En el intercambio de saberes, la conjunción siempre ha demostrado maximizar los beneficios, pues bien, el andamiaje de los ODS no escapa a dicha percepción, de hecho a pesar que el listado nos llegaré a parecer en inicio taxativo toda vez que lo enlistan o encuadran en diecisiete 17 objetivos de desarrollo sostenible, resulta cierto manifestar que no actúan en la individualidad, su puesta en marcha depende mayoritariamente de la adecuada interacción que se produce entre ellos.
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En el caso de la igualdad de género, la singamia que se observa para su cumplimiento se produce gracias a las bondades que le reportan la educación inclusiva y de calidad, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades, paz, justicia e instituciones sólidas, y las alianzas para lograr los objetivos.
Así la cosas, resulta evidente que, si el mundo requiere una sociedad más pluralista, justa, equitativa, respetuosa de las diferencias, se necesita educación y para ello esta debe ser inclusiva y de calidad, por ello en este momento se torna prudente interrogarnos: ¿qué significa en el marco de la igualdad de género, que más niñas, adolescentes y jóvenes mujeres tengan acceso a la educación?
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Nos gustaría acercarnos a este interrogante desde la perspectiva dada por Mary Wollstonecraft, para la autora de la vindicación de los derechos de la mujer, la educación es la catapulta que permitirá a la mujer romper la crisálida de su enajenación y gestar desde el cambio un nuevo mundo, en el que la sororidad, la autonomía e independencia económica hicieran parte de la cotidianidad, en donde se inculcará que la instrucción y dialogo de saberes entre iguales no constituía una posición aberrante o contra natura, sino simplemente el ejercicio de la dignidad como mujer y como persona.
Así las cosas, me permito compartir con los lectores las siguientes líneas relacionadas con la importancia de la educación en el pensamiento de la autora citada:
De que la educación descuidada de mis semejantes es la gran fuente de la calamidad que deploro y de que, a las mujeres, en particular, se las hace débiles y despreciables por una variedad de causas concurrentes, originadas en una conclusión precipitada. E insiste: La instrucción que han recibido las mujeres hasta ahora sólo ha tendido a convertirlas en objetos insignificantes del deseo ¡meras propagadoras de necios!, si puede probarse que al pretender adiestrarlas sin cultivar sus entendimientos se las saca de la esfera de sus deberes y se las hace ridículas e inútiles cuando pasa el breve florecimiento de la belleza, doy por sentado que los hombres racionales me excusarán por intentar persuadirlas para que se vuelvan más masculinas y respetables. (p.104)
La contundencia y claridad de las palabras de la autora nos permiten evidenciar de manera palmaria, que el único camino para superar las vicisitudes que dejan a su paso la desigualdad, el detrimento a la dignidad de la mujer es a través de la educación, y así:
Al luchar por los derechos de la mujer, mi argumento principal se basa en este principio fundamental: si no se la prepara con la educación para que se vuelva la compañera del hombre, detendrá el progreso del conocimiento y la virtud; porque la virtud debe ser común a todos o resultará ineficaz para influir en la práctica general […] Las mujeres consideradas no sólo criaturas morales, sino también racionales deben tratar de adquirir las virtudes (perfecciones) humanas por los mismos medios que los hombres, en lugar de ser educadas como una especie de fantásticos seres a medias. […] Si el matrimonio es el fundamento de la sociedad, todo el género humano debe educarse según el mismo modelo o la relación entre los sexos nunca merecerá el nombre de camaradería, ni las mujeres cumplirán las obligaciones propias de su sexo, hasta que se conviertan en ciudadanas ilustradas, hasta que sean libres al permitírseles ganar su propio sustento e independientes de los hombres […] del mismo modo que un hombre es independiente de otro, e insiste, el matrimonio nunca se conservará como algo sagrado hasta que las mujeres, al ser criadas con los hombres, estén preparadas para ser sus compañeras en lugar de sus concubinas (p.351).
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Compartida la visión de Wollstonecraft, resulta llamativo como sus ideas plasmadas en el siglo XVIII, aún no solo están vigentes, sino que nos sorprende el llamado que la autora realiza a las mujeres al creer en las habilidades y capacidades que son ajenas a la belleza, esto es aceptar y asumir con la responsabilidad el derecho a cultivar la mente, sinónimo de adquirir el gusto por aprender, estudiar, debatir y no aceptar como ciertos todos los aspectos que se impongan por la hegemonía del poder o de las dinámicas sociales, para las formadas jóvenes de la época asumir el comportamiento que hoy tenemos la mayoría constituía una irreverencia, muestra de rebeldía, pues el rol y deseo del conocimiento era eminentemente masculino, por ello siempre la prosa fuerte, pero asertiva de la inglesa nos permite observar cómo desde varios siglos y en atención a la sororidad se nos insta a la igualdad de nuestros derechos, aunque eso en palabras de la autora signifique ser más varoniles.
