Hola nuevamente estimados lectores, seguimos con nuestras líneas púrpura. En esta oportunidad quiero traer a colación una decisión de tutela, la cual generó un punto de inflexión para las mujeres en especial para aquellas que habitan en la calle, entidades territoriales e incluso para quienes nos sentimos identificados con la elevación de la humanidad desde la cotidianidad.
Y justo en esa intersección de la naturaleza humana, se encuentran imbricadas las siguientes posturas jurídicas que refrendan la posibilidad de enaltecer la dignidad humana, la cual para el presente Blog lo constituye la Dignidad Menstrual.
¿Un Blog sobre la menstruación? … se preguntarán algunos si es mandatorio visibilizar este proceso fisiológico por el que las mujeres, hombres trans y personas no binarias, expulsan periódicamente por la vagina un óvulo maduro no fecundado con sangre y otras materias procedentes del útero, este sangrado vaginal normal que ocurre como parte del ciclo mensual donde el cuerpo se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el útero, se desprende de su recubrimiento, y allí se producen nuestros periodos. ¡Somos cíclicas!
Este proceso, que es natural requiere sin embargo unos cuidados e higiene para evitar vicisitudes que al desatenderse puedan generar infecciones o incluso complicaciones para la salud de las mujeres. Para quienes hemos sido privilegiadas con la educación manejamos un alto estándar de autocuidado durante el periodo. Pero ¿hemos pensado alguna vez en aquellas mujeres en condición de precarización extrema o en aquellas que habitan en la calle? ¿Cómo hacen para adquirir las tecnologías necesarias para la higiene menstrual: toallas, tampones y/o copas menstruales? ¿Tienen acceso a instalaciones donde puedan utilizar el agua y el jabón para asearse?
De seguro, te habrás interrogado al respecto y precisamente sobre esas inquietudes quiero presentar la T- 398 de 2019 emitida por la Corte Constitucional con ponencia del Magistrado Alberto Rojas Ríos, quien estudio el caso de Martha Cecilia Durán Cuy que compartimos a continuación:
1. El caso de Martha una mujer extraordinaria
Martha quien fue representada a través de agentes oficiosos es una mujer habitante de calle, según el sistema de información y registro de beneficiarios – SIRBE, de la Secretaria Distrital de Integración Social de Bogotá, y la Base de Datos BDUA -ADRES, como afiliada activa al régimen subsidiado a través de Capital Salud -EPS, expresaron sus agentes que era una mujer de escasos recursos devengando aproximadamente, entre 7000 y 8000 pesos cada cuatro días, por lo que no tenía dinero para comprar toallas higiénicas en la cantidad y la regularidad necesaria y, en consecuencia debía usar elementos inadecuados cuando tenia su periodo.
Asimismo, los agentes oficiosos consideran que, como Martha Cecilia Durán Cuy, muchas mujeres habitantes de calle no tienen acceso a productos de higiene femenina menstrual básica y se ven obligadas a realizar maniobras perjudiciales para su salud como lo es manipular las toallas higiénicas y usar su relleno varias veces, así como juntar éste con otras sustancias o materiales, utilizar trapos o acudir a distintas medidas insalubres.
2. El mecanismo de protección de derechos que resguardo la dignidad menstrual: La tutela.
El artículo 86 de la Constitución Política de Colombia consagra la posibilidad de ejercer la protección de los derechos con categoría de fundamentales a través del proceso constitucional denominado tutela, la cual en el presente asunto fue ejercida por terceros en contra de la Secretaria de Salud de Bogotá, para solicitar el resguardo a la vida y salud en condiciones dignas de la señora Martha Cecilia Durán Cuy, la cual debía materializarse a través de la entrega de kit de higiene menstrual contentivo de los elementos básicos de aseo como las toallas higiénicas e información sobre el cuidado de su zona íntima.
