Los factores de riego son definidos por Díaz Rodríguez y Gonzalo Ramírez (2014) como los escenarios que favorecen el desarrollo de conductas de riesgo. Por lo anterior, podríamos señalar que los factores protectores, contrarios a los de riesgo, son aquellos escenarios que favorecen el desarrollo de conductas seguras.

Se entiende por conductas de riesgo a todos aquellos comportamientos, acciones, costumbres, etc. Los cuales puedan comprometer de forma negativa los aspectos biopsicosociales del adolescente (Sánchez, 2013) tanto en esta etapa del desarrollo, como a futuro durante la adultez. Algunas de estas conductas son las prácticas sexuales sin protección, el consumo de alcohol y drogas, el sedentarismo y el conducir a exceso de velocidad.

Tales conductas de riesgo no están presentes en todos los adolescentes, ni están distribuidas de forma aleatoria entre estos (Salas, 2018). Sino que, por el contrario, suelen estar presenten en una población especifica, la cual, además de soler presentar un conjunto de factores de riesgo asociados entre sí (Florenzano Urzúa, Correa Valdés, 2005), presentan características y condiciones la cuales se correlacionan con la presencia de dichas conductas peligrosas. Entre las cuales se encuentran el vivir en zonas marginadas, poseer un bajo clima educativo (Molinatti y Pelaez, 2012), bajo autoestima, relación familiar irregular y poca destreza social (Haquin, Larraguibel y Cabezas, 2004).

Tener presente cual es todo el contexto el cual rodea al adolescente es de vital importancia, no solo para el entendimiento de la conducta, sino además para la ideación de formas y métodos de intervención los cuales busquen intervenir en estas realidades y frenar la promoción de las conductas de riesgo, pues, como señalan Gil García y Romo Avilés (2008), estas conductas no nacen de la iniciativa propia, sino más bien surgen de un proceso social.

En ese sentido y siguiendo con la misma línea no hablaríamos únicamente de factores de riesgo, si no también de aquellos factores protectores que posee el adolescente, siendo estos las condiciones, atributos y demás que posee el adolescente no solo a nivel individual si no a nivel social, comunitario, familiar, factores que como lo expresa Kottelecky (2005) ayudan a que la persona se desarrolle adecuadamente en el camino a la adultez.

Los factores protectores que tenga el adolescentes son de suma importancia, ya que estos son los que van a contrarrestar los efectos de esos factores y conductas de riesgos, disminuyendo así su vulnerabilidad (Páramo, 2011, P.87). Casullo y Castro (2000, 17), dice que la identificación de los factores de riesgo deben complementarse necesariamente con el conocimiento de los factores de protección, ya que éstos funcionan como barreras evitando que las situaciones estresantes afecten al joven. Factores individuales como la autoestima, la autonomía, autocontrol y valores que posea la persona son ejemplos de factores de protección individuales, los cuales le ayudaran a una mejor toma de decisiones frente a situaciones de riesgo, a no depender de los demás y a valorarse a sí mismo. Ahora bien, aunque dichos factores individuales son considerados de suma importancia, lo concerniente al entorno en el que convive el adolescente es de igual significancia, por lo que esa relación que tiene con su familia, sus habilidades sociales y la integración con la sociedad guardan una fuerte relevancia con lo que respecta a factores protectores para el mismo adolescente.

Ahora bien, según Donas Burak (2011) existen 2 tipos de factores de riesgo, teniendo en cuenta en como influyen en la presencia de conductas de riesgo, aquellos factores protectores de amplio espectro, en estos factores lo que sería el apoyo de la familia, de los amigos y la escuela son factores protectores de suma importancia, sin descartar que a la vez los mismos pueden llegar a ser factores de riesgo. Y por otro lado encontramos aquellos factores protectores específicos entrarían lo que seria evitar posibles conductas de riesgos, habituales como el utilizar protección al momento de una relación sexual, la abstención de usos de drogas, seguridad al momento de conducir y demás.

En conclusión, la adolescencia es una etapa en la que se presentan diversas trasformaciones muy significativas a nivel de la personalidad e identidad del adolescente, por esta exige que este ponga en practica sus recursos personales, familiares y sociales con el fin de recorrer con éxito el camino hacia la adultez.

Referencias

  • Díaz, C. L. y González Ramírez, M. T. (2014). Conductas problema en adolescentes en la ciudad de Monterrey, México. Enfermería Global, 13(33), 1-16. Recuperado de: http://revistas.um.es/eglobal/article/view/184861/156691.
  • Bonilla, S., Marcilla, Y.(2015). Factores protectores que favorecen la realización de proyecto de vida en adolescentes en riesgo psicosocial de la Institución Juventud Con Una Misión [trabajo de grado para especialización].Corporación universitaria lasillista.
  • Factores de protección. (s. f.).
  • Https://Www.Fundacioncnse.Org/Drogasyfamilias/Factores-de-Proteccion.Php. Recuperado 13 de diciembre de 2021, de https://www.fundacioncnse.org/drogasyfamilias/factores-de-proteccion.php
  • Florenzano Urzúa, R. y Correa Valdez, M. (2005). El adolescente y sus conductas de riesgo. (3° Ed.) Santiago, Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile.
  • Gil García, E. y Romo Avilés, N. (2008). Conductas de riesgo en adolescentes urbanos andaluces. Misceláneas Comillas, 66(129), 493-509. Recuperado de: http://revistas.upcomillas.es/index.php/miscelaneacomillas/article/view/7379/7225.
  • Haquin, C., Larraguibel, M., y Cabezas, J. (2004). Factores protectores y de riesgo en salud mental en niños y adolescentes de la ciudad de Calama. Revista chilena pediatría, 75(5), 425-433. http://dx.doi.org/10.4067/S0370-41062004000500003.
  • Molinatti, F., & Peláez, E. (2012). Los patrones espaciales de los comportamientos de riesgo en la ciudad de Córdoba (Argentina)-2001. Revista brasileira de estudos populacao, 29(1), 37-52. Recuperado de: http://www.scielo.br/pdf/rbepop/v29n1/v29n1a03.pdf.
  • Salas, F. G. (2018). Caracterización de los factores implicados en las conductas de riesgo en adolescentes. Vol 38, N° 56, (1-16), EISSN: 2215-2997, enero – junio, 2018
  • Sánchez, M. H. (2013). Adolescencia, conductas de riesgo y prevención. En M. H. Sánchez (Ed.), Prevención de lesiones no intencionales: experiencias con adolescentes (pp. 24-34) Cuba: Ediciones Molinos Trade S.A.
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Comentarios

  1. Es una publicación bastante interesante, a medida del estudio que e tenido a través de esto, como adolescente reitero la importancia que se le dben dar a algunas cosas que a veces pensamos no son tan grandes, como adolescentes hacemos de los problemas un caos, pero a veces es mejor tomar en cuenta todo lo que está pasando para así cuidar mucho más nuestra salud tanto física como la mental, sin dejar pasar que me e sentido identificada y me e dado cuenta de las distintas causas de los sucesos en mi generación, y como acontecen y afectan la mentalidad de un jóven.

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