¿Cual es la razón para hacer lo que has hecho hoy?

¿Se han preguntado por qué hacemos lo que hacemos?

Para dar respuesta a estos interrogantes y lograr comprender la conducta, encontramos un proceso psicológico llamado motivación, está según el diccionario de psicología de Consuegra (2010), se refiere a “estados y procesos interiores que impulsan, dirigen o sostienen la actividad de un individuo” (p 189). Para llegar a este concepto existieron diferentes teorías a lo largo de la historia. En la Grecia clásica, según Palmero, Fernández, Chóliz y Martínez-Sánchez (2002) se le daba un papel protagónico a la razón la cual debía controlar la parte más primitiva del ser humano, por otra parte, Thomas Hobbes (1588-1679) planteaba que el comportamiento humano estaba motivado por la evitación del displacer y la búsqueda del placer, para la propuesta de Chales Darwin (1809-1882) la conducta instintiva se concebía como una manifestación que estaba orientada a la adaptación, que tenía como finalidad la supervivencia, mas tarde, William James (1842-1910) le da relevancia a la voluntad en la conducta motivada, por último en nuestro recorrido mencionamos a Robert S Woodworth (1869-1962) que utilizo el término impulso para referirse a energía cumulado que determina la conducta, y Edward C Tolman (1886-1959) que planteaba que el ser humano es mucho mas cognitivo en por ende propositivo.

En este punto podemos entender que nuestras conductas orientadas a lograr metas diarias están motivadas por algo. Estos motivos se clasifican en motivos internos y externos que nos pueden ayudar a entender el porqué de nuestras elecciones el día de hoy. Los motivos internos estos están asociados a la subsistencia del individuo, el interés propio y el bienestar psicológico; por otro lado, los motivos externos están determinados por la cultura y tiene que ver con los reconocimientos y privilegios, etc…

¿Ya podemos responder qué motivó nuestras conductas el día de hoy? Más sencillo ¿Qué nos motivó a leer este blog?

Para entender a mayor profundidad nuestra conducta debemos tener en cuenta otro proceso psicológico, la emoción, que según Cofer (2007) el termino emoción se utiliza para designar “cualquier estado mentalmente excitado del individuo”, este proceso implica alteraciones en las conductas y reacciones fisiológicas. En un recorrido a lo largo de la historia nos damos cuenta que la emoción eran sinónimo de inferioridad asociada a la parte más primitiva del ser humano o a la conducta animal (según Palmero, Fernández, Chóliz y Martínez-Sánchez 2002), o tomada como “pensamientos equívocos que distorsionaban la percepción de la realidad “, Baruch- Spinoza (1632-1677). En la actualidad sabemos que estas, están relacionadas con sentimientos producto de experiencias vividas y que tienen una función de expresión social para comunicarnos, por ende, nos ayudan a adaptarnos a las oportunidades y retos que enfrentamos durante los sucesos de la vida.

Para concluir, es importante resaltar que el resultado de una conducta implica un proceso complejo en el que el cerebro lleva un papel protagónico, puesto que en las estructuras cerebrales se segregan neurotransmisores que pueden generar placer o displacer y que logran incrementar o disminuir la motivación en algunas tareas, además, de desencadenar respuestas fisiológicas. Es el cerebro el encargado de interpretar la información asociándola con recuerdos, emociones y experiencias previas que permiten decidir frente a una situación específica.

Referencias:

  • Estrada, L. (2018). Motivación y emoción. Fundación universitaria del área Andina, 1, 9-22.

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