Estoy de acuerdo con la máxima de Confucio: “todo concepto con el que no se practica o produce, se olvida”. Aprender no consiste únicamente en escuchar o leer información, sino en interactuar con ella, aplicarla y reflexionar sobre su significado. Por ejemplo, en el aprendizaje activo, realizar ejercicios, debates o proyectos permite consolidar conceptos en la memoria a largo plazo y generar conexiones con conocimientos previos. Escuchar algo sin practicarlo puede dar la sensación de entendimiento, pero la verdadera comprensión y retención se logran al aplicar lo aprendido, produciendo resultados y experiencias propias.