Sobre las anteriores lineas, debemos hacer las siguientes precisiones, cuando la autora hace alusión a la masculinidad y su relación con la educación, no debe comprenderse desde la exegesis o literalidad, la invitación a la masculinidad no significaba perder la feminidad o desarroparse de esta, las masculinidad en ese contexto era percibida como sinónimo de acceso a la educación y conocimiento; situación que en la actualidad, se avanza para alcanzar no solo la igualdad sino la equidad.
Ahora, en el marco de la correlación que existe entre los otros ODS y la igualdad de género cabe resaltar que las situaciones conflictuales que se suscitan tanto en la familia, como en las comunidades en las que se desenvuelven las niñas, y adolescentes deben ser abordado de la manera idónea, máxime cuando en el marco del objetivo cinco estamos en presencia de mujeres que han sufrido vejámenes a su dignidad desde la primera infancia, esta dificultad social de maltratos o violencia de género pretende ser erradicada con la aplicación de la puesta en marcha de este andamiaje global 2030.
Algunos autores y/o expertos consideran que los objetivos son ambiciosos, utópicos y que son consecución será casi quimérica, sobre este particular, consideramos que el compromiso generado tal como lo compartimos en la introducción de este ensayo, no es exclusivo de los Estados, los ODS son de incumbencia global y ello significa que los (as) ciudadanos (as) estamos compelidos a ser los gestores del desarrollo desde nuestros laboratorios primigenios de la sociedad, que lo constituyen nuestros hogares.
Al respecto y en lo que atañe con la erradicación de la violencia de género, es uno de los ítems de mayor importancia puesto que ha resaltado ONU MUJERES, que no puede concebirse una sociedad desarrollada donde impere el amordazamiento intelectual, la segregación sexual y la anómala distribución de los cargos de poder. Por lo precedente consideramos necesario intervenir adecuadamente desde los primeros años, es decir, no esperar a la adolescencia para entrar a promocionar o sensibilizar respecto a la normalización de la violencia y sus patrones demoledores.
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Por lo precedente, resulta imperioso abordar la necesidad insatisfecha de educación por parte de este grupo etario que siempre asume con dificultad el tránsito a la vida adulta y como bien lo ubica Melendro (2018) la anomalía que puede devenir por una situación de dificultad social tendrá que ser asumida con los parámetros de positividad que solo la educación puede permitir al evidenciarse la inclusión en el tránsito a la vida adulta y esto solo es posibles desde los parámetros de una pedagogía social eficaz.
Así las cosas, en el caso concreto al pretender implementar las estrategias para transitar de la teoría a la praxis, observamos que los parámetros que comparte Melendro et al. (2013) cuando se refiere a superar los obstáculos que se presentan en las comunidades y esto se consigue dotando a las niñas, adolescentes y jóvenes mujeres en la participación protagónica, en la que además por el conocimiento del contexto permitirá flexibilizar la intervención, generando espacios donde se refuercen los vínculos entre todos los actores sociales, lo que permitirá además evidenciar la interacción con los objetivos 4, 8, 10, 16 y 17.
Para cerrar con esta línea argumentativa, traemos a colación a la filósofa española, cuando en su obra ¿para qué sirve realmente la ética? Su respuesta número cuatro es contundente al conminarnos a transitar del egoísmo estúpido a la cooperación inteligente, ello se traduce en los principios básicos de funcionamiento de la sociedad, por razones que son obvias la aberrante crisis de violencia estructural que no hemos podido solucionar, merece del trabajo mancomunado y para el caso de la violencia, discriminación y maltrato la apreciación de la filósofa no escapa a su aplicación, toda vez que debemos trasformar las palabras por acciones, es decir estamos compelidos a la praxis organizada (Cortina 2013)
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Comentarios
Considero la educación como base fundamental para la creación de una sociedad en valores, soñamos con un mundo sostenible, sociedades justas, con respeto, aceptación. ¿pero que se hace para llegar allí? Y ¿Quiénes deberíamos estar implicados para lograr esa meta? necesitamos el compromiso de las instituciones, las empresas, y en definitiva el apoyo de toda la sociedad, entre otros factores, pues siempre hemos tenido presente que las actitudes, y los pensamientos de una persona se van desarrollando a medida que este va creciendo por eso es importante desde pequeños implementarles el respeto y a vivir en colectividad, como también es importante enseñarles a luchar y a defender los derechos humanos. que todos somos dignos de tener una buena salud y bienestar, que, aunque no todos somos iguales, eso está bien, que las mujeres y hombres tienen los mismos derechos, y que necesitamos y merecemos una educación de alta calidad, luchas que, aunque son difíciles no imposibles, que todo se puede lograr si se trabaja en comunidad, si cada quien da un poquito de si, para un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Está claro que la educación es fundamental para que se tenga presente la igualdad de género, sin embargo, debe haber otras estrategias que ayuden a mejorar dicha igualdad, para que se dé un oportuno reconocimiento, la idea es que hayan oportunidades para todos, y que no se tenga esa jerarquización o dominio de un lado, sin que se genere odio.