Durante el trámite de primera instancia se ordenó por parte del Ad -quo, la vinculación de la Secretaría Distrital de Integración Social de Bogotá, así como al Hogar de paso día-noche Bakatá para que también se pronunciaran sobre los hechos y las pretensiones de la acción de tutela, quienes al momento de presentar el informe de que trata el artículo 19 del Decreto 2591 de 1991 se opusieron al no estar prodigando actos de vulneración de los derechos fundamentales y circunscribirse a las competencias propias de su cargo.
3. La decisión del Ad quo (Juez constitucional) en este caso de única instancia.
A través de providencia adiada 17 de abril de 2018, el Juzgado Dieciocho Civil Municipal de Descongestión de Bogotá, negó el amparo constitucional solicitado por los agentes oficiosos de Martha Cecilia Durán Cuy.
Entre las motivaciones aducidas encontramos la que se ponen de presente a continuación:
“Se entiende que debido a la condición de habitante de calle de la Señora Duran (sic) no le es posible asumir el costo para adquirir toallas higiénicas, sin embargo, según da cuenta la copia del formato de entrega de elementos de aseo personal Hogar de paso día Bakatá, de fecha del 27 de febrero de 2018 -fl.36, a la señora Durán se le ha hecho entrega de toallas higiénicas, de modo que en verdad, el suministro de dichos elementos, aun cuando no hacen parte del plan obligatorio de salud, y por ello no es dable ordenar la entrega a la entidad prestadora del servicio de salud, lo cierto es que tal deficiencia ha sido atendida por la Secretaría de Integración social por intermedio del Hogar de Paso Bakatá, razón más que suficiente para advertir la inexistencia de vulneración a los derechos fundamentales alegados en la acción de tutela”[Cuaderno, 1 Folio 56)
4. La decisión de la Corte Constitucional
Para el máximo organismo de cierre constitucional luego de haber escuchado a las accionadas e intervinientes en este asunto como la Secretaría Distrital de la Mujer, de Temblores ONG, del Ministerio de Saludy Protección Social y de Profamilia, considero que el análisis sobre el suministro de toallas higiénicas a mujeres en habitanza de calle debe hacerse no sólo desde la perspectiva de los derechos a la vida y a la salud, sino también desde el ejercicio de la autodeterminación personal, en la medida en que puede llegar a afectar las decisiones individuales en torno a la sexualidad y la reproducción.
En ese sentido, La Corte Constitucional ha reunido estos derechos –vida, salud, autodeterminación– en un concepto más amplio, denominado los derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, se considera que, a partir de estas intervenciones, el suministro de toallas higiénicas debe verse desde la posible afectación al principio de dignidad humana, en sus dimensiones normativa y funcional, así como al principio de igualdad, no solo desde su prohibición de discriminación, sino también desde su faceta de la igualdad material.
Por ello, el problema jurídico a resolver por parte de la Corte se delimitó a determinar, si el Ministerio de Salud y Protección Social y las Secretarías Distritales de Salud, de Integración Social y de la Mujer vulneraron el principio de dignidad humana, así como los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a la igualdad de Martha Cecilia Durán Cuy, al no considerar, dentro de sus políticas y acciones propias de sus marcos competenciales, el suministro de toallas higiénicas para mujeres en situación de habitanza de calle.
Para responder este problema, la Sala Novena de Revisión de la Corte Constitucional abarcó los siguientes puntos a) los requisitos de procedencia de la acción de tutela; b) el principio de dignidad humana; c) los derechos sexuales y reproductivos; c) el derecho fundamental al manejo de la higiene menstrual; d) la dimensión positiva de este derecho fundamental y; e) el caso concreto.
En el siguiente código QR te invitamos a revisar la obiter dicta y la ratio decidendi de la T- 398 de 2019, donde podrás profundizar en los puntos descritos en el anterior párrafo.
