Pedagogía social (PS) de Europa a Latinoamérica. Educación Popular de Latinoamérica para el mundo.

Aspectos históricos relevantes:

La génesis de la pedagogía social la ubicamos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando se evidencia como una ciencia que se ocupa de la educación como una construcción histórica y social, poniendo de relieve sus convergencias con otras ciencias sociales y humanas, desde la Antropología a la Historia, pasando por la Sociología, la Economía, el Derecho, la Politología o la Psicología. Todo ello la abocaría a ser un elemento central de las reformas educativas, como una de las disciplinas que mejor representa la modernidad social y política, con todas sus potencialidades y todas sus contradicciones y ambigüedades. Novoa (2005) citado en Caride et al. (2015)

Uno de sus más importantes precursores y pioneros en el andamiaje de la educación social fue Paul Natorp, quien es traído a colación por Caride et. al (2015) en la que se alude expresamente a lo social de la educación y de su pedagogía, que no es la educación del individuo aislado, sino la del hombre que vive en una comunidad, educación que hace a la comunidad, porque su fin no es sólo el individuo, es generar esas transformaciones en las condiciones sociales que solo desde la educación se pueden poner en práctica.

Así las cosas, sostiene Ribas (2018) que en el caso de Brasil la primera vez que se utilizo el término de pedagogía social, fue a través de Fernando Azevedo quien propugnaba por defender una educación a conciencia que propiciará las anheladas transformaciones requeridas para el desarrollo y la superación de desigualdades.

La concepción de la educación popular en Brasil constituye un punto de inflexión para las personas que, en ese momento por su condición de analfabetos, ni siquiera eran reconocidos como ciudadanos al no saber leer y escribir.

Esta situación, pone en marcha el andamiaje de una nueva estructura pensada desde la educación, pero una educación contraria a los postulados hegemónicos e imperantes en ese momento en el territorio brasileño. Estas nuevas concepciones debían volcarse a una transformación que tuviere en cuenta la contextualización del sujeto, a quien debía reconocérsele esa calidad, para que así en la comunicación y /o sinergia con el educador encontrarán más proximidades que generarán aspectos positivos para cada uno de ellos.

Al respecto Freire (1970) sostiene que existe una relación dialéctica entre el educando y el educador, pues es una relación de reciprocidad en la que ambos se benefician e inclusive también se aprende a ensañar y se enseña a aprehender conforme a los contextos.

Sobre este particular, resulta necesario compartir que desde la visión de Freire (1970) la estructura en la educación debe superar la verticalidad para instalarse desde un dialogo abierto, franco y permanente en la horizontalidad de la interacción.

De otro lado, también resulta oportuno destacar con base en lo expuesto por Freire (1970) para lograr una liberación desde la educación hay que desarraigar aquellas practicas contrarias a la expansión del ser humano como esclavo servil o persona oprimida, para ello se debe incentivar a las mujeres y hombres del quehacer y extinguir la educación como un sistema bancario, pues esto aniquila la capacidad de pensamiento, de análisis y de crítica. 

En atención a lo planteado por Ribas (2018) la EP, busca dar respuestas a situaciones problematizadoras en los contextos que se mantienen en ciertos territorios, de allí surge el acercamiento con temas relacionados con la economía, la cultura, o políticas públicas que estén relacionadas con el desarrollo de las personas que se encuentren en nuestro términos en situación de vulnerabilidad, para Freire (1970), a los oprimidos que aún no les ha sido permitido quebrar la crisálida de la dominación y/o domesticación.

En ese orden de ideas la EP, es entendida como una educación subversiva al pretender quebrar las cadenas de la dominación que mantienen adormecidos la conciencia y la libre opinión, por la imposición de la cultura del silencio.

Así las cosas, en el territorio brasileño consideramos que desde la estructuración de la praxis de la EP que concibió Freire (1970) como una educación liberadora, se le permite al oprimido entendido en la educación bancaria como una vasija de depósito esa mutación y / o transformación a sujeto participante y dialogante del proceso generador no solo de cambios en la estructura de la sociedad, sino co- constructor de esas transformaciones colectivas, en términos más sencillos replica la transferencia de la acción y reflexión que propugna Freire (1970).

De otro lado, se debe enfatizar en la perspectiva democrática de la educación, toda vez que Freire (1970) sostiene que todo acto educativo es un acto político, en el entendido que el alcance de la ED debe ser generalizada, propositiva, positiva y asertiva la cual se evidencia desde la auténtica democratización al superar la visión de oprimido sujeto a un sistema de domesticación y/o dominación.

Así las cosas, evidenciamos que, debida a las constantes y permanentes vicisitudes desde la creación hasta la concepción de la ED, su configuración como corriente crítica de la pedagogía encierra en si una polisemia en su significado que se ubica desde la heterogeneidad de la praxis, o por lo menos así lo analizo Freire (1970)

Asevera Ribas (2018) que los temas relacionados con las investigación en la EP están relacionados con conceptos/teorías, niños y adolescentes, cultura, educación, educación popular, escuela género, grupos culturales y etnias, medio ambiente, movimientos sociales, pedagogía, políticas públicas, prácticas educativas, educación en cárceles, tecnologías, trabajo y responsabilidad social.

