Hola apreciados lectores volvimos con nuestras líneas purpura. En esta oportunidad es mi deseo poner de presente varias inquietudes expresadas por mis compañeros, con ocasión a los blogs que preceden estas letras, especialmente traigo a colación los diálogos sostenidos con mi apreciado amigo Andrés quien me preguntaba si el ¿Feminismo es solo cuestión de mujeres? y en el caso de no serlo ¿Cómo los hombres pueden contribuir a lograr la vida en equiparación? ¿Cómo desarraigar antecedentes machistas que impregnan los comportamientos en la sociedad? ¿Cómo incrementar la igualdad de género desde las masculinidades?

Sobre este particular debo expresar, que las conversaciones con mis pares sin importar el género con el que se identifiquen y/o expresen siempre me han producido el estímulo de trazar rutas de acompañamiento para el desarrollo social, por ello no dude en poner por escrito el resultado de las conversaciones.

Así entonces, como ya me conocen quienes me leen me gusta colocar en contexto a los lectores (siendo mi aliada la historia), sobre todo en este asunto tan crucial toda vez que debemos expresar que, si bien las protagonistas en nuestra gesta reivindicativa hemos sido las mujeres, no podemos desconocer que existieron y aun perviven hombres que realizaron acciones positivas para la consecución de la igualdad de género.

En este Blog, quiero presentar a François  Poullain de la Barre y Jhon Stuart Mill, dos hombres racionales que desde el ejercicio de sus saberes pregonaban la extinción trasgresora de superioridad atribuida a los hombres, menoscabando los derechos de las mujeres al creerles seres inferiores.

Precisamente, en esa inadecuada apreciación durante el periodo del renacimiento tuvo su génesis el enfrentamiento de dos posturas, la primera que sostenía que las mujeres éramos inferiores y su correlato relacionado con que al nacer mujeres no podíamos desarrollar las virtudes que emanaban de la interacción de la excelencia que produce el intercambio racional, no se llegó a conciliar cual de estas predominaba sobre la otra, lo cierto era que como mujeres estábamos sometidas al imperio del hombre, por la presunta superioridad del sexo biológico.

Justo en esa disputa ingresa al panorama nuestro primer referente masculino Poullain de la Barre, este filósofo, quien siendo un sacerdote con tan solo 26 años publica en 1671 un controvertible e innovador texto nombrado La igualdad de los sexos, anticipándose a las ideas principales de la ilustración, en el cual critica especialmente el arraigo de los prejuicios y propugna el acceso al saber a las mujeres como remedio a la desigualdad y como parte del camino hacia el progreso y que responde a los intereses de la verdad. (Sánchez, 2001 citado en Varela 2019 p. 18)

Luego de este primer libro, Poullain de la Barre publicó otros dos que se consideran la continuación de principal requerimiento en la Sociedad de la época circunscrito a la educación, titulados como: La educación de las damas para la conducta del espíritu en las ciencias y las costumbres y la excelencia de los hombres contra la igualdad de los sexos.

Nos comparte Varela (2019) que la intención del filósofo en su primer texto era mostrar cómo se puede combatir la desigualdad sexual a través de la educación, y en el segundo quiso desmontar racionalmente las argumentaciones de los partidarios de la inferioridad de las mujeres (p. 32).

También es célebre De la Barre por la frase que expuso desde el pulpito y luego a través de las letras cuando repetía vehementemente <<LA MENTE NO TIENE SEXO>> con esto según Varela (2019) inauguró una de las principales reivindicaciones del feminismo tanto en su primera ola como en la segunda: EL DERECHO A LA EDUCACIÓN.

De otro lado, también destaca Varela (2019) que De la Barre no es sólo uno de los fundadores de la sociología también defendía algo aún más moderno, una idea parecida a la que siglos más tarde se desarrollaría como <<discriminación positiva>> (p. 33)

A continuación, te invitamos a revisar la siguiente bio – infografía de este filósofo. 

El otro pensador que deseo presentarte es Jhon Stuart Mill, a quien se le reconoce como uno de los grandes filósofos del siglo XIX, es representante supremo y refundador del liberalismo, en palabras de Emilia Pardo Bazán; Mill produjo o amplió el vocabulario político y fue quien dio forma a los razonamientos que presiden las sociedades que habitamos, en ese estado de cosas, el liberalismo feminista le pertenece casi por completo.

Ahora bien, se debe hacer una precisión de esta última línea, toda vez que estas ideas se debieron a la relación epistolar que mantuvo en principio con Harriet Taylor, feminista inglesa que propugnaba por la autonomía, igualdad y libertad de las mujeres. Luego que esta enviudará (20 años después) se casaron y conjuntamente crearon las bases de la teoría política en la que creció y se movió el sufragismo.

