Implicaciones en la práctica de Psicología en tiempos de pandemia

El Programa de Psicología de la Universidad del Magdalena tiene como propósito “formar psicólogos con responsabilidad ética, moral y sensibilidad humana capaces de comprender y transformar los distintos entornos donde interactúan desde la perspectiva disciplinar e interdisciplinar, contribuyendo mediante la investigación y la extensión al desarrollo científico de la disciplina, a través del estudio de problemáticas biopsicosociales relevantes en el campo de la salud integral” (PEP, 2018); en este sentido, la práctica es concebida como el espacio integrador entre el saber y el hacer que posibilita en los estudiantes el desarrollo de competencias y la aplicación de conocimientos teóricos y metodológicos adquiridos en el transcurso de su formación en correspondencia con su contexto, aportando a la calidad de vida individual y colectiva. De acuerdo con la Red Nacional de Prácticas en Psicología (Reppsi, 2017), “las prácticas constituyen el espacio donde se pone al servicio de la organización o entidad donde éstas se realizan, el conjunto de conocimientos teóricos y metodológicos adquiridos durante la carrera universitaria, para la solución de problemas socialmente relevantes, con criterio científico y dentro de un contexto ético”, por lo cual resulta imperativo garantizar que los estudiantes realicen sus prácticas dentro de escenarios que permitan desarrollar competencias, habilidades y destrezas relacionadas con el quehacer psicológico en articulación con la realidad social, desde una perspectiva que oriente al practicante no sólo a conocer el problema, sino proponer y generar soluciones coherentes con el contexto.

Ahora bien, la emergencia por el COVID-19 obligó a replantear las formas hasta entonces establecidas en los planes de práctica para la adquisición de mencionadas competencias; así la realidad de las prácticas construida y validada por docentes, estudiantes y el sector externo implicó la incorporación de otras formas de aplicación de saberes que garantizara con la misma rigurosidad y eficacia el desarrollo de la experiencia práctica de la disciplina en un contexto pertinente a las nuevas realidades. Para el caso específico del programa de Psicología de la Universidad del Magdalena la práctica formativa y profesional requirió una reorganización de las actividades, metodologías, recursos y tiempos de ejecución, que diera una respuesta positiva en los 4 frentes que desde la experiencia en la coordinación de practicas se deben tener en cuenta: 

1. Los estudiantes en práctica.

2. Los asesores o tutores de práctica.

3. Los procesos académicos.

4. Los escenarios de práctica (beneficiarios). 

Sin embargo, todas las medidas y cambios realizados no eran más, hasta ese momento que la respuesta inmediata para dar continuidad sin mayores contratiempos al calendario académico, la experiencia fue conduciendo a reconocer que cada medida adoptada traiga consigo unos efectos sobre estudiantes, docentes y beneficiarios, por lo cual, pensar y sostener un modelo de práctica desde la modalidad virtual necesariamente lleva a contemplar por un lado que el estudiante en práctica desarrolle y demuestre las competencias adscritas al microdiseño de la asignatura, adquiriendo además habilidades y destrezas que le permitan desempeñarse posteriormente en el mundo laboral; pero también este modelo dejó en evidencia la vulnerabilidad del proceso en el cuidado de quien atiende y a quien se atiende, pues estas nuevas realidades exigen del estudiante el cumplimiento de unas horas en educación en salud mediante proyectos de promoción y prevención para lo cual requerían de unos recursos mínimos como acceso a internet, computador o celular, un lugar sin distracciones para la ejecución de las actividades, entre otras condiciones que en algunos casos no tenían estudiantes, docentes y mucho menos los usuarios. Una vez más, la experiencia demostraba que cualquier tipo de cambio para ajustar el cumplimiento del plan de prácticas debía responder a los cuatro frentes antes mencionados. 