De otro lado, en la constante y permanente mejora de la pedagogía social como ciencia y también como disciplina, se ha evidenciado que esta pretende entregar las herramientas idóneas a los educadores sociales para que puedan desarrollarse en contextos que estaban acéfalos de intervención, como es caso de la educación para adultos, el caso de la niñez y la adolescencia, o incluso de aquellos jóvenes en dificultad social en los que Melendro y Cruz (2013) comparten desde sus investigaciones como a través de las necesidades percibidas y luego trabajadas se logran resultados mediados por la pedagogía de manera asombrosa o inclusive también en los aspectos señalados como la transición a la adultez en la que sostiene Melendro (2018), se están produciendo en la actualidad mayores vicisitudes de intervención que antes no era dables de ser consideradas para ser intervenidas a través de la pedagogía.

Pero precisamente, sobre los tópicos arriba señalados se ubica la complejidad en las contingencias de las que se ocupa hoy la pedagogía social, permitiendo entonces desde el caleidoscopio de la diversidad y la inclusión un capital social con mayores garantías para la transformación, teniendo presente un estado de bienestar generalizado que solo a través del aprendizaje se superen los obstáculos que aún en la actualidad crean escenario de desigualdad, tal como lo afirma Caride et. al (2015).

En cuanto a las interfaces de la pedagogía social según Ribas (2018) se pretende reconocer el área ante los medios e instituciones legales, lo que significa, que esta es una de las aristas diferenciadoras en el entendido que la PS busca la profesionalización de los educadores que actúan en diferentes espacios educativos. 

Sostiene Ribas (2018) que, en la educación popular, se identifica un movimiento no estructurado en el sentido de la formación de profesionales, a su turno tampoco es verificada la existencia de concreta de la búsqueda de medios específicos para formalizarla, todas vez que las practicas que se generan son espontaneas por iniciativas de personas o de grupos, pudiendo ser utilizada por cualquier instancia que discuta educación o cultura.

A juicio de Ribas (2018), las semejanzas entre las producciones científicas en los que atendiendo a los congresos realizados se destacan los siguientes: conceptos/teorías, niños y adolescentes, cultura, educación, escuela, grupos culturales y etnias, pedagogía, políticas públicas, educación en cárceles, trabajo y responsabilidad social.

Como lo hace notar Ribas (2018), los temas en la intersección entre la PS y la EP, nos permiten ubicarnos en la prioridad avanzada de la educación y a la forma en como esta se expresa y acontece, toda vez que en palabras de Ribas (2018) el adjetivo de popular y social, es dable de ser ubicado en el caleidoscopio de la educación y su motor transformador de los seres humanos y el colectivo al que pertenecen. 

Con la anterior, revisión percibimos la aproximación de la EP con la PS, no solo desde los asuntos sujeto de investigación y practica en los que se intervienen o abordan el capital social de manera idónea, buscando la transformación de una sociedad que asuma la concienciación de ser sujeto libre y pensante al practicar la dialogicidad.  

Conclusiones

En nuestro territorio, Freire es sinónimo de libertad, emancipación inclusive y porque no escribirlo de justicia, si de esa justicia a la que los desarrapados del mundo se sienten categorizados por fuera de la línea humana y de la humanidad.

El acercamiento a la educación popular nos permite evidenciar que sin importar el género o la especie entre la posible discusión que se pudiera plantear entre la PS y EP, lo cierto es que la percibimos como motor de transformación, y con ello el consecuente desarrollo del capital social que se interviene, en ese entendido cobra fuerza la educación revolucionaria o subversiva de Freire, si nos permitimos el uso del término, pero desarraigado de la connotación armentista, la revolución es biófila, da vida y en eso compartimos la visión de la evolución educativa, en la que aún hoy está vigente el andamiaje que presupone la superación o mejor la erradicación del sistema bancario.

Que este Blog /Paper, nos conmine a evaluar nuestros comportamientos como educadores y nos invite a generar espacios de reflexión y acción en aras de conseguir la libertad desde la educación, porque la realidad está ávida de la puesta en marcha de la dialogicidad.

Espero tus respuestas al anterior interrogante.

Gracias por leerme y hacer parte de este ecosistema virtual de aprendizaje. 

Referencias

Caride, J. A., Gradaílle, R. y Caballo, B. (2015). De la pedagogía social como educación, a la educación social como Pedagogía. Perfiles Educativos, 37 (148), 4-11. http://www.scielo.org.mx/pdf/peredu/v37n148/v37n148a16.pdf

Freire. P (1970) pedagogía del oprimido. Siglo XXI editores.

Melendro, M. y Cruz, L. (2013) Los escenarios de la intervención. Intervención con menores y jóvenes en dificultad social, pp.85-140. Madrid, UNED

Melendro, M. (2018). Educación social con “jóvenes sin tiempo”: de la dificultad social y el conflicto a la inclusión en el tránsito a la vida adulta. Pedagogía Social en Iberoamérica y en Colombia. Fundamentos, ámbitos y retos para la acción socioeducativa (pp. 72-96). Universidad del Norte.

Ribas, E. (2018). Interfaces entre la educación popular de Paulo Freire y la Pedagogía Social en el contexto brasileño. En Del F. Pozo. (Comp), Pedagogía Social en Iberoamérica: Fundamentos, ámbitos y retos para la acción socioeducativa (pp. 53-71). Colombia: Barranquilla: Editorial Universidad del Norte-UNED.

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