Sostiene Varela (2019) que el feminismo respeta a Jhon Stuart Mill especialmente por su libro la Sujeción de la mujer o como se conoce en otras traducciones La esclavitud Femenina publicada en 1869 y también por su trabajo político como diputado en la Cámara de Comunes (el parlamento inglés). Mill no consiguió ninguna de sus iniciativas, tuvo que soportar la sorna de sus compañeros diputados e incluso en el periódico Times se escribió con ironía que Mill intentaba realizar <<una gran reforma social>> mediante el cambio de una simple palabra cuando este pretendió cambiar <<hombre>> por <<persona>> en la reforma electoral que se discutía en ese momento. Sin embargo, para las sufragistas del momento fue significativo que esta cuestión llegará a la opinión pública (p. 65)

Expone Varela (2019) que el impacto del ensayo escrito por Mill en asocio con Harriet Taylor y su hija Helen Taylor deslumbró a las mujeres de la época, tanto así que Elizabeth Cady Stanton, líder de las sufragistas norteamericanas, le escribió tras leer La Sujeción de la mujer lo que se lee a continuación:

“Termine el libro con una paz y una alegría que nunca había sentido. Se trata, en efecto, de la primera respuesta de un hombre que se muestra capaz de ver y sentir todos los sutiles matices y grados de los agravios hechos a la mujer, y el núcleo de su debilidad y degradación” (p. 65)

Habiendo finalizado la contextualización paso a responder los interrogantes de mi amigo Andrés, con la siguiente impronta y orden:

 ¿El feminismo es solo para las mujeres?

Sobre este particular recordemos que el feminismo según la antropóloga Marcela Lagarde se vivencia como un movimiento transformador que pone en el centro los derechos humanos, en el que se quiere construir una sociedad en la que hacer vivible la vida, edifica las relaciones de convivencia de mujeres y hombres sin supremacía ni opresión. En sus palabras una vida en equiparación.

Así entonces, desde mi experiencia holística en el mundo el feminismo no debe entenderse desde la praxis como exclusiva para mujeres, y aquí trayendo a colación a Chimamanda Ngozi Adichie en realidad todos deberíamos ser feministas, porque adolece de sentido menoscabar la dignidad de más de la mitad de la población mundial por asegurar una hegemonía patriarcal sustentada en políticas falocráticas con presunción de superioridad.

¿Cómo los hombres pueden contribuir a lograr la vida en equiparación?

Antes de compartir mi postura y/o posible aproximación a esta respuesta considero mandatorio trascribir en su literalidad el primer párrafo del capítulo I del texto de Mill et. al (1869) La esclavitud femenina que expone lo que se lee a continuación:

Ahora bien, este párrafo es inspirador e indexándolo en letras puedo sostener que la contribución de los hombres para lograr una vida en equiparación debe estar cimentada en tres partes o momentos en sinergia y/o complementarios.

1. Epistemológico en el que se desarraiguen las asunciones hegemónicas patriarcales del machismo, micromachismo y sexismo.
2. Pedagógico en el que se materialicen desde las practicas cotidianas los comportamientos sanos que construyan sociedades desarrolladas, este debe implementarse desde la casa, escuela y sociedad a través de las políticas públicas.
3. Político en el que desde la representación se viabilice la interacción armoniosa para la construcción de proyectos y estrategias ciudadanas con participación femenina, esto con la finalidad de construir espacios de dialogo y sinergias en equiparación.

¿Cómo desarraigar antecedentes machistas que impregnan los comportamientos en la sociedad?

Lo primero que se debe hacer es usar los lentes de género y/o gafas moradas y con ellas puestas, asumir una corresponsabilidad por la generación de igualdad en donde los hombres asuman con deseo un desarrollo conjunto.

Sobre este particular, resulta necesario la extinción del machismo entendiendo por este las conductas y dogmas que suscitan, representan y robustecen diversas formas discriminatorias contra las mujeres así entonces se debe suprimir:

-La imposición de roles por los estereotipos de lo masculino y lo femenino, para evitar su degradación, especialmente en lo relacionado con el trabajo de cuidado en los hogares y su nula participación.

-Desarraigar la violencia en cualquiera de sus tipos y modalidades (física, psicológica, laboral, sexual, patrimonial, de género)

-Ser un hombre prototipo y de constante iteración mejorada, lo que significa asumir masculinidades sanas, alejadas de las atrocidades toxicas impuestas en antaño por el patriarcado, en término más sencillo se les solicita a los hombres que sigan los patrones de desarrollo instaurados por los pensadores citados en este Blog, pero contextualizado en nuestro tiempo y necesidades.

Para profundizar sobre este aspecto, les recomiendo la lectura de Chimamanda Ngozi Adichie: Querida Ijeawele cómo educar en el feminismo, en las siguientes imágenes encontrarás algunas sugerencias para contribuir a la igualdad de género y superar las discriminaciones.  Por favor deja las tuyas en los comentarios de este Blog, para ampliar nuestra red de aprendizaje.

