Desde hace algunos años hemos venido presenciando el desarrollo de una forma de entretenimiento, que busca llevar simultáneamente una misma narración o historia por diferentes plataformas de comunicación, en la que se tiene en cuenta la interacción de los espectadores mucho más allá del consumo del producto.
Esto ha significado un nuevo reto, cambios y adaptación para los productores audiovisuales, y es que la producción de contenidos ha evolucionado a medida que las nuevas tecnologías han adquirido más y más protagonismo en el mundo, y la forma de presentarlas ha cambiado significativamente debido a la aparición del transmedia.
Esa narrativa transmedia donde los elementos integrales de una historia se dispersan sistemáticamente a través de múltiples canales de distribución con el propósito de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada, las vemos cada vez con más frecuencia en la televisión, en el cine, la publicidad, editoriales, etc. quienes expanden sus historias o productos en plataformas como: la televisión, radio, internet, apps, eventos, videojuegos, realidad virtual, entre otros.
Pero entender estas tendencias hoy en día se hace un poco más sencillo: la cultura de consumo de contenidos de los espectadores ha dejado de ser pasiva y unidireccional, hacia una cultura de consumo participativa y bidireccional. Influenciado en buena medida por el auge de los dispositivos móviles y todas las herramientas que vienen con ellos, así como los avances del Internet.
De esta manera, actualmente como productores cuando se piensa o se realiza una producción audiovisual transmedia se busca que sea un tipo de relato donde la historia se despliegue a través de múltiples medios y plataformas, y en el cual los consumidores asuman un rol activo en ese proceso de expansión del relato.
Las redes sociales, por ejemplo, suelen hacer parte integral de este tipo de producciones ya que facilitan la interacción y participación del público: desde la reproducción de los contenidos, hasta la construcción de nuevas versiones o apartes de la historia.
Grandes producciones ejemplos de expansión o de creación de universos sobre una historia son: Matrix, El señor de los anillos, Harry Potter, entre otros. Son historias/películas que no se limitaron a una sola plataforma y que expandieron sus historias originales de libros y películas en cómics, videojuegos, obras de teatro, museos, parques temáticos, experiencias de realidad virtual, etc.
En conclusión, hay un ‘ancho de banda’ que hoy nos reta a los productores audiovisuales en el universo transmedia. Sin embargo, el objetivo sigue siendo el mismo: contar una buena historia.
Comentarios
Excelente reflexion, muchas gracias por compartir.
Muchas gracias!