La educación popular y la pedagogía social, ¿Andamiaje transformador en el capital social?

Preludio

Referirnos a la educación popular y a la pedagogía social en un mismo documento genera pasiones, y retos por lo imbricada que se encuentran, creemos necesario entrar a discernir con pautas claras y precisas esas líneas que permiten el andamiaje de co -construcción educativa y coherente entre la permanente sinergia que cohabita entre el educador y el educado, por ello consideramos oportuno por ser el primer Blog en el que se aborda el importante pensamiento de este pedagogo, y en lo personal a quienes admiramos no solo por la completitud de su prosa, sino por la materialización de sus posturas que han contribuido a generar una educación más humana y desarraigada de las posturas de dominación y pérdida de vigencia de la educación bancaria.

Así las cosas, durante estas primeras líneas compartiremos los aspectos más relevantes de la obra pedagogía del oprimido de Paulo Freire, referente de Latinoamérica para el mundo acerca de su concepción inclusiva de la educación, es decir una educación para todos y todas en la que se supere la visión elitista y alejada del contexto social en la que se produce.

En ese orden de ideas, la más coloquial de las afirmaciones al escuchar y/o leer el nombre de Paulo Freire, es ubicarnos en lo que se denomina como educación popular y la línea de su pensamiento conforme a sus escritos la comprendemos como una corriente pedagógica critica, pero precisamente aquí en el marco de este acercamiento surge para nosotros este primer interrogante; es decir: ¿Qué entendemos por educación popular? y ¿Cómo ha permanecido vigente a pesar de haber sido concebida hace más de 50 años?

Pues bien, para aproximarnos a dar una tentativa de respuesta nos resulta útil y necesario compartir que para Freire (1970) la educación es entendida como una práctica política y ética lo que repercute en su visión de una manera más holística y critica de la realidad social a la que se encuentra con el educado.

Esto significa que la educación popular debe superar las amarras de la dominación o domesticación como bien expone Freire (1970) y para poder comprender el contexto popular de la educación se hace necesario discernir que para el maestro Freire, en su visión existen dos tipos de personas a las que él denomina oprimidos y opresores, respecto a la primera denominación o categorización que luego veremos cómo se puede superar desde la desarticulación de la educación bancaria Freire (1970) encuentra con la interacción del capital social con los campesinos brasileños que aquellos que se arropan con el indeseable adjetivo de oprimidos están inmersos en una triada de deshumanización, fatalismo, e incapacidad, lo que produce como resultado la domesticación de quienes se consideran son los poderosos al dominar generan en los otros menos afortunados el adormecimiento de la conciencia, infundir temor generalizado, acostumbrándolos a no opinar y generar desunión como estrategia de desestabilización. (Freire, 1970).

Así las cosas, podemos colegir que en la categorización de Freire (1970) a los opresores les interesa mantenerse en un plano de superioridad para perpetuarse en el dominio del saber, hacer y ser de quienes deben subyugar con sus posturas hegemónicas, las cuales revisten de beneficios cuando en realidad, son solo un barniz de desventura por no ser provechoso para el colectivo que representan, recordemos que sobre esta postura en concreto, Freire (1970) constituye una singamia entre la educación, la política y la ética hoy utilizando el término más contemporáneo pudiésemos asumirlo como una “Educracia” toda vez que no admite discusión la puesta en marcha de la educación como una política pública siempre susceptible de mejora u optimización.

Pero a pesar de las buenas intenciones que tuvo el maestro al adentrase en el estudio de la situación conflictiva que no permitía un desarrollo en el pueblo brasileño por la alta tasa de analfabetismo y al desconocer lectura y escritura se estaba invisibilizado al no poder ejercer la ciudadanía, se interroga entonces Freire: ¿Cómo logran los opresores perpetuarse en esa espiral de poder, que maltrata y adormece la conciencia de los oprimidos quienes son superior en número despojándoles de la capacidad de criticar, analizar, crear, imaginar e innovar? La respuesta que encontramos en su texto pedagogía del oprimido, que pudiésemos señalar es la obra que le sigue a la educación como práctica de la libertad está conformada por lo que se denomina sistema opresor y que a su vez lo componen la violencia, la deshumanización, y la injusticia. En el siguiente diagrama se percibe de una mejor forma: 

Si se me permite una analogía musical, al encontrarme con el texto de Freire y de manera puntual cuando el autor hace referencia al sistema de opresión que está compuesto por la deshumanización, la violencia e injusticia, me hace recordar la letra de una cantautora colombiana Shakira, “Bruta, Ciega, sorda y muda (1998), porque precisamente en el ejercicio de la domesticación se quebranta la capacidad de imaginar, se aniquila la conciencia, se procura que las personas se mantengan dóciles, sin reclamo alguno. Constituye así el ejercicio de la domesticación sobre la persona oprimida a quien se le obliga a asumir un comportamiento servil sin derechos.

