¡Hola! Me gustaría compartir algunas reflexiones personales sobre dos temas importantes para la lucha feminista y la creación de una cultura más democrática: la autonomía y la identidad de las mujeres. Escuchamos estas palabras a menudo, pero describen un proceso profundo y complejo que es difícil de entender.

Autonomía: Mucho más que «valerse por sí misma», más que «una»
Cuando empecé a escribir, tenía en mente el concepto más general de autonomía: una mujer independiente que nadie necesita. Pero rápidamente me di cuenta de que esto es sólo una parte de la historia. Desde una perspectiva feminista, la autonomía implica la capacidad de tomar decisiones y asumir la responsabilidad de nosotros mismas y de aquellos que dependen de nosotros, sin ignorar al colectivo.
A través de este proceso, descubrí algo doloroso. A menudo pensamos que la autonomía es fácil de conseguir. Pero no lo es. *Conseguida*. Un evento. Se gira y volvemos en busca de nosotros mismos.
No sólo se trata de la capacidad de tomar decisiones, sino de reconocer los factores que dificultan nuestro proceso de toma de decisiones: el miedo, la dependencia emocional y, no siempre explícitamente, las estructuras de poder formadas durante la infancia.

El cuidado: esa carga que se da por sentada
Después de leer, lo primero que quería añadir fue el significado de «cuidado». No he podido reflexionar por completo sobre esta cuestión. Es difícil pensar, pero vale la pena considerarlo. Muchos factores que limitan nuestro desarrollo como mujeres están relacionados con nuestra necesidad constante de cuidar a los demás. Hijos, padres, compañeros, estudiantes, amigos… El mundo siempre parece esperar a que apoyemos tácitamente esta necesidad.
Este elemento vital que configura nuestra vida está subestimado. Sin embargo, consume casi todo nuestro tiempo, nuestra energía y nuestras vidas. Si no hablamos y no lo cuestionamos, nuestra autonomía sigue incompleta.
También me hizo pensar en cómo el patriarcado nos atrapa en la preocupación y nos mantiene ocupadas, agradecidas y silenciosas.

Autoidentidad: nombrarse desde una misma
Cuando empecé a escribir, sentí la necesidad de profundizar en mi identidad personal. ¿Cómo puedo ser independiente cuando no sé quién soy o cuándo mi autopercepción está influenciada por los demás?
Empecé a pensar en reinventarme. Cada vez que me miro en el espejo, me pregunto: ¿Quién es esa mujer que veo? ¿Quién sería si no tuviera que cumplir las expectativas de los demás?
La identidad personal no es sólo identificarse como mujer o tener una visión clara. Se trata de escribir unas memorias. Se trata de contar la historia de nuestras vidas con nuestra propia voz, no en un formato que se nos imponga. Además, permítete realizar cambios. Perdónate cuando las acciones pasadas ya no te sirvan. Acepta las contradicciones y no te sientas vulnerable.

El patriarcado, el egoísmo y la culpa que surge de nuestras elecciones
El patriarcado, la subordinación y la dominación son grandes obstáculos. Las mujeres hemos sido definidas a menudo por su «incompletitud» y la necesidad de «completar a otros». Ahora desde una perspectiva más clara y quizás más cínica, examino una de esas barreras invisibles: el egoísmo. No porque sea egoísta sino porque está prohibido. Establece límites, dice «no», nos silencia y nos hace sentir culpables por querer algo distinto.
En el fondo, aprendemos que las mujeres no viven para sí mismas. Pero cuando pensamos por primera vez en nosotros mismos, algo iba mal. El patriarcado nos dice que no seamos egoístas, porque escogernos a nosotros mismos lo destruiría todo.
Aprendemos a quedarnos en la sombra, como si hubiera un sitio para plantar algo. Pero en realidad, no hay. No puede ser estrecho. Así que esto es algo que debemos aprender.

La autonomía como camino que se anda con pasos dudosos
Para construir la autonomía y una autoidentidad auténtica, es fundamental:
• Romper el consenso con el orden establecido: Esto significa revisar nuestros valores, creencias y puntos de referencia, ya que el orden patriarcal a menudo se sostiene por el «consentimiento» de las mujeres a su propia subordinación.
• Construir nuevas relaciones: La autonomía no implica la anulación de la individualidad, sino la capacidad de establecer relaciones equitativas, con límites y derechos propios. Se trata de construir la propia vida y el propio cuerpo.
• Enfrentar la opresión: La autonomía es una lucha contra la opresión, la subordinación y la dominación.
• Reconocer la complejidad de nuestro ser: La autoidentidad de las mujeres contemporáneas es compleja y va más allá de un solo aspecto.

Para terminar el trabajar hacia la autonomía de las mujeres es un proceso de construcción constante, de lucha política y cultural, que nos invita a redefinir quiénes somos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos, siempre con el objetivo de construir una sociedad más justa e igualitaria.
T0 dieron "Me gusta"Publicado en Antropología y Género, Desarrollo personal
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