionado se puede decir que la adolescencia dependiendo de cada cultura puede llegar a ser muy distinta, de echo no mucho tiempo atrás no se reconocía esta etapa y la entrada al mundo del adulto era marcada solo por la pubertad, hoy en día la adolescencia es una etapa que nos prepara para el mundo del adulto marcada por muchos cambios tanto físicos, psicológicos y sociales, los que incluyen también cambios cognitivos y sexuales, los cuales se desarrollan progresivamente hasta alcanzar la etapa de la adultez ya con una identidad propia y social establecida.

Referencias:

  • Moujan, J. & Vázquez, C. (2016). Adolescencia y sociedad. La construcción de la identidad en tiempos de inmediatez. Editorial Psocial.
  • Moreno, A. (2007). La adolescencia. Editorial UOC.
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