Sobre el caso concreto y articulándose la adecuada comprensión de la dignidad menstrual como un problema de salud y derechos humanos, la Corte fue enfática en afirmar que la higiene menstrual es una expresión de la dignidad humana de las mujeres, un derecho que se debe garantizar a través del cumplimiento de cuatro condiciones:
a) Que haya material idóneo para absorber la sangre;
b) Que puedan cambiar ese material en privado y las veces que lo necesite
c) Que tengan acceso a instalaciones, agua y jabón
d) Que reciban educación sobre el ciclo menstrual y cómo manejarlo de forma digna y sin incomodidad alguna. T-398 de 2019.
De otro lado, en la asunción humana de esta Corporación se resalta de la providencia lo destacable de la importancia de vivir una vida libre de humillaciones, lo cual se repercute en nosotras las mujeres al tener la certeza que por cuenta del ciclo menstrual no podemos ser consideradas un agente de impureza o de fertilidad y, por eso, ser excluida o estigmatizada. Este derecho también implica la obligación estatal de hacer pedagogía y concientizar a la ciudadanía sobre el proceso biológico de la menstruación para que se abandonen los tabúes. (T- 398/2019)
En esa misma línea, la Corte Constitucional se cuestionó ¿Por qué un hecho natural relacionado con ser mujer, intricado no solo en la identidad femenina sino en asuntos propios de una visión moderna e integral de la salud como derecho, no encontraba fácilmente un lugar dentro de las prestaciones elementales de dicho derecho, ni en la teoría ni en la práctica?
Al respecto el organismo de cierre consideró necesario establecer la diferenciación entre el hecho mismo de menstruar de las garantías en materia de salud derivadas de él, ya reconocidas en las normas de seguridad social en salud femenina. Esto es, la necesidad de determinar su contenido en un contexto nacional ausente de reflexiones en programas y proyectos institucionales en materia de salud e higiene menstrual.
Sobre el anterior aspecto, puso de presente la Corte la paradoja de que era más sencillo encontrar estudios y propuestas de políticas públicas en materia de salud femenina, relacionadas con enfermedades huérfanas o poco comunes de las mujeres, que en relación con el ciclo menstrual.
De otro lado, también se cuestiona la Corte acerca de los deberes del Estado Colombiano, con miras a determinar en el presente asunto quienes serían las entidades encargadas no sólo de garantizar la prestación, sino de reflexionar y formular políticas al respecto, esto en el entendido que un hecho natural y constitutivo de ser mujer era, a varios niveles, invisible.
Así entonces, enfatizó la Corte el desafío de eliminar la mencionada invisibilidad a propósito de los derechos de una mujer habitante de calle, una persona de especial protección constitucional a raíz, de su vulnerabilidad y, por tanto, en algunos aspectos invisible para las autoridades.
Se exalta de esta decisión el reto de desvelar una situación de doble invisibilidad en materia de derechos. Marta Cecilia una mujer en condiciones de extrema precariedad, recordemos que: la dignidad no se pierde cuando se habita en la calle.
Así las cosas, la Corte Constitucional dispuso a favor de la señora Martha Cecilia Durán Cuy el amparo de sus derechos fundamentales a la dignidad humana y sus derechos sexuales y reproductivos, relacionados con la gestión de la higiene menstrual. Ordenándole a la secretaria de Integración Social de Bogotá que le suministre los insumos necesarios para su higiene menstrual cuando ella vaya a los hogares de paso. Y conmino además a las secretarias de la Mujer y de Integración Social de Bogotá, que diseñen la política pública en materia de manejo de higiene menstrual para todas las mujeres habitantes de calle.
A pesar de que en principio esta decisión sea de efectos interpartes, se debe resaltar que el contenido e invitación que se evidencia en las consideraciones de la providencia genera un alcance si se me permite escribirlo de esta manera colosal, esto en el entendido que se ha descubierto la necesidad de construir políticas públicas idóneas para las personas en habitanza de calles.
De esta sentencia, surgen inquietudes y cuestionamientos, toda vez que si en la capital del país, era inexistente un plan de contingencia que comprendiera las acciones concretas para suministrar los insumos absorbentes idóneos para la higiene menstrual y un sistema de registro adecuado, invita a cada entidad territorial y las dependencias competentes a diseñar dentro del marco constitucional y legal las políticas públicas que abrace a la colectividad en condiciones de vulnerabilidad y precarización extrema como las mujeres.