¿Cómo contribuir a la igualdad de género desde las masculinidades?

Desde la institucionalidad, el ODS número 5 asigna una tarea global consistente en la consecución de la igualdad de género, esto se traduce en que los seres humanos debemos trabajar conjuntamente para que no sea solo un lindo propósito humanístico, sino una realidad tangible en la sociedad y para su consecución consideramos que los hombres deben desmarcarse de los comportamientos que inhiben el desarrollo articulado o en equiparación. 

Así entonces, deben ejercitarse en lo que se conoce como las nuevas masculinidades y esto lo pueden lograr a través de grupos de apoyo e incluso ahora que estamos mediados por las TICS a través de MOOC en los que aprenden a aprender los comportamientos positivos, desde el uso adecuado del lenguaje hasta la asunción corresponsable de las tareas del hogar.

En ese sentido, para contribuir a la igualdad de género debemos empezar por nivelar aspectos que se encontraban en disparidad como el cuidado y atención de los niños y ancianos, labores de la casa, acceso a cargos de poder, exteriorización de emociones entre otros.

Lo anterior significa que los hombres deben ser hombres y deben apartarse de la concepción del macho primitivo exclusivamente proveedor, en ocasiones carente de afecto y con atribuciones de superioridad y en su lugar asumir un rol funcional en la primigenia célula de desarrollo social que son las familias, que lo que allí se conciba y se optimice generará sin ambages fruto de prosperidad para todos.

Para una mayor asunción de las anteriores ideas compartimos los siguientes enlaces en los que podrán revisar proyectos en los que se enseñan a los hombres a desarraigarse del machismo y ser parte del feminismo como vida en equiparación.

En el primer enlace revisarán la iniciativa mexicana que se ha exportado a varios países entre los que se cuentan Perú y España.

Te invitamos a leerlo, porque aquí inicia el aprendizaje para ser hombres y no machos #Masculinidadessanas

https://theobjective.com/further/mundo-ethos/2020-02-12/como-dejar-de-ser-un-macho-para-ser-un-hombre-el-instituto-que-ensena-a-librarse-del-machismo/

En los enlaces sucesivos te compartimos la iniciativa del Distrito de Bogotá a través de su Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la estrategia “A Cuidar se Aprende” del Sistema Distrital del Cuidado diseñaron esta estrategia que tiene como propósito promover una nueva narrativa cultural sobre la participación de los hombres en el cuidado, donde se instale la expectativa en la ciudadanía de que los hombres deben encargarse de las labores, participar equitativamente en ellas y reducir las cargas que tienen las mujeres a su alrededor. Asimismo, formar a los hombres de la ciudad en las actividades del cuidado (mantenimiento y aseo del hogar, cuidado de las personas, cuidado emocional y cuidado medioambiental) para fomentar un cambio en los comportamientos de los hombres y nuevos acuerdos al interior de los hogares.

Revisa los enlaces y déjanos saber en los comentarios, tu opinión, me gustaría leerte =)

https://www.culturaciudadana.gov.co/acciones/genero-y-diversidad/escuela-movil-a-cuidar-se-aprende

https://www.youtube.com/watch?v=8Dj8o8BldsQ&ab_channel=Secretar%C3%ADaDistritaldelaMujer

https://www.youtube.com/watch?v=2nJsPL5IDEQ&ab_channel=Alcald%C3%ADadeBogot%C3%A1

Hasta aquí las líneas purpura de esta entrega, con certeza mi corazón conoce que no solo mi querido amigo Andrés se preocupa por ser parte del desarrollo conjunto, de seguro que hay hombres que también construyen sus vidas desde el respeto y la dignidad hacia las mujeres. A los de mi vida y a los de la tuya que bueno y que ellos al igual que mi amigo André sigan por este sendero de la equiparación sin discriminación 🙂 

¡No olvides revisar los Blogs purpuras de B-10!

Referencias.

Adichie, C. (2012) Todos deberíamos ser feministas. Literatura Random House.

Adichie, C. (2017) Querida Ijeawele cómo educar en el feminismo. Literatura Random House.

Mill, J.S. (2022) La esclavitud femenina. Penguin clásicos.

Sánchez, C. (2001) Genealogía de la vindicación, feminismos debates teóricos contemporáneos, alianza editorial.

Varela, N. (2019) Feminismo para principiantes. Penguin Random House. 

Nota: Si quieres profundizar en el intercambio epistolar de Jhon Stuart Mill y Harriet Taylor, te recomendamos el libro de Hayek, que estudia a fondo y presenta enorme cantidad de correspondencia, datos y testimonios. F.A. Hayek <<John S. Mill and Harriet Taylor>>, R.&k, 1951. 

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