 Ahora en el mismo texto Freire (1970) nos comparte que la forma de superar esa triada beligerante y opresora es derrocando lo que el también denomina sistema bancario en el que la educación es vista como el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos, no se verifica, ni puede verificarse esta superación. Por el contrario, al reflejar la sociedad opresora, siendo una dimensión de la “cultura del silencio”, la educación bancaria mantiene y estimula la contradicción. (Freire, 1970).

En la educación bancaria: A) el educador es siempre quien educa; el educando el que es educado. B) el educador es quien sabe: los educandos quienes no saben. C) el educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los objetos pensados. D) El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente. E) El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados. F) El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción. G) El educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tiene la ilusión de que actúan, en la actuación de educador. H) El educador es quien escoge el contenido programático; los educandos, a quienes jamás se escucha, se acomodan a él. I) El educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél. J) Finalmente, el educador es el sujeto del proceso; los educandos meros objetos. (Freire, 1970 p.80)

En esta percepción bancaria de la educación Freire (1970), considera el saber, y conocimiento, como una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes. Donación que se basa en una de las manifestaciones instrumentales de la ideología de la opresión: la absolutización de la ignorancia, que constituye lo que llamamos alienación de la ignorancia, según la cual ésta se encuentra siempre en el otro. (Freire, 1970).

Si pudiésemos catalogar la educación bancaria como una enfermedad o virus que debe erradicarse en nuestros sistemas educativos, tendríamos como signos de alarma que la relación que se produce entre el educador y educando es narrativa, discursiva y disertadora, en la que se propende por resaltar el contenido, memoria y despojando al educando del análisis, la crítica y la imaginación que le permite a la postre generar innovación desde una mirada caleidoscópica que rompa la cultura del silencio, la cual desea se perpetúe por parte de quienes ostentan la calidad de opresores y que nosotros en coherencia o comunión debemos desarraigar o mejor extinguir en nuestras sociedades. Freire (1970).

Habiendo realizado de manera sintética y generalizada la postura asumida por Freire en la educación popular, que tiene su génesis desde lo social, resulta oportuno interrogarnos en este momento como asume una posible solución al debacle en la contextualización de las problemáticas que presenta el capital social, al respecto encontramos que Freire (1970) destaca la antidialogicidad como instrumento de opresión que se sirve de la conquista, la división, la manipulación y la invasión cultural, contrario sensu y este es en lo personal la parte que consideramos oportuna para la aplicación de la educación popular que nos muestra el camino desde la dialogicidad que verifica la liberación y para ello se nutre de la colaboración, la unión, la organización, y la síntesis cultural. (Freire, 1970)

Y es que para Freire (1970) los hombres y también las mujeres son seres de la praxis son seres del quehacer esto se debe a que su hacer es acción y reflexión. La praxis tal como la concibe y plantea el maestro es lo que permite en un determinado contexto generar la transformación, sobre este particular y en atención a la educación popular la sinergia que se crea entre el educador y el educado debe superar el verbalismo de la teoría y el activismo para centrarse en la práctica, la cual sólo se puede constatarse a través de la reflexión y la acción que tienen una incidencia directa en el cambio y las estructuras que pretenden mutarse para el bienestar colectivo (Freire, 1970).

Concluyendo entonces, para combatir la dominación o domesticación como plantea Freire (1970) debemos percibir a los educandos en una relación dialógica en la que comprendamos que no hay superioridades existen sinergias o como le gusta compartirlo al autor comunión, el diálogo que se plantea siempre debe ser abierto, franco, permanente, la estructura o el andamiaje debe ser horizontal y no vertical, toda vez que en la interrelación esta mediada por la reciprocidad para la consecución de la transformación en la sociedad, en la que debe estar mediada por una actitud democrática, recordemos que todo acto educativo es un acto político, en el que se debe privilegiar la pedagogía de la pregunta, no de la respuesta, en la que siempre deberá prevalecer el amor en todo lo que se realice.

Habiendo culminado este preludio, el cual consideramos idóneo toda vez que es el primer acercamiento que tenemos en este Blog del maestro Freire, y a pesar que en las anteriores lineas  no se hace alusión a la pedagogía social, de las relaciones de esta con la educación popular la abordaremos en nuestro siguiente paper en el que esperamos sus comentarios para el sano ejercicio  de co -construcción de saberes y que se espera nos resulte útil en la praxis de nuestra labor como educadores sociales o por lo menos desde el incipiente camino para serlo. 

Gracias por leerme, pero sobretodo gracias por nutrir este ecosistema de aprendizaje. 

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