A continuación, compartimos en la siguiente infografía datos de interés:
Es mi anhelo, que con estas líneas púrpura generaremos eco no solo para la investigación sino para el ejercicio corresponsable de la ciudadanía. Así entonces, elevaremos a través de una petición a las entidades territoriales los siguientes cuestionamientos:
¿Cuáles son las políticas públicas y programas que actualmente están enfocados a garantizar a las mujeres habitantes de calle la orientación profesional que requieran en materia de manejo de higiene menstrual, así como el suministro de elementos básicos de aseo en esa temática? ¿Cuántas mujeres en la actualidad se encuentran identificadas y registradas como habitantes de calle en la ciudad de Santa Marta y en el Departamento del Magdalena? ¿A cuantas de ellas se les ha brindado orientación profesional en relación con el manejo de higiene menstrual y a cuantas se les ha suministrado elementos básicos de aseo? este y otros interrogantes serán parte del proyecto de cierre con grupos de formación humanística y ciudadana. En un post adicional compartiremos las respuestas 🙂
En las próximas líneas púrpura abordaremos los siguientes tópicos:
Maternidad Subrogada y Licencia de maternidad.
Referencias
- Rojas, A. (2022) El poder de las minorías en la Corte Constitucional. Editorial Planeta.
- T-398 de 2019 Corte Constitucional.
Comentarios
Respondiendo a la pregunta considero que la respuesta a ella lastimosamente es un no, pero como defensor de los derechos humanos, considero que todas las mujeres, independientemente de su estatus social o económico, deberían tener acceso a la dignidad menstrual. Desafortunadamente, en muchas partes del mundo, incluyendo nuestra ciudad, Santa Marta, las mujeres en situación de calle muy a menudo por no decir que siempre en su gran mayoría carecen de acceso a productos menstruales seguros y a instalaciones sanitarias adecuadas para manejar su menstruación de manera digna. En lo personal pienso que la falta de acceso no solo puede afectar la salud física y emocional de las mujeres, sino que también puede limitar sus oportunidades educativas y laborales. Por eso creo que es importante que las autoridades y la sociedad trabajen juntas para garantizar que todas las mujeres, incluidas las mujeres habitantes de calle, tengan acceso a los productos menstruales y las instalaciones sanitarias necesarias para vivir con dignidad y respeto.@malvarezc
La verdad es que en Santa Marta las mujeres habitantes de calle no tienen una forma adecuada de manejar su periodo menstrual, lo cual no es raro debido a que la ciudad está muy atrasada en muchos aspectos. La falta de dichos productos de higiene menstrual pueden causar problemas graves de salud, aumentando el riesgo a enfermedades, por eso se deberían implementar ayudas para las mujeres habitantes de calle, ya que la higiene menstrual no es un lujo, es una necesidad.
Todas las mujeres deberíamos tener dignidad menstrual y los gobiernos deberían encargarse de que las mujeres con menos recursos tengan acceso a esta. Lamentablemente la administración de la ciudad no se encarga de garantizar la salud dentro del marco de su menstruación para las habitantes de calle y ellas no son atendidas correctamente durante ese tiempo. @malvarezc
Considero que las mujeres habitantes de calle en santa marta y no solo de esta ciudad si no de toda colombia no cuenta con acceso a la dignidad menstruante esto considerando la falta de recursos economicos para comprar productos como higiene personal, toallas sanitariias, copas mentrauales , ademas la falta de educacion sexual que existe en nuestro pais como tal, en donde muchoss temas con respecto a la dignidad menstrual siguen considerandose como tabu, todo esto va de la mano tambien de la falta de politicas que regulen y promuevan la garantizaccion al acceso de todoslos productos y servicios que fomentan una mejor higene personal y menstrual.