Aceptando así que las mujeres, así como los hombres, tienen el derecho de participar en cualquier línea del conocimiento, sin ningún tipo de restricción, sabiendo que se ha tenido una idea de la mujer que no las deja decidir, como el hecho de dedicarse meramente al hogar. Y al seguir con esta idea, se encontraría interpuesto el rol del hombre como dominante, pues la mujer puede ser igual de independiente que el hombre.
Existen igualmente casos de violencia por esta misma razón, al pensar que las mujeres solo pueden obedecer al hombre por verse inferiores, es algo que hoy en día se sigue viendo en distintas familias, es algo que causa impotencia, y lastimosamente son muchos los casos de este tipo.
Si bien es cierto que se han dado innumerables avances con respecto a la igualdad de género en las últimas décadas, la realidad es que cada día estamos, de alguna forma, más lejos de alcanzar esta.
Como dije anteriormente los avances que hemos tenido nos han traído hacia donde nos encontramos hoy día, Pero… ¿Son estos suficientes para lograr la igualdad? En definitiva, la respuesta es un rotundo no, debido a que en la socied en que vivimos sigue habiendo una notoria diferencia en cuanto a las oportunidades que tenemos las mujeres frente a los hombres, a pesar de que se ha tratado de erradicar esta brecha de desigualdad quizás no se han utilizado las herramientas indicadas para arrancar el problema de raíz, necesitamos una transformación real, educar a las nuevas generaciones para que puedan salir de su burbuja de privilegios y entender la opresión que sigue teniendo el género femenino en la actualidad.
Una transición real sería entender que una mujer no debe esforzarse el doble para conseguir iguales oportunidades que un hombre para desenvolverse en las distintas áreas dentro de la sociedad, que contamos con las mismas capacidades y aptitudes para desempeñar cualquier tarea o labor, puesto que se puede observar como la brecha de salarios entre hombres o mujeres en ocasiones es muy distinta aunque realicen las mismas labores o como en muchas profesiones predomina el género masculino como por ejemplo en la investigación científica, dejando sin espacio a muchas mujeres para poder demostrar sus habilidades, para ello traigo a colación la famosa frase feminista que ha trascendido a lo largo de los años «Podrán haber diferencias entre hombres y mujeres, pero no inferioridad» dejar de transmitir en la socied la idea de que hay cosas exclusivas para hombres o mujeres puede ser el principio del nuevo cambio, la educación será sin duda el arma más fuerte que tendremos para combatir esta desigualdad.
Tal y como se plantea en el texto, la educación es el único camino para superar la desigualdad y la denigración a la mujer. La educación es el principal factor influyente en el desarrollo, avance y progreso de personas y sociedades; mediante la educación, es más factible conseguir la “igualdad de género” que tanto anhelamos y por la que tanto luchamos, por eso es importante que esta sea inclusiva. Al ser un derecho fundamental, es importante que la educación sea asequible y que esta tenga las bases necesarias para instruir, no solo a niñas, adolescentes y jóvenes mujeres, sino, a todas las personas; y con ayuda de esto seguir reduciendo las desigualdades que hemos vivido a lo largo de la historia.
Entre los 17 objetivos de desarrollo sostenible las cuales equivalen a la igualdad de género , educación inclusiva y de calidad, trabajo decentemente, paz justicia e instituciones solidas; estos son unos de los objetivos más vulnerables ya que los hombres pretenden mantener a las mujeres encargadas de los deberes domésticos, y la crianza de sus hijos , apartada de la educación ya que por medio de esta se alcanza la libertad , incluso son rechazadas y menospreciados por la sociedad , consideradas como un simple objeto sexual , pero esto como se puede cambiar si las mujeres no tienen acceso a la educación? como van a poder progresar, ser independientes y autónomas libres de la imposición por parte de los hombres, por esta razón , hay que invertir en la educación con el fin de intervenir con estrategias didácticas para educar sobre la violencia y maltrato a la mujer , ya que educación es un derecho para todos y no un privilegio para algunos casos por lo tanto se necesita una educación igualitaria y así al igual que el hombre esta pueda tener una vida digna, donde se les brinde empleo y no sean excluidas por el simple hecho de ser mujer y así puedan trabajar y valerse por si misma y no limitarse a casarse y depender de un hombre