¿Qué es la democracia?
Etimológicamente, democracia viene del (del latín tardío democratĭa, y este del griego δημοκρατία dēmokratía) es una manera de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía.
¿Por qué deben participar las mujeres en la política?
Analizando la construcción de la democracia: no se puede hablar de un estado democrático si la mitad de la población no se encuentra debidamente representada en los órganos de toma de decisiones; la importancia de garantizar a las mujeres el ejercicio de su derecho humano a participar en la vida política y pública; el empoderamiento o adelanto de las mujeres que ocupan los espacios de representación en la toma de decisiones, lo que se traduce en capital social y humano; la confianza que se genera entre las mujeres al ser representadas, atendidas y entendidas por otras mujeres con quienes se pueden identificar; la atención que se dé a las necesidades diferenciadas que tienen las mujeres y la importancia de tomar en cuenta su trabajo y que este trascienda como ejemplo a las nuevas generaciones
Al revisar la historia de la humanidad con un enfoque de género, se comprueba que a largo de los años las mujeres han luchado por ejercer su derecho al voto en su búsqueda de una mayor participación política-civil.
Esta decisión empezó formalmente con la publicación de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791 en el marco de la Revolución Francesa, en demanda del reconocimiento de la ciudadanía, justicia y equidad política de las mujeres. Sin embargo, será en el siglo XIX cuando la figura de la mujer juegue un papel clave en las recién instauradas democracias producto a su reconocimiento al derecho al sufragio en elecciones libres, directas y universales.
Con ello se consumaba un sueño, se atendía una demanda de género y se emprendía una nueva cruzada contra la discriminación, marginación e inequidad. El papel familiar, social y político de la mujer cambio drásticamente durante las últimas décadas, pasó de ser un individuo abocado a la vida familiar y a la procreación, a incorporarse activamente al mundo de la productividad, la competencia e insertarse en la vida política del país. Su presente ya no es su pasado, pero su futuro dista mucho de su condición actual.
En este sentido, es necesario señalar que el logro del sufragio femenino va más allá del derecho a emitir el voto durante cada proceso electoral. Este significa el reconocimiento a la igualdad en la participación política, el empoderamiento de las mujeres como dignas representantes de una democracia y el entendimiento de que sin la participación activa de las mujeres en todos los niveles de gobierno no se podrán conseguir los objetivos de igualdad, desarrollo y paz.
Es por esta razón que los actuales esfuerzos concertados en todos los países del mundo se centran en el desarrollo de mecanismos integradores y fomentadores de los procesos democráticos. Reconociendo que la democracia representativa es el medio fundamental para que los intereses de la mujer estén bien personalizados y reciban una respuesta normativa socialmente legítima y sostenible.
Por lo tanto, la participación de las mujeres es clave para las democracias ya que estas necesitan a las mujeres para preservar su autenticidad y las mujeres necesitan la democracia para cambiar los sistemas y las leyes que les impiden, y les impiden a las sociedades en su conjunto, lograr la igualdad.
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