@malvarezc
@malvarezc
Lamentablemente, las mujeres que viven en la calle en Santa Marta no tienen una forma adecuada de manejar su menstruación, lo que afecta su dignidad menstrual. A menudo no tienen acceso a productos de higiene menstrual y deben usar materiales improvisados o insalubres para controlar su sangrado menstrual. Este es un problema global que afecta a mujeres en todo el mundo, independientemente de su origen o ubicación. Es fundamental abordar estas barreras y garantizar que todas las mujeres, incluidas las habitantes de calle en Santa Marta, tengan acceso a productos de higiene menstrual de calidad y servicios sanitarios adecuados para manejar su menstruación. La dignidad menstrual es un derecho humano básico que debe ser protegido y promovido para todas las mujeres, sin importar su condición social. Es necesario trabajar juntos, local, nacional e internacionalmente, para eliminar estas barreras y garantizar el acceso universal a la dignidad menstrual.
Creo que es poco probable que las mujeres habitantes de calle de Santa Marta tengan acceso adecuado a productos de higiene menstrual. Es bien sabido que las personas en situación de calle a menudo tienen acceso limitado a recursos básicos, como agua potable, alimentos y alojamiento. En este sentido, es probable que estas mujeres tengan dificultades para acceder a productos de higiene menstrual seguros y de calidad.
Además, las mujeres habitantes de calle también pueden enfrentar barreras culturales y de estigma social relacionadas con la menstruación, lo que puede hacer que sea difícil para ellas buscar ayuda o apoyo en este tema. En muchos casos, la falta de acceso a productos de higiene menstrual adecuados puede llevar a problemas de salud, como infecciones y enfermedades relacionadas con la falta de higiene.
En conclusión, creo que es importante que se tomen medidas para garantizar que todas las mujeres, incluidas las habitantes de calle de Santa Marta, tengan acceso a productos de higiene menstrual seguros, asequibles y sostenibles. Esto puede implicar trabajar con organizaciones sin fines de lucro y otros actores para proporcionar estos productos a estas mujeres, así como abogar por políticas y programas que promuevan la equidad menstrual en toda la sociedad.
@malvarezc
En estos momentos las mujeres habitantes de calle de santa marta no tiene acceso a la dignidad menstrual y esto es algo grave por que, El acceso a la dignidad menstrual es un derecho humano fundamental y esencial para garantizar la igualdad de género y el bienestar de todas las mujeres. Implica que las mujeres tengan acceso a productos de higiene menstrual adecuados, como toallas sanitarias, tampones o copas menstruales, así como a instalaciones sanitarias limpias y seguras para cambiar y desechar dichos productos. También implica educación sobre la salud menstrual y la eliminación de estigmas y tabúes en torno a la menstruación.
Para todos es una realidad de que las mujeres en Santa Marta que se encuentran en condicion de vulnerabilidad y viven en la calle no cuentan con una dignidad mestrual, esto principalmente por sus recursos y que no existen personas que se preocupen por esto en ellas y que se encuentren bien, para nadie es un secreto que los productos de higiene tienen un costo, al que no pueden acceder lamentablemente.
@malvarezc
Si bien la dignidad menstrual se refiere al respeto de los derechos de las mujeres para vivir su menstruación de manera segura, saludable y sobre todo con dignidad es importante destacar que en la ciudad de Santa Marta las mujeres en las calles pueden presentar problemas para acceder a productos de higiene y de recibir apoyo y atención. es fundamental abordar estas desigualdades y trabajar para garantizar que todas las mujeres tengan acceso a la atención menstrual y los recursos necesarios para vivir con dignidad durante su periodo sin importar las diferentes situaciones que vive. @malvarezc
Diría que no cuentan con lo necesario para suplir su necesidad de cuando le llegue su ciclo menstrual, en realidad ningún habitante de calle cuenta siquiera con los servicios básicos para su aseo personal. @malvarezc
No creo que las mujeres que habitan en la calle en santa marta tengan acceso a la dignidad menstrual basicamente porque no hay estrategias implementadas para otorgarles lo necesario para que la puedan tener. @malvarezc