En el marco del mes de Septiembre, en la Universidad del Magdalena se ha estado llevando a cabo muchas actividades que promueven la vida y evitan la provocación del suicidio.

Abrazatones, escuchatones, seminarios, talleres para la vida, momentos de psicoeducación, entre otros; han sido escenarios en los que día a día se ha estado trabajando para promover la vida de nuestros Unimagdalenenses.

Docentes, administrativos, el Programa de Atención Psicológica, Bienestar Universitario, Desarrollo Estudiantil e incluso asociaciones estudiantiles como AEPSI (Asociación de Estudiantes de Psicología), IBSA (International Bussiness Students Association), entre otros han estado activamente liderando y promoviendo espacios en los que arduamente se ha trabajado para celebrar la vida.

Pero entonces… si no haces parte de ninguna de estas asociaciones, ningunas de estas oficinas administrativas, ¿cómo podrías ayudar? ¿cómo podrías también aportar tu granito de arena, aún siendo tímido, poco amigable, etc? Quédate leyendo y en breve tendrás respuesta.

Una de las señales de alarma que frecuentemente nos indican que alguien no lo está pasando nada bien, es la falta de motivación. Pero bien, veamos entonces ¿qué es la motivación? Según el diccionario de psicología de Consuegra (2010), se sostiene que la motivación hace referencia a “estados y procesos interiores que impulsan, dirigen o sostienen la actividad de un individuo”. En palabras castizas, las motivación es aquello que te lleva a concluir una acción propuesta por ti mismo. Por ejemplo, tanto la necesidad de auto realización y satisfacción personal como la idea de ser socialmente aceptado dentro de tu círculo social, son motivaciones tanto intrínsecas como extrínsecas que te podrían llevar a obtener el título de profesional, especialización, magíster o doctorado por el que estás esperando. Otro ejemplo aún más cotidiano: vas a ir a una clase en la universidad (acción) porque quieres aprender o simplemente porque quieres graduarte (motivación). Toda motivación lleva consigo una acción que lleva a cumplir una meta.

¿Ahora, qué tiene que ver la motivación con la depresión? Según Palmero, Fernández, Chóliz y Martínez-Sánchez (2002), los procesos motivacionales se explican con las variables afectivas y emocionales y, a su vez, para explicar los procesos emocionales, se recurre a la variable motivacional (Motivación y Emoción, Laura Estrada, 2018). Lo que nos llevaría a entender muchas cosas. La neurociencia descubrió que la dopamina juega un papel central en las experiencias agradables, aspecto que incrementa la motivación hacia determinada tarea y durante la depresión, es justo ese neurotransmisor del cual el cerebro carece. Lo que nos lleva a concluir que si existen bajos niveles de dopamina, nuestra motivación decrecerá y la producción de actividades disminuirá notoriamente.

Dicho esto, podemos ir directamente a una de las señales de alerta para la prevención del suicidio: la falta de motivación. Si alguna vez sentiste que no querías hacer nada, que nada de lo que hacías te generaba satisfacción, que incluso hacer las cosas que antes te gustaban, ya no te hacía sentir feliz, déjame decirte que las personas depresivas se sienten así la mayoría del tiempo. ¿Todo esto debido a qué? Exacto, la falta de dopamina.

Te estarás preguntando cómo podrías salvar una vida con esta información. La respuesta es esta: Si eres estudiante, presta mucha atención cuando algún compañero falta a clases muy de seguido y en lugar de hablar con tus demás compañeros para juzgarle, acércate y pregúntale “¿Por qué no has venido?” “¿Te sientes bien?” “¿Necesitas hablar con alguien?” “Puedo escucharte si así lo deseas.” Administrativo, personal de servicio en general, si alguna vez alcanzas a notar que uno de tus compañeros empieza a dejar de sonreír por cosas que antes le hacían mucha gracia, puede que estés frente a un caso de alguien que su vida esté pasando de tener matices coloridos, a tener matices grisáceos. Docente, si algún estudiante empieza a faltar a tus clases, en lugar de catalogarlo como malo e irresponsable, escríbele un correo y pregúntale “¿Puedo saber por qué faltaste a mi clase?” “¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?” Si necesitas hablar con alguien, te puedo escuchar.

De igual manera, si crees que no tienes la habilidad de escuchar, puedes decirle a tus cercanos, que la Universidad del Magdalena, el PAP (Programa de Atención Psicológica) con su dependencia en el área clínica de Facilitadores de Salud Mental en compañía con el Centro de Escucha, ofrecen el servicio totalmente gratuito de prestar sus voluntarios para atender a quien necesite ser escuchado. Así mismo, Bienestar Universitario y Desarrollo Estudiantil quienes brindan orientación psicológica, están prestos a atender cualquier llamado.

Recuerda decirle a la persona que veas desmotivada que no está sola, que puede contar contigo y que quieres ayudarle.

“A veces sentir que alguien notó tu ausencia, te hace pensar que valora tu presencia.” (Adriana Mercado, 2022)

Imagen destacada de Kelly Sikkema en Unsplash
Recommended1 Me gustaPublicado en Psicología, Salud

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