En Colombia no existe una regulación específica para el ejercicio de la telepsicología, sin embrago, teniendo en cuenta la clasificación del ejercicio profesional clínico dentro del campo de la salud, la normatividad relacionada con Telesalud y Telemedicina, se apoya en dicho campo (Martínez Rudas, 2020). En ese ejercicio de proponer, monitorear y evaluar el proceso de prácticas del programa a la luz de la emergencia sanitaria por el COVID-19, se tienen en cuenta entonces las sugerencias para la formación y el desempeño profesional en Telepsicología emanadas por el Colegio Colombiano de Psicología (2020) y el marco legal de la Telesalud en Colombia (Ley 1419 de 2010, Resolución 2654 de 2019). De acuerdo con la APA (Asociación Americana de Psicología) la Telepsicología es la prestación de servicios psicológicos apoyándose en la tecnología, mediante el uso de diferentes medios como teléfonos, video llamadas, emails, redes sociales, entre otros. La La comunicación puede ser de dos tipos: sincrónica (videoconferencia interactiva, llamada telefónica) o asíncrona (e-mail). La telepsicología como término incluye todo lo relacionado con atención médica, también comúnmente llamada teleterapia y todo lo relacionado con la prevención y educación en psicología que emplee el uso de la tecnología. Las actividades que se desarrollan en telepsicología incluyen diagnósticos, consultas, tratamientos psicológicos e interacción de los psicólogos con otros profesionales.

De acuerdo con esto, desde marzo de 2020 momento en el cual la Organización Mundial de la Salud declara los efectos del COVID-19 como una pandemia, se optó por el acompañamiento y orientación sincrónica o interactiva, la cual ha permitido el establecimiento de comunicación directa con los usuarios en tiempo real; y la asincrónica o no interactiva a través de la cual se remite información de los temas abordados de manera sincrónica a fin de favorecer la comprensión de los contenidos y la adopción de recomendaciones planteadas en el espacio de orientación. Ahora bien, el abordaje desde el ejercicio práctico trae consigo unas condiciones mínimas que favorezcan la eficacia de las actividades, según la «Guía para la intervención de Telepsicología» del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (España), la intervención telepsicológica debe contemplar adaptaciones en todas las fases del proceso con especial atención en lo siguiente:

Requisitos tecnológicos: Garantizar el uso herramientas tecnológicas que permitan una correcta comunicación y tengan una apropiada verificación que sean seguros en cuanto a la protección de los datos de las persona.

Requisitos de espacio: Debes contar con un espacio físico iluminado y aislado de ruidos al momento de la teleconsulta.

Protección de datos personales y de salud: Se debe conocer los riesgos potenciales de confidencialidad de los datos antes de utilizar las tecnologías como herramienta terapéutica e informarlos a los pacientes.

Competencias, habilidades y comunicación: Es necesario adaptar competencias comunicaciones para garantizar una correcta comunicación y entrega del mensaje hacia el paciente.

Plan de prevención de crisis: Se debe establecer un protocolo, para la atención de crisis o emergencia.

Las nuevas realidades 

“Alrededor de 1500 millones de estudiantes y jóvenes en todo el planeta se vieron afectado por el cierre de sus centros educativos y tuvieron que quedarse en casa aprendiendo desde la distancia” (Oróstegui, 2021).

Dar continuidad a la práctica del programa de Psicología demandó un esfuerzo importante de docentes asesores, estudiantes y beneficiarios de los proyectos. Frente a los problemas del distanciamiento social, los colapsos en clínicas y hospitales donde rotaban de manera presencial nuestros estudiantes y la necesidad de garantizar el desarrollo de las competencias contempladas en los planes de práctica, el entorno educativo ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias, incorporando y asegurando la presencia del recurso tecnológico y la infraestructura para que estudiantes, docentes y población beneficiaria interactúen de manera remota. Esta nueva realidad trae consigo unas implicaciones bastante importantes que vale la pena revisar; en primera instancia, la adopción de los recursos tecnológicos para mediar la educación puso de manifiesto las nuevas formas en que las personas aprenden loslugaces donde aprenden y los tiempos en que aprenden. De acuerdo con Oróstegui (2021), la tecnología y el aprendizaje remoto en los sistemas educativos llegaron para quedarse, las habilidades y destrezas que han desarrollado nuestros estudiantes con la incorporación de los medios tecnológicos a la práctica de Psicología de la Salud II y en la práctica Profesional de Psicología Clínica no deben desecharse una vez se retome la presencialidad, estas habilidades no estaban contempladas dentro de las competencias a desarrollar y hoy en día estos recursos han posibilitado la ejecución de los proyectos y nuevas formas de acercamiento a la comunidad samaria y magdalenense, como es el caso de los Facebook Lives a través del cual se favorece la interacción en tiempo real de temáticas relevantes con la comunidad académica en general, los programas en Unimagdalena Radio donde se han abordado temas relacionados con la salud mental, estrategias de afrontamiento, intervención en crisis o los podcasts que se han convertido una herramienta ágil para apoyar en temas relacionados con regulación de emociones, organización del tiempo, resolución de conflictos entre otras variables relacionadas con el bienestar psicológico. 


Para ampliar información:

  • Revisar Capitulo: Normatividad aplicable a la prestación de servicios de Telepsicología en Colombia. Milena Mratínez Rudas – Directora de Campos COLSIP.
  • Ley 1419 de 2010.
  • Lineamientos para abordar problemas y trastornos mentales en trabajadores de la salud en el marco del afrontamiento por el coronavitus (COVID-19).
  • Acompañamiento Pedagógico/Psicosocial desde orientación escolar en tiempos de contingencias y crisis sociales.
  • Referentes éticos mínimos en la práctica de Psicología. Colegio Colombiano de Psicólogos.
  • Ley 1090 de 2006.

Referencias

Acero, P., Cabas, K., Caycedo, C., Figueroa, P., Patrick, G. & Rudas, M.M. Telepsciología. Sugerencias para la formación y el desempeño profesional responsable. 2020. Proyecto de Ascofapsi – Colpsic.

Casassus, J.  La educación del ser emocional. Editorial Cuarto Propio. Santiago de Chile; 2007. Disponible en: Lugar del cuerpo donde se localizan las emociones.

Colegio Colombiano de Psicología. Telepsicología: sugerencias para la formación y el desempeño profesional responsable. Bogotá, D.C.; 020. Recuperado en: https://www.colpsic.org.co 

Congreso de la República de Colombia.  Ley 1419 de 2010. Bogotá, D.C.; 2010; Recuperado de: LEY 1419 DE 2010 

Escobar, Franco, & Duque.  El autocuidado: un compromiso de la formación integral en educación superior. Scielo; 2011; 132-146. 

Ministerio de Salud y Protección Social.  Resolución 2654 de 2019. Bogotá, D.C. 2019; Disponible en: Resolución 2654 de 2019 

Oróstegui, Omar. La nueva Anormalidad. Una guía para entender un mundo en constante evolución. 2021. Intermedio Editores S.A.S.. Bogotá, Colombia. ISBN 978-958-757971-0.

Ortiz, E., Méndez, L., Camargo, J., Chavarro, S., & Toro, G. &. Relación entre las estrategias de afrontamiento, ansiedad, depresión y autoestima, en un grupo de adultos con diagnóstico de cáncer. Dialnet; 2014; 77-83. 

Phillips, K., Osborne, R., Giles, G., Dite, G., Apicella, C., Hopper, J. & Milne, R. Factores psicosociales y supervivencia de mujeres jóvenes con cáncer de mama: un estudio de cohorte prospectivo basado en la población. Journal of clinical oncology; 2008; 26 ( 28 ): 4666–4671. 

Silva, J. M. D. C., & Pontífice Sousa, P. Estrategias para el autocuidado de las personas con cáncer que reciben quimioterapia/radioterapia y su relación con el bienestar. Enfermería Global. 2015; 14(37): 372-383. 

Zimmermann, T., Heinrichs, N. & Baucom, D. H. “Does one size fit all?” Moderators in psychosocial interventions for breast cancer patients: A meta-analysis. Annals of Behavioral Medicine. 2007; 34(3): 225-239. 

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